El Gobierno de Suiza ha defendido este martes su papel en el rescate de Credit Suisse Group mediante la adquisición de la entidad por su rival UBS al considerar que la intervención para evitar el colapso del segundo mayor banco del país era necesaria para evitar consecuencias "desastrosas".
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"El Consejo Federal se vio obligado a intervenir para mantener la estabilidad tanto en Suiza como internacionalmente y para proteger la economía", ha señalado el presidente Alain Berset durante una sesión especial del Parlamento en la capital suiza, Berna. "La quiebra de Credit Suisse habría tenido consecuencias desastrosas", según recoge Bloomberg.
El Parlamento de Suiza examinará durante tres días a partir de este martes la actuación del Gobierno en el rescate de Credit Suisse, que cristalizó el pasado 19 de marzo en la adquisición de la entidad por UBS Group.
La medida, descrita por Berset como la mejor opción para restablecer la confianza en los mercados, crea un gigante bancario cuyos activos son más del doble del tamaño de la economía suiza.
El Parlamento, al igual que los accionistas, no tuvo voz en el acuerdo, aunque este fue firmado por un pequeño grupo de parlamentarios de alto nivel, la llamada delegación financiera, por lo que la transacción no puede ser revertida.
En la junta general de accionistas de Credit Suisse, celebrada la semana pasada, la cúpula directiva del banco pidió disculpas por no haber logrado evitar el colapso de la entidad, fundada hace 167 años, asegurando que la precipitada fusión con UBS representaba la única alternativa para evitar una catástrofe, no sólo para Suiza, sino para la economía mundial.
"Lo lamento sinceramente. Pido disculpas", declaró en su intervención ante la junta general anual de accionistas, el presidente de Credit Suisse, Axel P. Lehmann, aclarando que "solo había dos opciones: acuerdo o bancarrota".