El peso argentino afronta con garantías las elecciones pese a que la más que posible vuelta del peronismo este domingo. Así lo aseguran los expertos de Monex Europe: "Existen controles restrictivos y mecanismos para evitar otro desplome como el de agosto".
El 11 de agosto las primarias dejaron al peronista Alberto Fernández como gran favorito para las presidenciales que ahora se disputan.
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El peso argentino, bajo fuerte presión a cinco días de las eleccionesLa respuesta del mercado no se hizo esperar: la bolsa cayó con fuerza y el peso se depreció con la misma pesadumbre. Tras varias semanas de agitación, el Banco Central de la República Argentina logró estabilizar la economía a través de las restricciones cambiarias y el uso de sus reservas internacionales.
De confirmarse la presidencia de Fernández, el peso está protegido contra grandes caídas. O casi. "Algo muy grave debería pasar", reconocen desde Monex. La última semana del peso le ha enfrentado a crecientes presiones cambiarias ante la alerta de los expertos políticos: si se cumplen los pronósticos electorales la inestabilidad puede redoblarse en el país.
MACRI Y LA DEPRECIACIÓN DEL 40%
El peso argentino se devaluó un 40% en su cruce con el dólar en la llegada de Macri a la Casa Rosada y tras la apertura de la economía argentina al exterior.
El Gobierno del neoliberalista logró domar la economía momentáneamente. Pero el efecto Macri se desinfló. En mayo de 2018, entre la fuerte revalorización del dólar y la subida de tipos en EEUU, el inversor extranjero recortó su exposición a Argentina. Macri se vio así obligado a pactar un préstamo de más de 50.000 millones de dólares con el FMI. A cambio, bajaría el déficit y la inflación de su país.
Pero no fue así. Cuatro años después de llegar al poder, Argentina sigue ahogada por la inflación, la desconfianza del inversor extranjero y la recesión económica que atraviesa.
EL IBEX TAMBIÉN 'SE LA JUEGA' EN ARGENTINA
Tres compañías del Ibex tienen especial interés en el resultado de los comicios en Argentina. Es el caso de BBVA, Santander y Telefónica. Todas ellas obtienen más del 5% de su facturación en el país que este domingo va a las urnas.
Los de Ana Botín ya se pusieron la venda antes de la herida en su último informe semestral alertando de “la negativa evolución de los mercados, mayores costes de coberturas de tipos de cambio, el impacto de la aplicación de la NIIF 16 y el ajuste por alta inflación en Argentina”.
Otras empresas como Naturgy, Mapfre, Indra, Prosegur, Gestamp, DIA y Codere, no todas componentes del Ibex, también se juegan mucho en el devenir político del país.