La industria del petróleo no vive un año tranquilo. La crisis del coronavirus ha tenido un impacto directo sobre la demanda que, aunque da visos de recuperarse, aún camina despacio. Por ello, Bank of America (BofA) prevé que su recuperación a los niveles de 2019 tarde entre dos o tres años. Al mismo tiempo, las operaciones corporativas empiezan a retomarse, como la anunciada este lunes por ConocoPhillips.
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El frenazo del transporte, por el confinamiento y las restricciones a la movilidad, será el principal motivo del recorte de la demanda en este 2020, en un promedio de 10 millones de barriles de crudo diarios, según las estimaciones de BofA. De cara a 2021, pronostica "un repunte bastante rápido en la demanda de combustible para el transporte en carretera", de hasta cinco millones de barriles diarios. Sin embargo, no ocurrirá con la misma intensidad en el caso de la aviación.
"De forma agregada, la demanda de crudo puede tardar dos o tres años en alcanzar los niveles preCovid", resume la entidad. Una previsión que "depende en gran medida de cuándo pueda estar disponible una vacuna" contra el coronavirus.
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EXCESO DE CAPACIDAD
En cambio, para el periodo 2021-2023, la previsión de BofA es que la capacidad de refino crezca en más de 6 millones de barriles diarios, salvo que se anuncie el cierre de nuevas plantas. Un aumento de capacidad que, señala, procede sobre todo de Asia y de Oriente Medio.
Y, en este escenario, se mantiene la presión sobre los márgenes de refino, prácticamente nulos en la mayoría de regiones. "Han estado bajo presión por el exceso de capacidad", resume la entidad.
En cuanto a la gasolina, en su análisis, la entidad recuerda que durante las peores semanas de la pasada primavera, su demanda llegó a hundirse en un 50% pero en algunas regiones ya se han recuperado los niveles previos a la pandemia. Así ha sido, por ejemplo, en Estados Unidos. Un repunte que, sin embargo, se ha frenado en las últimas semanas.
