El interés de Oriente Medio en el fútbol sigue más vivo que nunca. Después de que Emiratos Árabes Unidos comprara el Manchester City en 2008 y que Arabia Saudí adquiriese el Newcastle United en 2021, ahora es Qatar, propietario del Paris Saint-Germain francés, la que parece interesada en entrar en el fútbol británico y adquirir al club más laureado de era Premier: el Manchester United.
Según informa ‘Bloomberg’, el jeque Tamim bin Hamad al Thani está estudiando presentar una oferta de alrededor de 4.500 millones de libras por los ‘diablos rojos’ en los próximos días. Esta publicación señala que distintos funcionarios del fondo soberano de inversión qatarí, Qatar Investment Authority, están trabajando en la oferta preliminar de Doha, al tiempo que el banco neoyorquino Raine Group está asesorando a la familia Glazer, actuales propietarios del club mancuniano.
Tras conocerse esta noticia, las acciones del Manchester United han subido un 0,25% en Wall Street. En los últimos tres meses, período en el que el club ha remontado el vuelo bajo la dirección del neerlandés Erik ten Hag y en el que se ha producido la salida de Cristiano Ronaldo, los títulos del club inglés han repuntado más de un 80%. El valor total del club en bolsa ronda los 4.000 millones de dólares.
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Los fondos de inversión quieren entrar con fuerza en el sector del deporteEl Manchester United ha sido objeto de crecientes especulaciones de adquisición desde el pasado verano, cuando diversos medios informaron que los Glazer, propietarios del club desde 2005, estaban dispuestos a desprenderse de una parte del histórico club. Hasta ahora, solo el multimillonario británico Jim Ratcliffe, presidente de INEOS, ha declarado oficialmente su interés y, según ‘Bloomberg’, estaría trabajando con Goldman Sachs y JP Morgan para presentar una posible oferta.
Como ya se ha mencionado, Qatar ya controla al Paris Saint-Germain, aunque el actual campeón galo pertenece a Qatar Sports Investments, una entidad independiente de QIA. La normativa de la UEFA, organismo rector del fútbol europeo, prohíbe que equipos con el mismo propietario mayoritario compitan en los principales torneos de la región, incluida la Liga de Campeones. Asimismo, el presidente de QSI, Nasser Al-Khelaïfi, es miembro del Comité Ejecutivo de la UEFA, órgano que aprueba dicha normativa.
Con todo, no sería la primera vez que un propietario tenga dos clubes en la misma competición europea. El Red Bull Salzburg austríaco y el RB Leipzig alemán pertenecen al grupo Red Bull, comparten colores y símbolos y se enfrentaron en la Europa League en 2018 tras demostrar ante UEFA que había una clara separación entre los dos equipos.
Adam Sommerfeld, especialista en inversiones deportivas de Certus Capital, ha estimado que cualquier oferta por el Manchester United tendría que superar los 4.000 millones de libras (4.800 millones de dólares) para tener éxito. Se trataría de una de las mayores operaciones de la historia en torno a una franquicia deportiva. En el último año, el consorcio liderado inversor estadounidense Todd Boehly y el fondo Clearlake Capital adquirió el Chelsea por 4.250 millones de libras (5.200 millones de dólares).
UNA OPERACIÓN CONTROVERTIDA
Con todo, la operación podría no ser sencilla. En los últimos tiempos, los clubes de la Premier League inglesa se han mostrado cada vez más beligerantes ante las crecientes diferencias entre clubes grandes y pequeños, con Manchester City y Newcastle United bajo todos los focos.
A las acusaciones de ‘sportswashing’ que reciben estos equipos, propiedad de Estados que no respetan los derechos humanos, se suman las de dopaje financiero. Muchos clubes creen que numerosos patrocinios de estos clubes Estado se cierran con entidades cercanas a dichos países y por cantidades muy por encima del precio de mercado para así trampear las cuentas. Recientemente, la Premier League ha acusado al Manchester City de romper numerosas reglas financieras durante nueve temporadas.
Por su parte, 18 de los 20 clubes de la máxima categoría inglesa mostraron su rechazo a que el Fondo de Inversión Pública saudí (PIF, por sus siglas en inglés) adquiriese el Newcastle United en octubre de 2021, siendo los otros dos restantes el Manchester City, que se abstuvo, y el propio Newcastle, que votó a favor. La Premier League solo autorizó la compra del Newcastle por parte del PIF cuando recibió las “suficientes garantías legales” de que Arabia Saudí no controlaría el club ‘magpie’, a pesar de ser, de hecho, el fondo de inversión estatal saudí.
Por otro lado, si Qatar decidiese adquirir el Manchester United podría encontrarse menos trabas por parte de la Premier League. La razón está en que beIN Sports, la principal televisión deportiva de todo Oriente Medio, no solo es catarí, sino que es una de las grandes patas de apoyo financiero de la Premier League: según ‘Reuters’, la compañía basada en Doha pagará 500 millones de dólares anuales por asegurarse los derechos de retransmisión de la máxima división inglesa hasta la temporada 2024-25.
La cadena catarí fue una de las principales fuerzas externas que hizo presión para que no se aprobara la compra del Newcastle United, pero finalmente dio su brazo a torcer. ¿El motivo? En enero de 2021, meses antes de que se certificase la compra del conjunto ‘magpie’, Riad levantó un bloqueo de cuatro años de duración a las retransmisiones beIN Sports. “Hoy existe una necesidad desesperada de unir nuestros esfuerzos para promover nuestra región y hacer frente a los desafíos que nos rodean, especialmente las amenazas planteadas por el programa nuclear y de misiles balísticos del régimen iraní y sus planes de sabotaje y destrucción”, dijo entonces el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman.
Por su parte, beIN sports confirmó que Arabia Saudí desbloqueó sus canales en el reino del Golfo. En un comunicado, la empresa dijo que Riad se había puesto en contacto con ella para resolver casos legales, incluido un arbitraje de inversión de 1.000 millones de dólares, y añadió que se había levantado su “singular objeción” a la adquisición del Newcastle por parte del PIF.