Los bonos alemanes han sufrido una venta masiva esta jornada, sin ningún motivo aparente. La rentabilidad la deuda a 10 años se elevó en el mercado secundario hasta el 0,8%, para descender después por debajo del 0,6%. Las dudas sobre Grecia y el pobre rendimiento que ofrecen no parecen motivo suficiente para este comportamiento intradía.
La deuda alemana no ofrece grandes rentabilidades. Pero no es algo nuevo. Tampoco lo son las dudas sobre Grecia y el miedo al Grexit. Sin embargo, este jueves se ha producido una venta masiva de bonos en el mercado secundario que ha disparado su rentabilidad, informa The Guardian. El bono llegó a tocar brevemente la rentabilidad del 0,8%, aunque luego descendió por debajo del 0,6% y se ha estabilizado en estos niveles.
El retorno de los títulos de deuda germanos tuvo una tendencia a la baja en el año hasta situarse en el 0,08% el 20 de abril, el mínimo anual. Un rendimiento casi nulo para los inversores, que esperaban encontrar un activo refugio hasta que se alargaron las sombras sobre el futuro de Grecia en el euro. Desde ese día, la deuda alemana ha escalado hasta el 0,6%. Es decir, el retorno en el mercado secundario se ha multiplicado casi por ocho veces en apenas dos semanas y media.
¿Qué está pasando con la deuda alemana? La pregunta no tiene fácil respuesta. Los analistas consultados por The Guardian apuntan a tres factores, pero ninguno de los dos parece poder explicar por sí sólo esta tendencia. Por una parte, el rendimiento que ofrecen a los inversores es muy pobre, mientras que el escenario de deflación estructural es sólo una preocupación, no una gran probabilidad. Además, esto explicaría el movimiento pero no la rapidez, en un mercado profundo y con mucha liquidez, explica la información del diario británico.
El rendimiento no es lo suficientemente alto como para volver al mercado europeo (de renta fija) y recomendamos a los inversores mantenerse al margen
La otra posibilidad es la que preocupa a los inversores de forma habitual en las últimas semanas. ¿Habrá un Grexit? Por momentos parece haber avances en las negociaciones entre Grecia y los acreedores, pero en otras ocasiones las posturas parecen alejarse hasta casi la ruptura. Como este jueves, en el que el Ejecutivo de Grecia ha asegurado que no cederá en políticas de flexibilidad laboral ni en pensiones. Pero si fuera por este motivo, la tendencia debería haber empezado antes, a no ser que los inversores se hayan cansado de repente de esperar una solución que no llega ni se atisba.
Hay una tercera opción, en torno a la política de compra de bonos por parte del Banco Central Europeo (BCE), apunta The Guardian. Los Gobiernos de la zona euro podrían emitir bonos intentando tomar ventaja con el programa de compras, y los inversores podrían querer vender para renovar la cartera de renta fija, esperando mayores retornos.
La duda que deja el movimiento de este jueves, y de los últimos días, es qué pasará con los bonos cuando haya motivos que impulsen el rendimiento de forma más clara, como un auge de la inflación o que se eleven los tipos de interés de referencia del BCE.
RENDIMIENTOS INSOSTENIBLES
Desde Julius Baer, apuntan a que el rendimiento del bono alemán es insostenible en el medio plazo. Los analistas del banco suizo esperan que haya una corrección en cuanto el mercado comienza a especular sobre el fin del programa de compra de activos del BCE. “El rendimiento no es lo suficientemente alto como para volver al mercado europeo (de renta fija) y recomendamos a los inversores mantenerse al margen”, exponen.
TIPOS DE INTERÉS NEGATIVOS
Más allá de este auge en el mercado secundario con el bono a 10 años, Alemania ha emitido deuda a menor plazo con tipos de interés negativos. Incluso lo hizo España. Por su parte, Suiza colocó bonos a 10 años con tasas por debajo de cero, la primera vez que un país lo hacía con este plazo.
"Las rentabilidades negativas de la deuda pública de ciertos países del núcleo europeo suponen una amenaza para el sistema bancario y es poco probable que sean sostenibles a medio y largo plazo”, afirma Ken Leech, director de inversiones de Western Asset, filial especializada en renta fija, con más de 460.000 millones de euros bajo gestión, de Legg Mason.
Las rentabilidades negativas de la deuda pública suponen una amenaza para el sistema bancario y es poco probable que sean sostenibles a medio y largo plazo
“Son acontecimientos extraordinarios ante los que los inversores deberían ser muy cautos”. “A pesar de haber trabajado durante muchos años en el universo de la renta fija, jamás pensé que vería tipos de interés negativos. En Suiza, los bancos están pagando al Banco Central por depositar dinero en el mismo. Está claro que el Banco Nacional Suizo está haciendo todo lo posible por desalentar a los inversores a seguir asignando capital a la deuda suiza, especialmente al eliminar el tipo de cambio fijo con el euro a principios de año”, arguye el gestor de renta fija.
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