"Esperamos que el BCE pause la subida de tipos en su reunión de esta semana". Así de claros son los analistas de Morgan Stanley en su previsión sobre el próximo cónclave monetario del Banco Central Europeo, que tendrá lugar este jueves, 14 de septiembre. Estas son sus razones.
"El ciclo de subidas de tipos del BCE se está acercando a su fin, y la expectativa de que el BCE se esté acercando a su tipo terminal es algo que hemos escuchado del propio Consejo de Gobierno. Sin embargo, la reunión de septiembre sigue estando muy viva, ya que el BCE ha subrayado su dependencia de los datos como clave para decidir si aumentará o hará una pausa esta semana", indican los expertos del banco estadounidense.
No obstante, añaden que "tras las cifras de inflación de agosto, y haciendo balance de la debilidad de los PMI de agosto, hemos revisado nuestra previsión de un tipo terminal del 4% al 3,75%, lo que implica que el BCE interrumpirá la subida de tipos en septiembre".
Según su valoración, "la sorpresa a la baja en la inflación de servicios, combinada con los débiles PMI de servicios, proporciona una buena razón para creer que la inflación de servicios seguirá disminuyendo en los próximos meses". Además, indican que "los primeros signos de debilitamiento de los mercados laborales de la zona euro también respaldan esta evaluación".
EL TEMOR SOBRE EL CRECIMIENTO EXIGE CAUTELA
"A pesar de los avances en el frente de la inflación, la reunión de septiembre sigue estando muy reñida", relatan desde Morgan Stanley. Así, consideran que hay tres grupos dentro del Consejo de Gobierno del BCE. Una parte quiere al menos una subida de tipos adicional, otra parte aboga por hacer una pausa, y otro grupo permanece indeciso.
"Este último grupo bien podría ser el más grande. Creemos que tres factores inclinarán el debate a favor de una pausa la próxima semana", afirman.
En primer lugar, mencionan que las proyecciones actualizadas del BCE no serán un obstáculo. "En nuestra opinión, mostrarán una revisión a la baja de la inflación hasta 2025", aseguran.
En segundo lugar, consideran que "las perspectivas de crecimiento se están deteriorando marcadamente" porque "la política monetaria estricta está empezando a afectar a la economía real".
Por último, señalan que "el pico de la inflación de servicios probablemente se produjo en julio, lo que infunde más confianza en la expectativa de que la inflación caerá significativamente a partir de ahora, ya que todos los componentes de la inflación subyacente están en una trayectoria descendente".
De los tres factores, es probable que el crecimiento (e implícitamente la transmisión de la política monetaria) ocupe un lugar más central en esta reunión. "La fuerte e inesperada caída de los PMI en agosto, la segunda caída consecutiva, refuerza los argumentos a favor de esperar", afirman.
"Después de todo", valoran, "la mayor parte del ajuste administrado por el BCE durante el año pasado aún no ha llegado a la economía real", por lo que "una pausa permitiría al BCE ver dos conjuntos más de PMI y una encuesta sobre préstamos bancarios antes de tomar cualquier decisión adicional en octubre".
EL DESAFÍO DE LA COMUNICACIÓN
Desde otro ángulo, Morgan Stanley considera que la decisión de no aumentar las tasas en la reunión de la próxima semana "presenta el desafío de comunicarla de manera efectiva".
En su opinión, "la orden del día será mantener al mercado valorando posibles nuevas subidas y evitar cualquier anticipación de los recortes de tipos esperados", lo que "es particularmente importante en el contexto de expectativas de inflación aún altas".
"La importancia de la comunicación también fue reiterada por la presidenta Lagarde en un discurso de la pasada semana, en particular en el contexto de mantener ancladas las expectativas de inflación. Por lo tanto, la decisión de no aumentar las tasas en septiembre debería comunicarse como una pausa, ni más ni menos", argumentan.
"En cualquier caso", concluyen, "es muy probable que el BCE insista más que en el pasado en el concepto de 'más alto durante más tiempo', en respuesta a una tasa de inflación que está cayendo, pero todavía en niveles elevados".
¿QUÉ ESPERA EL CONSENSO?
Los expertos de Renta 4 afirman que la decisión de la autoridad monetaria se produce "en una situación de creciente estanflación que complica cualquier decisión".
Según relatan, el consenso otorga sólo un 38% de probabilidad a una nueva subida de tipos de 25 puntos básicos, hasta el 4% (tipo de depósito) tras la debilidad mostrada por el ciclo europeo (con un sector servicios sumándose a las manufacturas en zona de contracción en agosto)".
Sin embargo, añaden que "esta probabilidad ha ido aumentando desde el 25% y no descartamos que opte por elevar los tipos, teniendo en cuenta que la inflación sigue muy alta (5,3% general y subyacente frente al 2% objetivo), y con presiones por el lado de la energía (petróleo Brent +27% desde finales de junio, gas europeo TTF +10% en dos últimos días)".
Así, consideran que "esta decisión podría venir respaldada por un cuadro macro actualizado en el que previsiblemente veremos una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento, pero manteniendo la expectativa de que la inflación no vuelva a su objetivo del 2% hasta 2025".
"En caso de optar por mantener los tipos (alegando que aún hay que ver el efecto de los +425 puntos básicos ya materializados)", estos analistas consideran "que sería una pausa 'hawkish', dejando la puerta abierta a subidas adicionales de cara al futuro, en tanto en cuanto no se puede dar la inflación aún por controlada".
En este sentido, destacan que "el mercado otorga un 68% de probabilidades a que se produzca una subida adicional de 25 puntos básicos de aquí a fin a año".