Las bolsas asiáticas han cerrado la sesión del viernes en positivo, gracias al empuje que vivió Wall Street y a pesar de la volatilidad que estuvo presente durante toda la jornada. Esto, a excepción del Nikkei japonés, que registra su primer balance anual en negativo desde 2011.
El Shanghai de China ha terminado la sesión con una subida del 0,44%, mientras que el SZSE Component ha ganando un 0,34%. En cuanto a Hong Kong, el Hang Seng se ha dejado un 0,16%, mientras que el Nikkei ha perdido un 0,31%. En Corea, el Kospi gana un 0,62% y la bolsa de Australia avanza un 1,02%.
Aunque las acciones mostraron signos de recuperación, la persistente volatilidad del mercado ayudó a mantener la demanda en las monedas refugio, como el yen.
Los mercados japoneses están cerrados el próximo lunes, por lo que este viernes ha sido su último día de negociación de 2018. Así, han cerrado el año con un balance negativo, algo que no ocurría desde 2011.