Los mercados emergentes han vivido numerosos altibajos en los últimos 40 años, tanto que han pasado de ser algo así como la 'tierra prometida' a perder casi todo ese fuelle, con importantes consecuencias. El escenario actual es totalmente diferente al de hace unos años, dado que las reglas del juego "han cambiado radicalmente", y por eso los inversores deben también modificar su mentalidad si quieren apostar por estos mercados, que siguen siendo una clase de activos "muy interesante". En concreto, hay nueve claves a tener en cuenta para lanzarse a los mercados emergentes 2.0.
Noticia relacionada
Tres razones que invitan a redoblar la apuesta por los mercados emergentesAsí lo dicen los expertos de BlackRock, que consideran que "se necesita una nueva mentalidad a la hora de invertir en los mercados emergentes". En uno de sus últimos informes, apuntan que "los viejos tiempos en los que se invertía en mercados emergentes como un juego simplista de beta bruta han quedado atrás", y que hoy en día, para "navegar con éxito" por el mundo de los mercados emergentes 2.0, los inversores deben centrarse en otras cuestiones como "la diferenciación, la diversificación, los ingresos, la calidad, la gestión disciplinada del riesgo y el análisis riguroso".
¿Por qué? Pues porque pasaron de experimentar una transformación radical que les hizo crecer desde finales de los años ochenta hasta la década de los 2000 de forma "estelar", con el consiguiente aumento del interés inversor por sus activos (renta variable, divisas, etc., experimentaron un fuerte repunte), a una caída casi con la misma rapidez. "La edad de oro de los mercados emergentes duró relativamente poco", recuerdan los estrategas de la gestora, y es que en la década de los 2010 se produjo una "eliminación gradual pero constante de la prima" con la que venían cotizando.
"Los decepcionantes resultados de los mercados emergentes se explican principalmente por la brusca desaceleración del crecimiento experimentada tras la Gran Crisis Financiera", comentan estos analistas, que señalan que a su vez, esa ralentización "reflejaba múltiples factores interrelacionados, como el menor tirón de China, la dificultad de los mercados emergentes para sustituir las fuentes externas de crecimiento por otras internas, la tendencia general a la desglobalización, el aumento del endeudamiento y el empeoramiento del contexto político".
La situación es ahora muy distinta y por eso, dado que los mercados emergentes 2.0 "siguen ofreciendo importantes oportunidades de rentabilidad potencial duradera", conviene invertir en ellos con un "enfoque de inversión diferente", dice BlackRock. Por eso, da una serie de consejos sobre la implicación de este nuevo paradigma de inversión que deben tenerse en cuenta para tener éxito:
1. No todos los mercados emergentes son iguales
"No creemos que los activos de los mercados emergentes deban verse como una apuesta genérica", comentan los estrategas de la gestora, que dejan claro que ya no hay que invertir "como si se tratara de un juego de beta bruto". "La selectividad y la diferenciación son elementos clave para la nueva mentalidad de inversión en los mercados emergentes", remarcan.
2. La asignación de activos es una palanca demasiado importante como para no utilizarla
Desde BlackRock apuntan también que los mercados emergentes "distan mucho de ser una clase de activos uniforme y los inversores pueden asignar activos a distintas regiones, niveles de calidad y subclases (incluidos los mercados locales, los soberanos en divisas fuertes, las empresas en divisas fuertes, la renta variable, los activos privados y los activos en dificultades)". Por eso, en su opinión, "la asignación dinámica de activos constituye una importante palanca de rentabilidad para quienes buscan exposición a los mercados emergentes".
3. En la deuda de los mercados emergentes, el 'carry' es poderoso
Según la gestora, históricamente los inversores tendían a ver los mercados emergentes como un juego de "revalorización". Este enfoque tenía sentido cuando la "promesa de los mercados emergentes" estaba en auge y la clase de activos se revalorizaba cada vez más. Sin embargo, esos días han quedado atrás. "En su lugar, lo que consideramos más convincente en nuestras carteras es centrarnos en monetizar el descuento de los mercados emergentes, que definimos como el exceso de rentabilidad que los mercados emergentes pueden ofrecer con respecto a sus comparables de mercados emergentes", dicen estos analistas.
4. Los activos de alta calidad deberían ser una parte esencial de una cartera de mercados emergentes
"En periodos en los que predominan los contextos macroeconómicos favorables, es razonable que los inversores prefieran los nombres más arriesgados de los mercados emergentes", apuntan. Sin embargo, el contexto macroeconómico de los mercados emergentes "ha cambiado radicalmente", y aunque "no cabe duda de que los nombres arriesgados tienen cabida en una cartera, creemos que las posiciones no deberían concentrarse en las partes más bajas del espectro de riesgo", inciden. Los mercados emergentes "son una clase de activos muy variada, con numerosos valores de alta calidad que pueden ofrecer rendimientos superiores a los de sus comparables en los mercados monetarios".
5. Las ventajas de la diversificación, especialmente en las carteras de mercados emergentes
También comentan desde BlackRock que el posicionamiento concentrado es razonable cuando "sube la marea" y las tendencias alcistas son poderosas. Pero ante un contexto que ha cambiado conviene tener presente el riesgo en los mercados emergentes, que "tiene ahora dos caras". En su opinión, "sería más prudente distribuir el riesgo de los mercados emergentes a través de una red mucho más amplia".
6. Es necesaria una investigación rigurosa para los mercados emergentes 2.0
Los estrategas de la gestora defienden también que los emergentes "ya no son una clase de activos temática unidimensional y simplista". Tal es así que el nuevo paradigma "requiere numerosas decisiones de asignación de activos y de selección de valores ascendentes". Así, creen que "una investigación bien dotada y profunda, con acceso a datos, sistemas y análisis, es una herramienta necesaria para gestionar eficazmente las carteras de mercados emergentes".
7. Una infraestructura de riesgos completa es un requisito previo
Por otro lado, consideran que la deuda de los mercados emergentes es una clase de activos "atractiva y potencialmente rentable, pero esa rentabilidad suele ir acompañada de volatilidad y, en ocasiones, de grandes caídas". Más aún en un mundo en el que los mercados emergentes ya no se benefician de los vientos favorables de hace una década. "Un enfoque disciplinado del riesgo de los mercados emergentes (tanto en términos de medición como de gestión del riesgo) es una herramienta importante a la hora de invertir en ellos", remarcan.
8. Los análisis ESG son una herramienta muy poderosa
"A principios de 2022, los acontecimientos geopolíticos dieron lugar a severas y perturbadoras restricciones a la inversión en activos rusos. Por desgracia, no podemos descartar episodios similares en los próximos años, por lo que los análisis ESG pueden ser útiles para identificar de forma preventiva riesgos que van más allá de las métricas financieras tradicionales", afirman los estrategas de la gestora.
9. Inversión en mercados emergentes basada en soluciones
Por último, estos expertos recuerdan que no todos los inversores tienen las mismas necesidades en materia de mercados emergentes. "Dada la heterogeneidad de los mercados emergentes, cada inversor puede tener como objetivo una calidad, una región, unas especificaciones ESG o una exposición a una subclase de activos diferentes", dicen. Creen por ello que "un enfoque de inversión basado en soluciones (incluida la personalización) podría ser una herramienta importante para los inversores en mercados emergentes".