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Lo que está pasando en el mercado de renta fija ha puesto muy nerviosos a los inversores. Sobre todo por el efecto que pueda tener en la bolsa. El rendimiento del bono a 10 años de EEUU ha tocado en las últimas horas el nivel más alto desde febrero de 2020, lo que lleva a muchos pensar que podría sufrir más giros salvajes en los próximos meses. JP Morgan cree "probable" que los rendimientos de los bonos "suban a partir de ahora", aunque también hace un llamamiento a la calma, ya que asegura que "el movimiento debería ser bien absorbido por el mercado de renta variable".

Es decir, que los estrategas del banco estadounidense opinan que aunque los bonos sigan con su escalada y rompan al alza, las consecuencias para las bolsas serán limitadas. "Tanto el rendimiento de los bonos estadounidenses como el de los alemanes están coqueteando con máximos de varios meses", remarca JP Morgan, que no descarta que sigan subiendo "reflejando la próxima normalización de la actividad, a partir del segundo trimestre, tras la demanda reprimida y el continuo apoyo fiscal".

Para los expertos de la entidad, está claro que "sigue existiendo una importante brecha entre los rendimientos de los bonos y la inflación, y entre los rendimientos de los bonos y los PMI", aunque no por ello descartan la escalada. De hecho, el equipo de renta fija estima que el bono estadounidense a 10 años acabe el año con un rendimiento del 1,45%.

Pero creen que las bolsas podrán soportarlo. "¿Puede la renta variable tolerar el aumento de los rendimientos? Creemos que sí, incluso si los rendimientos aumentan significativamente", dicen tajantes los analistas de JP Morgan, que ven las correlaciones a corto plazo "muy claras". En concreto, explican que desde el último mínimo de marzo, la renta variable "avanzó en los días en que los rendimientos de los bonos subieron, y retrocedió cuando los rendimientos de los bonos bajaron", lo que a su juicio es "totalmente coherente" con la correlación entre las acciones y los bonos en un plazo mucho más largo.

IMPACTO BENIGNO, A MENOS QUE PASE ESTO

Es más, JP Morgan insiste en que el impacto de una subida de los rendimientos de los bonos será "benigno" para las bolsas ya que hace algo más de un año, antes de la distorsión que ha provocado el Covid-19, "la renta variable se comportó bien con los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años cerca del 2%".

Por eso cree que aunque los múltiplos son más altos en la actualidad, "el contexto de crecimiento y beneficios es favorable", lo que lleva a los estrategas del banco a pensar que la correlación entre acciones y bonos no se romperá "mientras los rendimientos a 10 años en EEUU estén por debajo del 2%, especialmente si la provisión de liquidez de los bancos centrales sigue siendo amplia, y el crecimiento y el contexto de crecimiento es positivo".

Y afirma que la brecha de rendimientos "está lejos de ser tensa". A su juicio, la rentabilidad de los bonos tendría que subir entre 100 y 200 puntos básicos para "borrar el atractivo de la renta variable". "Observamos que las acciones se sienten cómodas absorbiendo incluso una rápida revalorización de los rendimientos de los bonos", remarcan estos analistas, que ponen un ejemplo. "Si se observan todas las subidas de la rentabilidad de los bonos estadounidenses en los últimos 10 años, de 50 puntos básicos o más en un corto periodo de tiempo, el S&P 500 subió en todas las ocasiones", aunque JP Morgan apunta que esto "podría no ser del todo cierto en el caso de los mercados emergentes".

Así las cosas, ¿en qué se puede invertir cuando los rendimientos suben? El banco estadounidense lo ve claro: el sector financiero sería una buena apuesta, como también los valores cíclicos, mientras que los defensivos (sobre todo sanidad y alimentación), sería lo que habría que evitar. Y, dice, "las tecnológicas se alinean generalmente con este último grupo". A nivel regional, JP Morgan aconseja la Eurozona y Japón, mientras que Reino Unido tiende sería el peor.

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