El inversor Ray Dalio, fundador y CEO del fondo Bridgewater, se une a las voces de alarma ante un posible crash en el mercado de bonos. En su opinión, el mercado ha caído en una fase “bajista”, y advierte de que el alza en los rendimientos podría desencadenar la mayor crisis para los inversores de renta fija en casi 40 años.
En una entrevista para Bloomberg TV, el multimillonario estadounidense ha alertado: “Un aumento del 1% en los rendimientos de los bonos generará el mayor mercado bajista que hemos visto desde 1980 hasta 1981”.
La rentabilidad del bono estadounidense a 10 años se mantiene en el entorno del 2,64%, cerca de marcar máximos desde mediados de 2014.
Además, Dalio asegura que la Reserva Federal ajustará la política monetaria más deprisa de lo previsto, y asegura que el crecimiento económico se encuentra “en la última etapa del ciclo, pero podría continuar mejorando durante otros dos años”. En opinión del presidente de Bridgewater, “el entorno económico actual es bueno para las acciones, pero malo para los inversores en bonos”, por lo que asegura que “uno se siente estúpido teniendo dinero en efectivo en este tipo de entorno”.
¿CRISIS DE BONOS?
Ya en 2016, el economista y jefe de Arcano Ignacio de la Torre advertía sobre una burbuja de bonos soberanos. También el gurú Bill Gross se ha unido a las advertencias. En estos momentos, la rentabilidad del bono estadounidense a 2 años se sitúa en el 2,08% y la del bono a 10 años en el 2,65%. Entre ambos, por tanto, apenas hay 57 puntos básicos, la menor diferencia desde 2007. Pero lo importante es que la rentabilidad del bono a 2 años se ha disparado desde el 1,2% de enero de 2017 y ha tocado máximos desde 2008, mientras la rentabilidad del bono a 10 años cotiza ligeramente por encima de los máximos de marzo del año pasado, aunque también ha repuntado a máximos desde 2014.
Pese a las voces críticas, también las hay que no creen que vaya a haber un cataclismo financiero en el mercado de bonos. Entre ellos, Lukas Daaler, director de Inversión en la gestora holandesa Robeco. “Dejen de lloriquear sobre la curva de tipos estadounidense”, afirma.
