• CDO, CLO, ABS, RMBS... la sopa de letras que hizo quebrar a Lehman
brad pitt gran apuesta
Brad Pitt en la película 'The Big Short' (La gran apuesta)

Como es sabido, lo que llevó a la quiebra a Lehman Brothers y al rescate del recto de la banca norteamericana y europea fueron los famosos "activos tóxicos" que inundaban sus balances y que tenían nombres esotéricos para que nadie supiera realmente qué eran. Diez años después, han vuelto y algunos han batido este año el récord de volumen de 2008. ¿Estamos jugando otra vez con fuego?

"El mercado de hipotecas subprime tenía un talento especial para oscurecer lo que hacía falta clarificar. Un bonos respaldado por hipotecas subprime no se llamaba 'subprime mortgage bond'. Se llamaba ABS, 'asset-backed security' (título respaldado por activos)", explica Michael Lewis en 'The Big Short' (La gran apuesta). Wall Street creó una verdadera sopa de letras con estos productos para oscurecer su naturaleza: los citados ABS, CLO, CDO, RMBS, HELs, HELOCs, Alt-A, etc.

La mayoría fueron desterrados en la crisis al ser culpabilizados de la misma. Pero unos cuantos están de vuelta debido a que el apetito por las altas rentabilidades nunca desaparecerá de los mercados, y más en tiempos de tipos de interés tan bajos y de liquidez casi ilimitada. Las titulizaciones de crédito vuelven a llenar las carteras de los fondos de inversión, e incluso los infames CDO (el producto más tóxico de todos) están otra vez de moda, según 'Bloomberg'.

El mayor crecimiento se está dando en los CLO (collateralized-loan obligations), es decir, titulizaciones de préstamos a empresas. Las emisiones de 2017 superaron las de 2007, y este año serán mayores. Este mercado en EEUU alcanza 1.3 billones (españoles) de dólares, lo que le pone a la altura de la deuda 'high yield', debido a que ofrecen tipos variables que suben cuando la Fed eleva los suyos, como está ocurriendo ahora.

De hecho, la demanda es tan fuerte que se están reduciendo las exigencias de garantías, igual que en la burbuja. Según Moody's, el 80% de estos préstamos son 'covenant-lite', lo que significa que carecen de protección significativa contra, por ejemplo, una caída de los beneficios de las empresas deudoras. Entre 2006 y 2007, esa proporción era inferior al 25%.

TITULIZACIONES DE PRÉSTAMOS PARA AUTOMÓVILES

Los ABS de los que hablábamos antes no contienen ahora hipotecas, sino créditos al consumo. Que, como todo el mundo sabe, son muchísimo menos seguros -la morosidad es mucho más alta y no hay una casa como garantía- pero tienen unos intereses mucho mayores. Los favoritos son los préstamos para la compra de coches. Las emisiones llegaron a 100.000 millones el año pasado, por encima del récord de 2005, y este año van camino de marcar otro máximo. De esa cifra, los ABS de préstamos para automóvil calificados como subprime suponen 25.000 millones.

La demanda sigue fuerte a pesar de que están creciendo ya los impagos (la morosidad) y los inversores incluso muestran deseos de comprar los tramos de peor calidad -los respaldados por préstamos más arriesgados y que sufren las primeras pérdidas-. Es decir, exactamente lo mismo que hace 10 años.

VUELVE A HABER CDO SINTÉTICOS

Hasta los CDO (collateralized-debt obligations) viven una nueva edad de oro. El año pasado se emitieron 303.000 millones de dólares, una cifra enorme aunque aún alejada de los 500.000 de 2007. Ahora bien, el daño infligido por estos derivados fue tan grande que ahora son diferentes. En vez de hipotecas subprime, suelen tener como subyacente créditos a empresas y se han incrementado las garantías para el inversor.Con todo, incluso vuelve a haber CDO sintéticos, el colmo de la toxicidad en la crisis.

Los que no se han recuperado son los MBS (mortgage backed securities) respaldados por hipotecas que no estén garantizadas por las agencias estatales de EEUU, las famosas Fannie Mae y Freddie Mac. Estos títulos suponían más del 50% de las hipotecas en 2005 y 2006, y desde 2007 solo representan el 3%. Algo sí parece haber aprendido el mercado.

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