Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 y 30 años siguen disparados y este martes han vuelto a alcanzar sus niveles más altos desde 2007. En concreto, el rendimiento a una década ha superado el 4,781% y la deuda soberana a 30 años ha subido hasta el 4,874%, lo que ha llevado a las bolsas mundiales a registrar fuertes pérdidas.
"A medida que el rendimiento del Tesoro estadounidense a 10 años alcanza el 4,75% y el del bono a 30 años supera la marca del 4,80%, ambos niveles máximos de 2007, los índices bursátiles mundiales reanudan su desplome de septiembre y cotizan en mínimos de varios meses", afirman desde IG.
Para Michael Hewson, analista jefe de mercado de CMC Markets UK, "si seguimos viendo que los rendimientos aumentan con la especulación de que el rendimiento del bono estadounidense a 10 años podría subir hasta el 5%, la presión sobre las valoraciones del mercado bursátil estadounidense podría volverse más intensa".
La renta fija ha cobrado impulso después de que el mercado haya conocido unos datos del mercado laboral más fuertes de lo esperado. En concreto, la encuesta sobre vacantes y rotación laboral JOLTS ha mostrado en agosto 9,610 millones de vacantes de empleo, frente a los 8,8 millones esperados por el consenso.
"Las ofertas de empleo más fuertes de lo esperado en Estados Unidos, que indican un mercado laboral robusto, refuerzan el temor de los actores del mercado de 'tasas más altas por más tiempo' y conducen a un sentimiento de aversión al riesgo, con el petróleo, el oro y la plata también experimentando caídas", añaden desde IG.
Sin embargo, para los estrategas de Berenberg, "la respuesta negativa del mercado con un nuevo aumento de los rendimientos de los bonos es una reacción exagerada a los datos", ya que que creen que, aunque las ofertas de empleo han aumentado en agosto, "las contrataciones y las renuncias sugieren un enfriamiento de los mercados laborales".
La resistencia del empleo ha aumentado las expectativas de más subidas de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed). Un hecho que el banco central estadounidense ya puso de manifiesto en sus últimas proyecciones sobre las tasas de fondos federales, donde anticiparon un alza más antes de finales de año.
Asimismo, y junto con el mensaje lanzado por la Fed de "tipos más altos por más tiempo", varios miembros del organismo han insistido en que puede ser necesario un mayor endurecimiento monetario para controlar la inflación.
Ahora, la incertidumbre del mercado radica en si la próxima subida de tipos tendrá lugar en noviembre, algo que se descuenta con una probabilidad del 27,7%, según la herramienta FedWatch de CME Group, o será en diciembre, lo que es visto con una posibilidad del 39,2%.