ep chinese president xi jinping visits russia
-/Kremlin/dpa

Las sanciones económicas que EEUU, la Unión Europea, Reino Unido y otros países han impuesto a Rusia tras la invasión de Ucrania han llevado al Kremlin a tomar una decisión: suspender la transferencia de los pagos de los cupones de deuda soberana a los inversores extranjeros. Sin embargo, los expertos creen que este no es el mayor de los problemas, y que es mucho más preocupante que las empresas opten por hacer lo mismo.

¿Por qué? Pues muy sencillo. El 'default' empresarial es mucho más delicado porque la gran parte de la deuda exterior de Rusia pertenece al sector empresarial. "La probabilidad de que el gobierno y las empresas no puedan o no quieran hacer frente a los pagos de la deuda externa (además de los ya afectados) ha aumentado considerablemente", dicen los analistas de Capital Economics, que remarcan que aunque la atención "se centra en el soberano, el punto clave es que, con mucho, las mayores deudas externas de Rusia pertenecen al sector empresarial".

Como dicen estos expertos, hay tres factores que han provocado el aumento del riesgo de impago de las deudas externas de Rusia. En primer lugar, "las sanciones podrían tener consecuencias imprevistas que dificulten a las entidades rusas el pago de la deuda (aunque suponemos que la exclusión de SWIFT permitirá realizar estos pagos)".

En segundo lugar, apunta Capital Economics, las sanciones al Banco Central de Rusia y la exclusión de SWIFT "afectarán a la capacidad de Rusia para acceder a las divisas (procedentes de las reservas o de los ingresos por exportación) para pagar el servicio de la deuda". En este sentido, los estrategas de la firma de análisis recuerdan que estas sanciones "afectan a alrededor de la mitad de las reservas internacionales de Rusia, y gran parte de lo que queda está en oro y no puede convertirse fácilmente en divisas".

Por último, remarcan estos estrategas, no se puede obviar que "Rusia podría utilizar el impago como forma de represalia contra las sanciones occidentales para infligir pérdidas a los prestamistas extranjeros".

¿SE PROHIBIRÁ EL PAGO DE DEUDA EXTERNA?

Además, desde Capital Economics apuntan que "no es descabellado pensar que las autoridades rusas podrían prohibir el pago de la deuda externa". De hecho, señalan, las autoridades ya han prohibido la transferencia de los pagos de cupones de la deuda soberana en moneda local a los extranjeros. "Todavía no está claro cuánto tiempo durará esta medida y si provocará un impago, pero subraya el hecho de que las autoridades están actuando sin tener en cuenta las tenencias de activos rusos por parte de los extranjeros".

Desde que se impusieron por primera vez las sanciones financieras occidentales en 2014, tras la anexión de Crimea, el valor en dólares de las deudas externas de Rusia "ha caído en aproximadamente un tercio" y se situó en algo menos de medio billón de dólares en septiembre del año pasado (o alrededor de un tercio del PIB global de Rusia). De esta cifra, dice la firma de análisis, 67.000 millones de dólares corresponden a la deuda externa del gobierno (dos tercios de la cual son tenencias extranjeras de deuda en moneda local), 30.000 millones de dólares son deudas del banco central y 75.000 millones de dólares son deudas de los bancos.

"Pero la mayor parte, con diferencia, pertenece al sector empresarial (310.000 millones de dólares)". Por eso cree que este punto es el que más debería preocupar, teniendo además en cuenta que las empresas rusas "representan la mayor parte (alrededor de dos tercios) de los reembolsos de la deuda externa de Rusia durante el resto de este año".

"Las pérdidas derivadas de un impago ruso de la deuda externa las sufrirían los inversores extranjeros, no los rusos"

EL RIESGO NO SE VE MITIGADO: "NO ESTAMOS EN TIEMPOS NORMALES"

Explican los expertos de la firma que en circunstancias habituales el riesgo de impago de las empresas se vería "mitigado por un par de factores". Uno es que una parte importante (alrededor del 40%) de la deuda externa de las empresas consiste en préstamos entre empresas de matrices extranjeras, que suelen renovarse de forma habitual. El otro, que los elevadísimos precios de las materias primas impulsarán los ingresos en divisas de muchas empresas rusas.

"Pero no estamos en tiempos normales. Las medidas administrativas del gobierno ruso podrían impedir que las empresas paguen sus deudas", afirman. De hecho, remarcan que el acceso de las empresas rusas a las divisas "ya se ha visto limitado por las órdenes de conversión obligatorias". "Y si los gobiernos occidentales decidieran detener las importaciones de energía de Rusia en una nueva escalada de sanciones, esto afectaría fuertemente a los ingresos en divisas de las empresas, aumentando el riesgo de impago".

"Las pérdidas derivadas de un impago ruso de la deuda externa las sufrirían los inversores extranjeros, no los rusos. Pero aún así habría efectos indirectos en la economía rusa, ya que probablemente provocaría una mayor venta de activos rusos, causando una moneda más débil y condiciones financieras más estrictas", concluyen.

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