La renta variable estadounidense ha retrocedido desde sus máximos ante una inflación que no da tregua y debido al aumento de las tensiones geopolíticas, sobre todo en Oriente Medio. La situación para las bolsas es más complicada que nunca, y por eso ya son varios los expertos que se muestran menos positivos con EEUU. Tras las dudas expresadas por JP Morgan, ahora llega el turno de BlackRock: "Mantenemos la sobreponderación de la renta variable estadounidense, pero estamos dispuestos a cambiar de opinión".
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Cinco razones por las que JP Morgan deja de preferir Wall Street frente al Ibex y EuropaAsí lo afirman los estrategas de la gestora en uno de sus últimos informes. En él explican que ya habían previsto que 2024 sería un "año con dos realidades", de forma que en primer lugar "el enfriamiento de la inflación y la solidez de los beneficios empresariales respaldarían un elevado apetito por el riesgo" y, posteriormente, "resurgiría la inflación y eso perturbaría la confianza".
Y parece que es en este segundo punto donde nos encontramos ahora mismo. "Cabe la posibilidad de que la segunda realidad se esté dando ya, lo que refuerza nuestras expectativas de una inflación persistentemente elevada", comentan estos analistas.
De hecho, explican que esperaban que la inflación estuviera en una "montaña rusa" a medida que el "lastre" de la caída de los precios de los bienes se desvaneciera y el "firme" crecimiento de los salarios hiciera que la inflación de los servicios fuera persistente.
Sin embargo, el repunte de marzo en la inflación muestra que "la inflación está resultando rígida". "Una mayor escalada de las tensiones en Oriente Medio podría hacer que los precios del petróleo se mantengan elevados, lo que reforzaría una mayor inflación y tipos de interés más altos durante más tiempo", apuntan.
Es más, recuerdan que ha sido precisamente la rigidez de la inflación la que ha llevado a los mercados a reducir sus expectativas de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed) a menos de dos este año. Y es que el banco central estadounidense "ha pasado de bendecir las esperanzas del mercado de que la inflación caiga al 2% sin que se vea afectado el crecimiento a insinuar que la política podría tener que mantenerse estricta".
Y esto también tiene efectos sobre la renta variable. "La relación precio-beneficio del S&P 500 muestra que las acciones están sintiendo la presión de los tipos más altos. Creemos que por eso es más crucial que nunca que las empresas sigan cumpliendo o superando las altas previsiones de ganancias".
"Nos preguntamos si la caída de las acciones es un problema pasajero o un cambio mayor hacia la fijación de precios de inflación (y tipos de interés) más altos que antes de la pandemia", comentan los expertos de BlackRock, que siguen sobreponderados en acciones estadounidenses en un horizonte táctico de 6 a 12 meses, pero avisan: "Estamos dispuestos a dar un giro dada esa incertidumbre".
Tal y como explican, han ampliado su visión de las acciones para incluir segmentos del mercado con una perspectiva de crecimiento de ganancias mejorada. Y se inclinan ahora por acciones de pequeña capitalización cuyas ganancias corren un mayor riesgo debido a tipos más altos.
En cualquier caso, comentan que la temporada de resultados se enfrenta a una "prueba crítica" con la publicación de los informes de algunas empresas tecnológicas de mega capitalización, y habrá que ver "si pueden seguir superando las expectativas y estimulando el apetito por el riesgo en un entorno de tipos de interés más altos durante más tiempo".
Asimismo, apuntan que con las acciones "bajo presión" y con las esperanzas de recorte de tipos desvaneciéndose, creen que "el listón es más alto para que las empresas tecnológicas cumplan con las expectativas de ganancias (y para que otros sectores muestren una recuperación de ganancias)".
Pero si eso no ocurre, afirman, entonces "la confirmación de que la inflación está aumentando y de que no se alcanzan los resultados podría desencadenar un cambio en nuestra opinión", indican. En cualquier caso, reconocen que ahora es "más difícil que los beneficios empresariales del primer trimestre impulsen la confianza, justo cuando el aumento de las rentabilidades de los bonos eleva la presión sobre las valoraciones de la renta variable".
EL TEMA DE LA IA SE AMPLÍA
También aprovechan para dejar claro que siguen prefiriendo que los beneficiarios de la inteligencia artificial (IA) "aprovechen la megafuerza de la IA y la disrupción digital", porque es "un cambio estructural que impulsa los retornos ahora y en el futuro". Recuerdan que en 2023 ya aconsejaron 'sobreponderar' a los primeros ganadores y facilitadores de la IA, como los fabricantes de chips y hardware. "Esa visión dio sus frutos, ya que algunas valoraciones se dispararon por encima de los promedios históricos", dicen.
"Estamos observando a posibles ganadores que se encuentran más arriba en la pila tecnológica (las capas de tecnología necesarias para desarrollar aplicaciones de IA) y más allá a medida que se extiende la adopción de la IA", indican los expertos de BlackRock, que apuntan que es el caso de los servicios de salud o de finanzas y comunicaciones. Son "sectores que nos gustan porque tienen más posibilidades de aumentar la productividad".
Y fuera de la tecnología, remarcan, esos sectores "han tenido algunas de las mayores menciones relacionadas con la IA en llamadas de resultados y presentaciones de empresas". De hecho, destacan que las menciones de IA en sectores no tecnológicos se han disparado un 250% desde 2022.
En renta fija "nos mantenemos 'neutrales' con respecto a los bonos estadounidenses a largo plazo, incluso cuando los rendimientos a 10 años han aumentado este año". ¿Por qué? "Creemos que los rendimientos pueden oscilar en cualquier dirección a medida que cambien las expectativas sobre los tipos de interés en el corto plazo", señalan.
"Los rendimientos a largo plazo se están acercando a nuestra opinión de que los inversores exigirán más primas por plazo, o una compensación por el riesgo de mantener bonos a largo plazo". Y por eso prefieren los bonos a corto plazo, el crédito de alto rendimiento de la zona del euro y la deuda en moneda fuerte de los mercados emergentes para generar ingresos.