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Está siendo un buen año para la renta variable. Selectivos como el Euro Stoxx 600 o el Dow Jones suben algo más de un 5% en lo que va de año, mientras que índices con mayor componente tecnológico como el S&P 500 o el Nasdaq acumulan rentabilidades de dos dígitos en los primeros seis meses de 2024.

Todo ello a pesar de la incertidumbre relacionada con la geopolítica, representada tanto por sorpresas como las elecciones europeas y francesas como por incógnitas conocidas como la campaña electoral estadounidense, o unos datos que están reforzando un escenario de aterrizaje suave de la economía, como demuestra el proceso de recorte de los tipos de interés que han comenzado numerosos bancos centrales. Así pues, ¿qué esperar de cara al tercer trimestre?

"Es esencial saber disipar el ruido y centrarse en lo más importante para los mercados", apunta Johanna Kyrklund, directora de inversiones del grupo Schroders, la cual cree que "la estrechez de la rentabilidad de los mercados de renta variable, con los valores tecnológicos impulsando las ganancias de este año" es un claro "motivo de preocupación", al igual que las valoraciones "relativamente elevadas, especialmente en EEUU".

Con todo, apunta esta experta, las valoraciones del sector tecnológico, el gran impulsor de buena parte de las ganancias de lo que va de año, siguen estando respaldadas por el "fuerte impulso de los ingresos y el apalancamiento operativo positivo (es decir, el crecimiento de los ingresos supera al de los costes)".

No obstante, otros analistas no se muestran tan positivos. Los expertos de WisdomTree señalan en uno de sus últimos informes que las recientes caídas observadas en las tecnológicas están anticipando la llegada de una gran rotación de activos hacia acciones de menor capitalización. En este sentido, estos estrategas señalan que los llamados 'Siete Magníficos', así como otros valores relacionados con la inteligencia artificial (IA), han perdido fuerza en las últimas jornadas y podrían dejar de ser tan atractivos como han sido hasta ahora para el mercado.

Asimismo, estos estrategas señalan que, si la Reserva Federal (Fed) sigue el guion que espera el mercado y comienza a recortar los tipos de interés en septiembre, estas acciones podrían sufrir. Según datos de estos expertos, en nueve de los once últimos ciclos de bajadas de tipos (desde 1974), la renta variable subió en el año siguiente a la primera bajada. En seis de esos nueve ciclos, las pequeñas capitalizaciones superaron a las grandes y, además, en los dos ciclos en los que la renta variable tuvo un rendimiento negativo, las pequeñas capitalizaciones superaron también a las grandes.

De su lado, los analistas de GVC Gaesco tienen una visión "positiva" para el mercado de cara al trimestre de verano. Esta tesis, explican, se basa en que los beneficios empresariales "siguen siendo fuertes en la evolución real y en las previsiones" y porque las valoraciones teóricas "ofrecen potenciales de entre el 10% y el 15%".

"Pensamos que es momento de aumentar el peso en las carteras de los valores que se han visto frenados en la primera parte del año a causa de la 'no bajada de tipos'. La apuesta Francia, puede conllevar volatilidad, pero los episodios de cambios políticos suelen ser oportunidades de entrada en valores normalmente caros. Por sectores apostaríamos por transición energética, valores asociados a deuda, valores selectivos en la industria europea (que va rezagada) y valores con una valoración hundida", indican.

En el mercado local, la firma española selecciona a Naturgy como una de sus acciones favoritas, así como a Acciona, que entra en su lista de valores preferidos en sustitución de su filial, Acciona Energía. Por otro lado, Iberdrola y Logista también salen de su lista de favoritos, aunque les siguen gustando "desde el punto de vista fundamental". En Europa, estos estrategas hacen una rotación en el sector financiero, cambiando Société Générale por BNP, y otra en el sector de telecomunicaciones al cambiar Orange por NOS.

EMERGENTES Y RENTA FIJA

En este contexto de posibles bajadas de tipos, la experta de Schroders considera que la renta variable de los mercados emergentes "parece más atractiva", ya que muchas de estas economías "han controlado la inflación, aplican una política fiscal prudente y se benefician de la recuperación del sector manufacturero que se está produciendo actualmente".

Los expertos de WisdomTree señalan que la diferencia en las expectativas de crecimiento de los beneficios entre los 'Siete' y el resto del mercado "se está cerrando significativamente" hacia finales de año. "Mientras que los 'Siete Magníficos' exhibieron un crecimiento de beneficios mucho mayor en 2023 y la primera mitad de 2024, el resto del mercado se está poniendo al día. Las estimaciones del cuarto trimestre de 2024 y 2025 son muy similares", señalan. Esto, explican, "debería crear oportunidades para que las acciones no pertenecientes a esas siete megacapitalizaciones capten la atención de los inversores y se pongan al día".

En cuanto a la renta fija, Schroders considera que es importante tener en cuenta el resultado de las elecciones que han tenido lugar en estos meses. Según la firma británica, los resultados "han puesto de manifiesto la frustración con los gobernantes", como es el caso de Francia, Reino Unido, Sudáfrica o India, En consecuencia, Kyrklund pronostica que esto conducirá a una política fiscal "más laxa" y a una política monetaria "más restrictiva", una situación completamente distinta a la de la década pasada.

Asimismo, con las elecciones más importantes aún están por llegar, ya que Estados Unidos acudirá a las urnas en noviembre, hay dos temas importantes encima de la mesa. En primer lugar, el proteccionismo seguirá teniendo un papel protagonista ganen demócratas o republicanos. En segundo lugar, la política de inmigración podría ser importante en el contexto del crecimiento salarial, sobre todo porque los mercados laborales siguen "boyantes".

La posibilidad de que los republicanos arrasen (ganando las dos cámaras del Congreso, además de la presidencia) suscita preocupación por una política fiscal más expansiva, lo que podría traducirse "en un aumento de los rendimientos en el extremo más largo de la curva de rendimientos, ya que los inversores se preocupan por la sostenibilidad del déficit fiscal". Esta es una de las razones por las que Schroders no considera que los bonos soberanos ofrezcan "las mismas ventajas de diversificación que solían ofrecer".

"Sin embargo, los recortes de los tipos de interés deberían apuntalar las curvas de rendimiento y la renta fija sigue desempeñando un papel importante como fuente de rendimiento en las carteras, lo que yo llamo la razón tradicional para poseer bonos. Un entorno benigno para el crecimiento favorece la renta variable. Y las curvas de rendimiento invertidas, en las que los tipos a más corto plazo son más altos que a más largo plazo, significan que en renta fija sigue mereciendo la pena esperar la llegada de mejores niveles o señales más tangibles de riesgo de recesión", sentencia.

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