Los inversores están nerviosos, y eso se está reflejando en las bolsas en estas últimas jornadas. La ambigüedad de los últimos datos macroeconómicos que se han conocido deja a los mercados sin saber a qué atenerse con respecto al crecimiento y la inflación. Y es que todo puede pasar.
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Renta variable o fija: ¿por qué activos apostar en un entorno de mercado difícil?"Son posibles todas las combinaciones" de escenarios de crecimiento/inflación que están actualmente sobre la mesa, y eso deja a las bolsas sin saber por cuál de ellos apostar, alertan los analistas de Bank of America (BofA) en su último informe de estrategia en renta variable.
Tal y como explican, "es una característica típica de los entornos de finales de ciclo que los datos macroeconómicos comiencen a volverse ambiguos". De hecho, ahora mismo "algunos datos reflejan los fuertes niveles de actividad y las presiones de sobrecalentamiento asociadas con un mercado laboral ajustado, mientras que otros presagian el impacto desalentador de la política monetaria restrictiva que normalmente se aplica en esta etapa del ciclo", añaden.
Bajo su punto de vista, el episodio actual "no es una excepción", ya que los recientes datos macroeconómicos "ofrecen respaldo a las cuatro combinaciones posibles en la matriz crecimiento-inflación: un escenario 'Ricitos de Oro', uno de tipos más altos durante más tiempo, el de estanflación y el el de desaceleración clásica", comentan estos expertos.
¿CÓMO INVERTIR EN CADA ESCENARIO?
Los inversores están nerviosos, y por eso BofA ha dado las claves para invertir sin mayores sobresaltos en cada uno de los escenarios que están sobre la mesa. ¿Qué es mejor elegir en cada entorno? Según los estrategas de la entidad estadounidense, "con los valores cíclicos europeos frente a los defensivos cerca de un máximo de 30 años y la prima de riesgo de las acciones (ERP) europeas en su nivel más bajo desde 2007, gran parte de las buenas noticias macroeconómicas ya están en el precio".
Esto significa que "los defensores de la visión de 'Ricitos de Oro' tienen que ser selectivos, ya que es probable que los rezagados cíclicos, como los de pequeña o gran capitalización o la minería, obtengan buenos resultados en ese entorno, ya que todavía no se les ha fijado un precio para un crecimiento sólido".
Sin embargo, para aquellos que opinan que habrá un escenario de tipos de interés más altos durante más tiempo, "el valor versus el crecimiento ofrecen atractivos obvios, ya que deberían beneficiarse si el esperado ciclo de flexibilización de los bancos centrales, especialmente de la Reserva Federal (Fed), se retrasa aún más".
¿Y qué deben hacer aquellos que esperan una estanflación? Según los analistas de BofA, ese entorno macroeconómico "ha sido históricamente bueno para determinados defensivos y para la energía", por lo que es en esos valores en los que deberían fijarse. Por último, un entorno de desaceleración clásico "implicaría un margen significativo para una ampliación de la prima de riesgo y un desempeño superior para los defensivos sobre los cíclicos", destacan.
EL MÁS PROBABLE ES...
En su opinión, lo más probable es una desaceleración clásica, por lo que se mantienen negativos respecto a las acciones de la UE y mantienen su consejo de 'infraponderar' los valores cíclicos frente a los defensivos y el valor frente al crecimiento.
Y es que, como dicen desde BofA, "el mejor indicador del ciclo macro global es el mercado laboral estadounidense, donde un aumento de la tasa de desempleo suele indicar que la transición del ciclo tardío al fin ha comenzado". Explican que "las señales que históricamente presagian la debilidad del mercado laboral están presentes (política monetaria estricta, bajos niveles de capacidad excedente y una curva de rendimiento invertida) y una serie de datos de encuestas recientes apuntan en la misma dirección (por ejemplo, las condiciones de contratación del NFIB y el PMI compuesto de EEUU)".
Mientras tanto, "la inflación ha reducido en gran medida los niveles moderados de tensión de la cadena de suministro, lo que implica un impulso inflacionario más suave en el futuro", afirman. Y como consecuencia, mantienen su posicionamiento para una desaceleración clásica, en la que el debilitamiento del crecimiento y la disminución de la inflación van acompañados de un aumento de la prima de riesgo y una disminución de las expectativas de beneficios por acción.
"Nuestros supuestos macroeconómicos implican una caída del 20% para las acciones europeas, un descenso del 14% para las acciones cíclicas frente a las defensivas y un retroceso del 8% para las acciones de valor frente a las de crecimiento", concluyen.