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Fachada exterior del Palacio de la Bolsa de MadridRicardo Rubio - Europa Press

El Gobierno Sánchez ha asestado el tercer golpe fiscal a los pequeños inversores con la tasa Tobin. El Impuesto sobre Transacciones Financieras es un impuesto indirecto, que grava con un 0,2% las operaciones de adquisición de acciones de sociedades españolas, y que se suma a la retención del 19% sobre los dividendos y al IRPF que se aplica a la plusvalía si sube el precio, de entre el 19% y el 23%.

La tasa Tobin se aplica con independencia de la residencia de los agentes que intervengan en las operaciones, siempre que sean empresas cotizadas y que el valor de capitalización bursátil de la sociedad sea superior a los 1.000 millones de euros.

La liquidación del Impuesto será mensual y los contribuyentes (los brokers) deberán presentar una declaración anual. Es decir, si un inversor compra 6.000 euros en acciones de Telefónica o Santander, por ejemplo, tendrá que pagar 12 euros adicionales por este impuesto, que se sumarán a las comisiones habituales que cobran los brokers por compraventa y que suelen oscilar entre 2 y 10 euros para una operación de 6.000 euros, y a los cánones de la Bolsa.

El Gobierno ha explicado que" el sujeto pasivo es el intermediario financiero que transmita o ejecute la orden de adquisición", pero indudablemente es previsible que el intermediario trasladará ese coste adicional a la operativa del pequeño inversor.

IMPUESTO A LOS DIVIDENDOS Y A LAS PLUSVALÍAS

Si pasado un año este inversor posteriormente vende esas acciones con una ganancia del 10% (600 euros), tendrá que pagar un impuesto del 19% en la base del ahorro del IRPF, una cifra que en este caso sería de 114 euros.

Además, como Telefónica o Santander pagan dividendos en efectivo, el inversor cobrará directamente el dividendo con una retención del 19%. Así, la tasa Tobin se sumará a la retención en los dividendos y al impuesto a la plusvalía de las acciones. Por último, no hay que olvidar que el dinero que se invierte ya ha pagado impuestos al generarse (como salario, rendimiento de una actividad económica, etc.) y que el Gobierno ya ha anunciado su intención de subir el IRPF a las rentas superiores a 130.000 euros anuales.

El ejecutivo explica que esta tasa "grava unas operaciones que no se encuentran sujetas en estos momentos a impuesto alguno", pero según CECA, el impuesto discrimina al pequeño inversor español y reducirá su margen de ganancias.

"El impuesto discrimina a la empresa española frente a las empresas extranjeras, puesto que únicamente grava la adquisición de acciones españolas. Por tanto, es previsible que genere una deslocalización de inversiones hacia otras jurisdicciones", afirman desde la asociación bancaria.

"Para mitigar los efectos colaterales derivados del establecimiento unilateral del impuesto en España, su implantación debería llevarse a cabo de manera global o al menos coordinada en todos los países de la UE", añade la asociación bancaria que representa a las antiguas cajas de ahorros.

El Gobierno ha explicado que un impuesto similar ya se aplica en países como Italia y Francia, pero el hecho de que no se aplique en todos los países de la UE sin duda es una discriminación negativa para el pequeño inversor español.

Además, según el cálculo que ha realizado Inverco, la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones, la tasa Tobin hará perder un 7,4% del patrimonio de los fondos de inversión y un 5,6% de los planes de pensiones en los próximos 25 años.

"En la medida en que los planes de pensiones y fondos de inversión inviertan en empresas cotizadas españolas, este impuesto tendrá un impacto en su rentabilidad", ha afirmado el presidente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama. Por ello, la tasa Tobin también tendrá un impacto indirecto en el ahorro a largo plazo de los inversores españoles.

LAS EXCLUSIONES DE LA TASA TOBIN

Por otra parte, el Gobierno ha detallado que el Impuesto no afecta al mercado primario, por lo que no tendrá impacto en las empresas que salieran por primera vez a Bolsa.

Entre las adquisiciones que también estarán exentas de dicho gravamen, destacan, además de las operaciones del mercado primario, las necesarias para el funcionamiento de infraestructuras del mercado, las de reestructuración empresarial, las que se realicen entre sociedades del mismo grupo y las cesiones de carácter temporal.

Desde Bankinter, recuerdan que el impuesto, que fue introducido en Francia en 2012, tuvo un impacto en los volúmenes de cotización de los valores afectados en Euronext del 10% al 15%, algo que puede trasladarse de manera similar al negocio de Bolsas y Mercados Españoles.

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