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Sharecast / Pierre Dietz via Pixabay

¿Qué pasará con la bolsa europea en 2024? Tras un estelar 2023 para la renta variable, muchos expertos auguran más subidas en las acciones en el nuevo año. Sin embargo, en Bank of America (BofA) son pesimistas, al menos en lo que a activos del Viejo Continente se refiere. Y es que, dicen sus analistas, hay varias razones que invitan a pensar que veremos una "nueva debilidad" en los próximos meses.

"Seguimos siendo negativos con respecto a la renta variable europea", dicen en uno de sus últimos informes de estrategia. Tanto, remarcan, que ven un "descenso del 19% para el Stoxx 600 hasta 390 puntos a mediados de año". Pero, ¿a qué se debe esa visión cuando otros muchos estrategas auguran subidas para la bolsa el año que viene?

Tal y como comentan los analistas del banco estadounidense, una serie de razones les invita a pensar de esta forma. Es cierto, apuntan, que las acciones se han recuperado en este tramo final del año, "a medida que la caída de la inflación, la moderación de los tipos por parte de los bancos centrales y la reducción de los tipos reales ganan frente a la ralentización del crecimiento".

Sin embargo, creen que el menor crecimiento que se espera en 2024, una vez se empiece a notar de verdad el efecto de las subidas de los tipos acometidas por los bancos centrales, acabará por provocar un aumento de las primas de riesgo y un descenso de los beneficios por acción, "lo que implicaría una nueva debilidad de la renta variable".

"La dinámica clave que rige los movimientos del mercado en este momento es la carrera entre el debilitamiento de la inflación y el debilitamiento del crecimiento", y desde principios de noviembre "la carrera la ha ganado la inflación, que se ha ralentizado más de lo previsto, lo que ha provocado una fuerte revisión a la baja de las expectativas de los bancos centrales", detallan.

Esto, a su vez, "ha impulsado el mercado de renta variable al traducirse en un descenso de los rendimientos reales de los bonos (es decir, el tipo de descuento para la renta variable) y al provocar una compresión de las primas de riesgo, ya que el mercado ha considerado que un inicio más temprano del ciclo de relajación implica una mejora de las perspectivas de crecimiento".

Sin embargo, recuerdan que su análisis sugiere que "hacen falta unos 18 meses para que se materialice todo el efecto del endurecimiento monetario sobre el ciclo macroeconómico". ¿Y esto qué significa? Pues que "en lugar de enfrentarse a una mejora de las perspectivas de crecimiento, la economía está a punto de sentir todo el impacto de las agresivas subidas de los bancos centrales de los dos últimos años", defienden estos expertos.

Esta situación, indican desde BofA, "en combinación con un retroceso del impulso fiscal estadounidense y un desvanecimiento del impulso derivado de la liquidación de la cartera de pedidos, implica la posibilidad de un fuerte debilitamiento del impulso del crecimiento de cara al próximo año".

Además, si a esto se une la posible ampliación de las primas de riesgo y un descenso de las expectativas de beneficios por acción "suficiente para contrarrestar el impulso derivado de la bajada de los tipos", entonces solo cabe esperar un mal desempeño de la renta variable europea en la primera mitad de 2024.

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