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Las tecnológicas siguen de dulce en 2024. Tras un 2023 de ensueño impulsado por la inteligencia artificial (IA), que catapultó la valoración de compañías como Nvidia o Meta, la tendencia se ha mantenido este año y una buena parte del sector sigue volando en los mercados bursátiles. Basta con ver el avance del 5% del Nasdaq Composite en lo que va de año, el repunte de más del 10% del FANG+ Index o el Philadelphia Semiconductor Index para ver que los inversores siguen apostando –y con motivos de peso– por estos valores.

El equipo de análisis de J. Safra Sarasin Sustainable AM (JSS SAM) comparte este optimismo con el sector tecnológico, el cual seguirá disfrutando de buenas rentabilidades a lo largo de los próximos trimestres gracias a "los favorables vientos de cola" que están "impulsando el aumento del gasto en tecnología".

"El sector ha superado al mercado bursátil general en más de un 800% en los últimos 15 años y esta tendencia está llamada a continuar. El sector tecnológico tiene muchas ventajas sobre el mercado en general que lo hacen hoy más atractivo que nunca", aseguran los expertos dirigidos por Tomasz Godziek, director de inversiones temáticas de la gestora suiza.

MOTIVOS PARA SEGUIR SUBIENDO

En primer lugar, JSS SAM señala que las tecnológicas están muy expuestas a algunas de las tendencias de crecimiento a largo plazo más atractivas, como la ya mencionada IA, las nuevas arquitecturas de semiconductores o la ciberseguridad. Además, apuntan, otras nuevas tecnologías disruptivas, como la computación cuántica y la conducción autónoma, están a la vuelta de la esquina e impulsarán el crecimiento del sector en el futuro.

En segundo lugar, las compañías tecnológicas continúan siendo muy rentables y disfrutan "de los mayores niveles de márgenes operativos con altos niveles de ingresos recurrentes". De media, señalan estos expertos, las compañías del índice MSCI World Information Technology tienen unos márgenes operativos del 21,5%, frente al 12,5% de las compañías del índice MSCI World.

"Además, las compañías tecnológicas están mejorando continuamente sus márgenes. La era del crecimiento a toda costa ha llegado a su fin, ya que las tecnológicas se centran ahora más en el crecimiento rentable", agregan.

Asimismo, JSS SAM subraya que las inversiones en tecnología "también se han convertido en una prioridad" para los gobiernos occidentales y orientales, especialmente debido a las crecientes tensiones geopolíticas y a los problemas de la cadena de suministro que salieron a la luz durante la pandemia. Y es que, en los últimos años, las inversiones tecnológicas se han convertido en "una cuestión de seguridad nacional", ya que las naciones de todo el mundo "se apresuraron a impulsar la fabricación nacional de semiconductores y a reforzar sus propias defensas de ciberseguridad". "Por lo tanto, el sector tecnológico se encuentra en una posición única, ya que sus compañías se están beneficiando del aumento del gasto de los consumidores, las compañías y ahora también los gobiernos", añaden.

"Más allá de las razones específicas del sector, el panorama macroeconómico también favorece a la tecnología, ya que se espera que la mayoría de los bancos centrales –con la excepción del Banco de Japón– relajen su política monetaria en 2024. Esta es una buena noticia porque los tipos de interés han sido un viento en contra para las valoraciones tecnológicas desde principios de 2022. Ahora que los tipos máximos han quedado atrás, el sector debería beneficiarse de un viento de cola con políticas monetarias más benignas", apuntan estos expertos.

¿BURBUJA DE LAS PUNTOCOM 2.0?

No obstante, hay quien ve estos repuntes con escepticismo. El gran rendimiento que han tenido las tecnológicas en los últimos tiempos ha alertado a algunos inversores que creen que podrían estar emulando algunos comportamientos de la burbuja de las puntocom de finales del siglo pasado y principios del actual. No es el caso de los analistas de J. Safra Sarasin SAM.

"Las compañías que hoy lideran el rally tecnológico distan mucho de las que protagonizaron la burbuja de las puntocom a finales de los noventa", explican. Estos estrategas basan su razonamiento en que Nvidia, la 'poster child' de este rally tecnológico, cotiza "solo" 30 veces por encima de los beneficios estimados para el año que viene (coincidiendo justo con su media de los diez últimos años); en cambio, muchas compañías de la era de las puntocom se valoraban 100 veces por encima de sus beneficios y muchas estaban "muy endeudadas", mientras que otras, directamente, tenían pérdidas.

Los analistas de la firma suiza subrayan que, a diferencia de entonces, las grandes tecnológicas actuales tienen márgenes de explotación y de flujo de caja libre "muy elevados" y con balances "saneados". "También tienen mercados finales globales que son más fáciles de ampliar, mientras que las principales compañías de las puntocom eran en su mayoría compañías de telecomunicaciones que operaban en mercados regionales o nacionales", agregan.

No obstante, esta situación, si bien diferente y favorable, no está exenta de riesgos. Uno de ellos es la agitación geopolítica, ya que los conflictos están cada vez más "interconectados" y podrían extenderse "fácilmente" a otras partes del mundo.

En este sentido, la desglobalización ha sido positiva para el sector tecnológico, ya que está dando lugar a la deslocalización y el 'friendshoring', es decir, el desplazamiento de las cadenas de suministro a países con alianzas políticas o económicas. Sin embargo, los mercados podrían seguir sufriendo en caso de una escalada importante del conflicto en Oriente Próximo o de un nuevo aumento de la tensión entre China y Estados Unidos.

En cuanto a la regulación, las grandes tecnológicas tienen que hacer frente a normas más estrictas sobre fusiones y adquisiciones, privacidad de datos y cuestiones antimonopolio. Por ejemplo, la Ley de Mercados Digitales de la Unión Europea, que entró en vigor a finales de 2022, ya ha dado más de un quebradero de cabeza a gigantes como Apple o Google en territorio comunitario.

En cuanto a la IA, tampoco es oro todo lo que reluce. Estos expertos subrayan que existe el riesgo de que haya un excesivo "bombo publicitario" de esta tecnología en el corto plazo debido a las altas muchas expectativas puestas en la IA y en su potencial para revolucionar la economía mundial. "Aún está en pañales y muchas compañías suelen mostrarse cautelosas a la hora de adoptar nuevas tecnologías. Esto puede retrasar una adopción rápida y generalizada de la IA generativa en todos los sectores", apuntan.

Teniendo esto en mente, los expertos de JSS SAM recomiendan adoptar un enfoque "centrado y de alta convicción" con una cartera concentrada de 35 valores de distinta capitalización a aquellos inversores que quieran aprovecharse de un posible rally tecnológico. "No diluimos nuestras ideas de inversión manteniendo 60, 70 o incluso 100 valores. Llevamos a cabo un análisis en profundidad de las compañías en las que invertimos con un horizonte a largo plazo, integrando criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) en el proceso de inversión. La selección de valores es el principal motor de la rentabilidad", concluyen.

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