El mercado lo tiene claro: el Banco Central Europeo (BCE) volverá a bajar los tipos de interés en 25 puntos básicos en su reunión de este jueves. Pero ¿y después? Sin esperar un calendario específico, los analistas creen que los últimos datos económicos respaldan la idea de más recortes que tomarán 'carrerilla' a finales de 2024.
Y es que, si se excluye el impulso puntual de los Juegos Olímpicos, los indicadores macro de la zona euro se han debilitado durante el verano, con un crecimiento del PIB del segundo trimestre inferior a lo esperado y un mercado laboral que sigue mostrando signos de moderación.
"Creemos que el BCE quería que se cumplieran algunas condiciones específicas para implementar un recorte de tasas en septiembre como una disminución del crecimiento salarial, una desaceleración del dinamismo de los precios de los servicios, y unas proyecciones macroeconómicas que mostrarán que las previsiones de inflación se mantendrán sin cambios o serán inferiores a las de junio", explican en Nomura.
Una opinión compartida con los expertos de Danske Bank, para quienes "la totalidad de los datos habla a favor de un recorte de tipos".
"El hecho de que el BCE esté a punto de bajar las tasa no debería, en nuestra opinión, interpretarse como una señal de una política monetaria poco convencional. Hace tiempo que sostenemos que, cuando las expectativas de inflación se alinean con el objetivo, es necesario recortar los tipos de interés nominales para que el banco central pueda controlar la inflación. No se debe aplicar una política monetaria cada vez más restrictiva. En cuanto a los indicadores generales, las condiciones financieras en la zona euro siguen siendo tan restrictivas como antes del recorte de junio", agregan en el banco danés.
Además, desde julio, los miembros del BCE han apoyado una bajada de tipos en septiembre. Si bien Philip Lane, economista jefe y miembro del Comité Ejecutivo del organismo, no se ha pronunciado explícitamente a favor de un recorte, "utilizó Jackson Hole para argumentar que el BCE no debe excederse en la restricción monetaria. Cipollone también sostuvo en una entrevista que 'existe un riesgo real de que nuestra postura se vuelva demasiado restrictiva'", dicen en Nomura.
Por ello, un recorte en septiembre no debería suscitar controversia. Ahora bien, ¿que sucederá más allá?
¿Y DESPUÉS DE SEPTIEMBRE?
Históricamente, una vez que los bancos centrales comienzan a bajar los tipos de interés, la senda de flexibilización ha sido relativamente rápida. En este sentido, los mercados han comenzado a especular sobre la posibilidad de otro recorte en octubre por parte del BCE.
"Si bien un recorte de tasas en octubre podría ocurrir en un escenario bajista, en parte influenciado por la totalidad de los datos y un ciclo agresivo de recortes de la Reserva Federal (Fed), creemos que es poco probable que la información que se reciba entre la reunión de septiembre y la de octubre sea lo suficientemente débil como para que se pueda aplicar", comentan en Danske Bank.
Con todo, el BCE prefiere responder a los datos oficiales y antes de la reunión de octubre se habrán conocido pocas cifras de actividad que justifiquen un nuevo descenso de las tasas, a menos que se produzca un shock global que afecte al proceso de toma de decisiones de todos los bancos centrales.
"El BCE sigue mostrándose muy cauto con su ciclo de recortes, pero dadas nuestras perspectivas, seguimos viendo más recortes en 2025/26 de los que los mercados están valorando, con una vuelta a un tipo de depósito del 2% en el tercer trimestre de 2025 (a más tardar) y al 1,5% en 2026", señalan en Bank of America.
Asimismo, añaden que "la balanza de riesgos del BCE ha vuelto a inclinarse por una aceleración más temprana de los recortes (es decir, a partir de finales de 24, si no antes). Y si la actividad resulta aún más débil (un riesgo claro a corto plazo), podría considerarse incluso un recorte en octubre de 2024. Un recorte acumulado de 50 puntos básicos de aquí a 2024 es un límite inferior, dada la falta de un claro repunte de la actividad".
BUSCANDO PISTAS EN LAS PALABRAS DE LAGARDE
Al margen de la decisión de política monetaria del BCE y de las proyecciones económicas del organismo, que se mantendrán prácticamente sin cambios, la atención del mercado estará puesta en la conferencia de prensa que ofrezca Christine Lagarde, con el objetivo de encontrar alguna pista sobre los próximos movimientos, aunque los estrategas tienen pocas esperanzas de que esto suceda.
"Esperamos que Lagarde confirme que se está entrando en la fase de reducción, pero no lo sabemos. No esperamos un compromiso con un calendario específico de nuevos recortes de tasas; por lo tanto, no anticipamos que se desvíe del enfoque de reunión por reunión y dependiente de los datos para los cambios de la tasa de política, manteniendo así la opcionalidad y flexibilidad de su orientación", afirman en la entidad danesa.
En Nomura también se decantan porque Lagarde subraye la dependencia de los datos y adopte el enfoque de reunión por reunión sin ofrecer una trayectoria de bajadas.
"Es probable que Lagarde subraye la dependencia de los datos y la adopción de un enfoque reunión por reunión, además de enfatizar la independencia del BCE respecto de la Fed. Creemos que probablemente enfatizará que el BCE puede recortar las tasas en reuniones entre rondas de proyecciones si los datos lo justifican; los mercados pueden interpretar esto como un aumento de la probabilidad de recortes entre reuniones de pronósticos, incluida la de octubre", concluyen en el banco de inversión.