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Reserva Federal de Estados Unidos.Federal Reserve (US government work)

El mercado de bonos se tensa en Estados Unidos. Los rendimientos del bono del Tesoro estadounidense a 10 años repuntaron hasta el 4,7%, máximos no vistos desde el 3 de mayo, después de las malas subastas de bonos a más corto plazo y del temor a que la Reserva Federal (Fed) recorte menos de lo esperado los tipos de interés.

En concreto, las subastas de 69.000 millones de dólares en bonos a 2 años y de 70.000 millones de dólares en bonos a 5 años suscitaran un interés limitado. En concreto, la relación entre la oferta y la cobertura, un indicador de demanda muy seguido, se situó en 2,3, por debajo de la media de las diez últimas subastas (2,45).

Así, el Tesoro vendió bonos a 5 años con una rentabilidad del 4,55%, más de un punto básico por encima de la rentabilidad ofrecida en la anterior subasta, mientras que los bonos a 2 años ofrecieron una rentabilidad un punto básico mayor que la anterior, hasta un 4,91%.

Además, los rendimientos a más largo plazo lideraron las ventas y la curva del Tesoro se empinó, con el rendimiento del bono a 30 años subiendo 8,5 puntos básicos, por encima del 4,65%.

Este repunte de las rentabilidades ha coincidido con varios acontecimientos que han provocado que los inversores cambien su parecer sobre los recortes de tipos de interés que llevará a cabo la Reserva Federal (Fed). Ayer, la Conference Board publicó su índice de confianza del consumidor de mayo, el cual mostró un aumento hasta los 102 puntos desde los 97,5 de abril, siendo el primer repunte en 4 meses y situándose por encima de las previsiones del consenso, que estimaban un descenso hasta las 96 unidades.

"La valoración de los consumidores de las condiciones empresariales actuales fue ligeramente menos positiva que el mes pasado. Sin embargo, la solidez del mercado laboral siguió reforzando la valoración general de los consumidores sobre la situación actual", ha explicado Dana M. Peterson, economista jefe del organismo. Además, la encuesta también ha mostrado un incremento de la preocupación por una posible recesión en la primera economía del mundo.

Sin embargo, esta referencia no fue la gran protagonista de la jornada. Y es que el presidente de la Fed de Minneápolis, Neel Kashkari, asustó al mercado al asegurar en una entrevista que harían falta "muchos meses buenos" de datos de inflación antes de que el banco central se plantee recortar los tipos de interés. Asimismo, Kashkari recalcó que el mercado "no debe descartar nada", ya que la Fed podría volver a pisar el acelerador y subir los tipos de interés si la inflación no disminuye más.

Si bien Kashkari, uno de los 'halcones' más duros de la Fed, no tiene derecho a voto en las reuniones que se celebrarán este año, sus palabras han puesto en alerta al mercado, que en las últimas semanas ha visto que el tono del banco central estadounidense se ha vuelto a endurecer. Según datos de la herramienta FedWatch de CME, el consenso ve menos factible que la Fed comience a recortar los tipos en septiembre, ya que en la última semana la probabilidad de un recorte de 25 puntos básicos ha caído del 49,4% hasta el 41,7%, mientras que la de una nueva pausa ha aumentado más de 10 puntos porcentuales hasta el 53,7%.

Así, los inversores estarán pendientes del discurso que pronunciará el jueves el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, en el Club Económico de Nueva York. A finales de esta semana, el banco central entra en su apagón de comunicaciones antes de su reunión de política monetaria de dos días que comienza el 11 de junio.

Cabe señalar que las últimas actas de la Fed, correspondientes a su reunión de mayo, reflejaron la convicción del banco de mantener su política de tipos más altos durante más tiempo hasta conseguir un retroceso sostenido de los precios. Además, en los próximos días se conocerán una serie de datos que ayudarán a calibrar mejor las expectativas de recortes de tipos: hoy se publica el Libro Beige de la Fed; mañana, EEUU publicará la primera revisión del PIB del primer trimestre; y el viernes se conocerá el deflactor de consumo personal (PCE), el indicador favorito de la Fed.

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