El Banco de la Reserva Federal de Australia (RBA por sus siglas en inglés) ha mantenido los tipos de interés en el 4,35% por cuarta vez consecutiva, una decisión que se ha situado en línea con las previsiones.
El organismo monetario ha advertido de la "persistencia" de la inflación, sobre todo en el sector servicios, y ha anticipado que "espera que disminuya más lentamente de lo previsto anteriormente".
El RBA ha señalado que "la inflación continúa moderándose, pero está disminuyendo más lentamente de lo esperado. El IPC aumentó un 3,6% interanual hasta el trimestre de marzo, frente al 4,1% hasta diciembre. La inflación subyacente fue más alta que la inflación general y disminuyó menos. Esto se debió en gran parte a la inflación de los servicios, que sigue siendo elevada y sólo se está moderando gradualmente".
"PERSPECTIVAS INCIERTAS"
El organismo también ha destacado que "las perspectivas económicas siguen siendo inciertas y los datos recientes han demostrado que es poco probable que el proceso de retorno de la inflación al objetivo (del 2% al 3%) sea fluido".
Su previsión es que "la inflación regrese al rango objetivo en la segunda mitad de 2025, y al punto medio en 2026". A corto plazo, el RBA pronostica que "la inflación será mayor debido al reciente aumento de los precios internos de la gasolina y a una inflación de los precios de los servicios mayor de lo esperado, que ahora se pronostica que disminuirá más lentamente durante el resto del año. Sin embargo, se espera que la inflación disminuya en 2025 y 2026".
En este escenario, el RBA ha considerado que "la persistencia de la inflación de los servicios es una incertidumbre clave" y espera que "disminuya más lentamente de lo previsto anteriormente, reflejando condiciones más sólidas en el mercado laboral, incluido un aumento más gradual de la tasa de desempleo" y un "crecimiento de los costes laborales unitarios que también sigue siendo muy elevado".
Sobre el consumo de los hogares, el organismo ha indicado que "existe el riesgo de que se recupere más lentamente de lo esperado, lo que daría lugar a un crecimiento continuo y moderado de la producción y a un deterioro notable del mercado laboral".
PRIORIDAD: "DEVOLVER LA INFLACIÓN AL OBJETIVO"
En este escenario, el RBA ha reiterado que "volver a alcanzar la meta de inflación dentro de un plazo razonable sigue siendo la máxima prioridad", lo que es "coherente con el mandato de estabilidad de precios y pleno empleo".
El banco central ha precisado que "debe tener confianza en que la inflación avanza de manera sostenible hacia el rango meta. Hasta la fecha, las expectativas de inflación a medio plazo han sido consistentes con la meta de inflación y es importante que así siga siendo".
Por último, la entidad ha afirmado que "espera que transcurra algún tiempo antes de que la inflación se sitúe de manera sostenible en el rango meta y se mantendrá atenta a los riesgos alcistas. La trayectoria de las tasas de interés que mejor garantice que la inflación regrese a su objetivo en un período de tiempo razonable sigue siendo incierta y el RBA no descarta nada".
Así, el organismo "se basará en los datos y en la evolución de la evaluación de riesgos. Al hacerlo, seguirá prestando mucha atención a la evolución de la economía mundial, las tendencias de la demanda interna y las perspectivas de inflación y del mercado laboral".