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China celebró este fin de semana la Asamblea Popular Nacional, en la que el Gobierno dio a conocer los objetivos estratégicos del país de cara a este 2023. En esta cita el gigante asiático presentó una previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) menos ambiciosa de lo previsto, al esperar 'solo' un avance de "en torno al 5%". Esto ha provocado cierta incertidumbre en las bolsas de la región Asia-Pacífico, que han acabado la semana con signo mixto.

Los inversores tratan de digerir las cifras de China, que llevan a muchos a pensar que los estímulos masivos no van a ser una tónica habitual este año en la región. Lo que sí ha hecho el Gobierno es mostrar su firme apoyo a la empresa privada y a los empresarios.

El primer ministro chino Li Keqiang habló este domingo y, además del modesto objetivo de PIB -los analistas esperaban que fuera superior al 5% ante el repunte del gasto de los consumidores y de la producción industrial tras el fin de las restricciones por el Covid, y después de haber incumplido el país su objetivo del pasado año (preveía un crecimiento del 5,5% y la economía china sólo creció un 3% en 2022)-, fijó un objetivo del 3% para la inflación. También dijo que espera que la tasa de desempleo del país se sitúe en el 5,5% este año, con la creación de unos 12 millones de nuevos puestos de trabajo urbanos.

El informe que presentó el dirigente chino aboga por aplicar una "política monetaria prudente" de forma "selectiva", y se explica que el Gobierno espera que el ratio déficit/PIB aumente hasta el 3% desde el 2,8% del año pasado. Además, destaca el próximo cambio en la dirección del Gobierno central (este ha sido el último congreso de Li como primer ministro) y establece ocho prioridades para la política económica.

El estímulo de la demanda interna (consumo e inversión) ocupa el primer lugar, seguido de la mejora del sistema industrial y el apoyo a las empresas no estatales. Otras prioridades serán "intensificar los esfuerzos para atraer y utilizar la inversión extranjera", "prevenir y desactivar" los riesgos financieros, estabilizar la producción de cereales, continuar el desarrollo ecológico y desarrollar programas sociales.

Sin embargo, las proyecciones macroeconómicas no parecen haber terminado de convencer al mercado, y es que son mucho más conservadoras que las del banco UBS, que ha elevado sus estimaciones para el PIB chino hasta el 5,4% en 2023. En la China continental, el Shanghai Composite ha caído un 0,3% y el Shenzhen Component se ha dejado un 0,2%. Por su parte, el índice Hang Seng de Hong Kong ha oscilado durante toda la sesión, y ha subido por última vez un 0,4%.

El Nikkei 225 de Japón ha subido un 1,11% y el Topix ha avanzado 0,84%. En Corea del Sur, el Kospi ha ganado un 1,2%, ya que la inflación del país ha seguido disminuyendo en febrero. En concreto, el índice de precios al consumo subió un 4,8% interanual el mes pasado, a un ritmo más lento que el 5,2% de enero, según Statistics Korea. De esta forma, la inflación se sitúa por debajo del 5% por primera vez en diez meses.

Por su parte, en Australia el S&P/ASX 200 ha avanzado un 0,62% antes de la decisión del Banco de la Reserva de Australia (RBA, por sus siglas en inglés) del martes. El consenso espera un aumento de los tipos de interés de 25 puntos básicos.

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