"Los inversores están claramente preocupados (por la crisis entre EEUU e Irán). Sin embargo, si realmente temieran un conflicto total, los mercados caerían mucho más". David Madden, analista de CMC Markets en Londres, resume con esta idea lo que muchos piensan sobre la crisis geopolítica que Donald Trump se ha sacado de la manga en este arranque de 2020.
Tanto Estados Unidos como Irán han repetido en múltiples ocasiones que no quieren que las cosas vayan a más. Trump se apresuró a publicar un tuit este miércoles con un rotundo "¡Todo está bien!" tras el ataque iraní a bases con tropas estadounidenses en Irak. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Javad Zarif, quiso dejar bien claro que estaban respondiendo a EEUU tras la muerte de Qasen Soleimani y que las medidas eran proporcionadas. Además, también en Twitter, precisó que "no buscamos una escalada o una guerra, sino que nos defendemos de la agresión".
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"Nunca es bueno para el mercado que la III Guerra Mundial sea tendencia en Twitter"Los expertos creen que a ninguna de las dos partes le interesa que el conflicto crezca, y el mercado parece que también tiene claro esto. Trump está en año electoral y es probable que utilice este tipo de actuaciones para arengar a sus electores, pero dentro de un límite. En cuanto a Irán, desde Phanteon Economics dudan de que tome medidas que vayan a desencadenar la furia de EEUU. "Los líderes de Irán probablemente no son suicidas", alegan con ironía.
Rabobank insiste en esta idea y subraya que la moderación de los comentarios iraníes "contrasta notablemente con la habitual retórica hiperbólica y belicosa de Irán". El ataque de Irán, en su opinión, ha sido diseñado para tranquilizar a 'los locales' en lugar de provocar una escalada a la siguiente etapa del conflicto. Estos analistas remarcan el que no haya habido víctimas estadounidenses como un hecho importante que apoya esta hipótesis. En este sentido, fuentes de la Casa Blanca que han preferido mantener el anonimato han declarado que el lanzamiento de misiles de Irán sobre las bases en Irak es un movimiento que permite a Irán tomar represalias sin provocar un contraataque devastador de EEUU.
"Francamente, apenas han arañado a EEUU con este ataque. Parece que no es más que una forma de salvar las apariencias", apunta al respecto Neil Wilson, responsable de análisis de Markets.com.
LA PELOTA, EN EL TEJADO DE EEUU
Ahora el mercado está pendiente de lo que pueda hacer Donald Trump, que de momento este miércoles se limitó a anunciar sanciones sobre Irán en lugar de una respuesta militar. Los analistas insisten en la tesis de que el presidente estadounidense quiere un año sin problemas para que en noviembre vuelvan a votarle y salir reelegido. Calentar al electorado y dejar claro su mensaje de 'América primero' parece estar también detrás de estos movimientos geopolíticos. Entrar en una guerra es, desde luego, 'harina de otro costal'.
En cualquier caso, como señala Wilson, no cabe duda de que la geopolítica siempre significa incertidumbre y que, el hecho de no saber qué sucederá después, no ayuda a los mercados.
"Mi inclinación sigue siendo que se evitará un conflicto más amplio, en gran parte porque Irán no quiere ser atraído a un conflicto que suponga un cambio de régimen antes de tener la bomba (atómica), incluso si eso es lo que Estados Unidos está buscando. Pero cada vez más existe el riesgo de un error de cálculo ya que ninguna de las partes quiere echarse atrás", advierte Wilson.