Los estímulos fiscales adicionales que China anunciará mañana copan la atención de los mercados. Los analistas esperan que Pekín despliegue unos 2 billones de yuanes (alrededor de 260.000 millones de euros), especialmente en bonos del Estado, aunque algunos pronostican un paquete superior a los 3 billones de yuanes (unos 388.200 millones de euros).
Ese es el sentir de más de una veintena de estrategas encuestados por 'Bloomberg', los cuales creen que es necesario que el Gobierno de Xi Jinping indique hacia donde quiere dirigir su economía tras años de expansión impulsada por la deuda a través de la inversión, especialmente en el sector inmobiliario y las infraestructuras.
Cabe señalar que China no dio detalles de cuáles serían las medidas que anunciaría el sábado. Lan Fo'an, ministro de Finanzas de China, señaló que el anuncio se centraría en la "intensificación del ajuste anticíclico de la política fiscal para promover un desarrollo económico de alta calidad". Las autoridades también tienen previsto celebrar una sesión informativa el lunes sobre el apoyo que darán las empresas.
China ya ha recortado los tipos de interés y aumentado el apoyo a los mercados inmobiliario y bursátil en una serie de medidas anunciadas por el Banco Popular de China (PboC, por sus siglas en inglés) a finales de septiembre. Con todo, los inversores han pedido más al Ejecutivo chino, al que han demandado una serie de intervenciones fiscales para aumentar la confianza en la economía del país.
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China no convence con sus esperados estímulos para impulsar la economíaEl grupo de analistas encuestado espera que las medidas se centren en estimular el consumo, que ha sido uno de los puntos más débiles de la recuperación china tras la pandemia. Estos analistas creen que el plan de China pasa por vender más deuda pública para ampliar el gasto público hasta finales del próximo año. China solía confiar en la inversión en infraestructuras para sacar a la economía de anteriores recesiones. Sin embargo, la saturación de las infraestructuras tras décadas de urbanización hace que la inversión en este sector pueda resultar menos eficaz para estimular el crecimiento en esta ocasión.
"El estímulo debe ser plurianual y dirigirse a los hogares, y no a reiniciar la historia de crecimiento impulsada por la inversión inmobiliaria. Lo importante es el enfoque del estímulo y no su tamaño", afirma Pushan Dutt, profesor de economía del INSEAD, en declaraciones recogidas por 'Bloomberg'. Por su parte, Ding Shuang, economista jefe para la Gran China de Standard Chartered, subraya que Pekín "debe evitar que las expectativas suban y se desplomen para asestar un golpe al sentimiento del mercado".
Entre las medidas que China podría adoptar, los estrategas encuestados creen que podría haber bonos al consumo, más subvenciones para la compra de bienes de consumo y automóviles o subsidios para grupos específicos, como ancianos o pobres. Asimismo, dada la dificultad cada vez mayor de encontrar proyectos de calidad en los que invertir, algunos analistas esperan que China relaje las restricciones al uso de bonos locales especiales y permita que los fondos se utilicen para fines como la recompra de terrenos o edificios a promotores.
En lo que va de 2024, la política fiscal ha sido un lastre para la economía china: el gasto presupuestario se redujo casi un 3% en los ocho primeros meses con respecto al año anterior. Este dato se situó por debajo del aumento previsto en el informe presupuestario del Gobierno de marzo.
Hoy, las bolsas chinas han vuelto a caer con fuerza a medida que el 'rally' impulsado por las medidas del PboC ha perdido fuerza. "Está claro que el mercado quería más, y la renuencia de Pekín a lanzar un paquete mayor está generando serias dudas sobre la sostenibilidad del rally. Con el apetito por el riesgo global ya en terreno inestable, la falta de acción decisiva de China podría ser el broche que haga estallar la burbuja", explica Stephen Innes, gestor de SPI Asset Management.