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El mercado de opciones estadounidense está lanzando señales de advertencia a la tendencia alcista de Wall Street. Conforme avanzan las escaramuzas arancelarias de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, los inversores buscan protección y aprovisionar dinero ante un posible 'tail risk' (acontecimientos muy poco probables pero potencialmente dañinos).
El índice SKEW de la CBOE (Chicago Board Options Exchange) rebasó los 150 puntos la pasada semana, reflejando un claro aumento de la demanda de opciones de venta 'out of the money' (término bursátil utilizado cuando una opción aún no ha alcanzado su precio de ejercicio), respecto a la demanda de opciones de compra en el índice S&P 500.
Las transacciones del mercado apuntan al posible fin al 'rally' más largo de la historia
Estos elevados niveles pueden indicar el desplome de los índices estadounidenses... es decir, un 'black swan' o 'Cisne Negro', un evento o factor poco probable que puede desencadenar consecuencias graves y de gran envergadura.
Normalmente, suele ir seguido de un proceso de racionalización y los analistas hallan el evento clave que lo detonó. El ejemplo más clásico de este fenómeno, según Nassim Taleb, el investigador financiero que lo acuñó, es el denominado crash bursátil de 1987.
Por su parte, el índice SKEW publicado por el CBOE mide cómo los operadores valoran la probabilidad de que el S&P 500 registre una rentabilidad más negativa de lo habitual (en torno a 2 o 3 desviaciones típicas por debajo de la media). Es decir, cuanto más alto esté el índice, mayor es la expectativa del mercado de que ocurra algo negativo, como un 'Cisne Negro'.
Y el índice SKEW está cerca de sus máximos históricos en estos momentos, según los datos registrados por 'Bloomberg' que se remontan hasta la década de los años 90. "En mi opinión, esto tiene mucho que ver con el riesgo comercial", afirma Dennis DeBusschere, jefe de estrategia de Evercore ISI. Históricamente, el SKEW ha girado en torno a los 115 puntos, reflejando una demanda mayor de opciones de compra (aquellas en las que el inversor tiene expectativas alcistas respecto al mercado o una acción en concreto). Este viernes, el índice cerró en los 151,6 puntos.
La otra interpretación de los niveles de este índice es que los inversores no apuestan por la prolongación de la tendencia alcista. En lugar de prepararse para una catastrófica recesión económica, los inversores podrían simplemente pensar que no queda mucho margen de subida para Wall Street. "Los niveles actuales del SKEW no son necesariamente una advertencia bajista, sino simplemente un indicador de la falta de optimismo", apunta Yannis Couletsis, director de Credence Capital Management.
Otro factor a tener en cuenta es que el SKEW nunca ha sido particularmente bueno a la hora de predecir tendencias bajistas. El pasado mes de febrero, el índice estaba en mínimos (indicando una ausencia de pesimismo entre los inversores) pero el S&P 500 acumuló un desplome del 6% en sólo dos días. Pravit Chintawongvanich, estratega de Wells Fargo, asevera que el índice SKEW "es muy, muy ruidoso" y puede verse afectado por simples oscilaciones de precios en opciones relativamente poco líquidas.
