La solidez de la recuperación económica preocupa y cualquier agente externo puede ponerla en entredicho. La situación de incertidumbre se expande incluso más rápido que la pandemia. Es por ello que Ibrahima Kobar, de Ostrum AM, pone el foco en los factores que pueden hacer que peligre el crecimiento económico.
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La inflación subyacente de EEUU sube un 3,5% en junio, el mayor alza desde 1991Antes de todo, advierte que en el contexto actual, “con unos mercados que están perdiendo profundidad durante el verano, es aconsejable no asumir un riesgo desmedido antes de tener un poco más de visibilidad”.
Argumenta que la economía está “en una encrucijada entre tres aspectos fundamentales”, que son el crecimiento de la economía, los riesgos derivados de la inflación y la variante Delta del Covid-19.
Respecto al primero de los puntos donde Kobar invita a poner el foco, se fija en el declive de las rotaciones de activos en Estados Unidos, “que puede atribuirse a elementos técnicos y flujos de liquidez”.
Sin embargo, continúa alertando de la “persistencia de la caída”, que “suscita preocupación de que también pueda provenir de los crecientes temores sobre el crecimiento económico”. Plantea que el futuro tiene “interrogantes” mientras que en realidad “hay signos de sobrecalentamiento”.
Y vincula los signos de recuperación al levantamiento de restricciones, por lo que los mercados asiáticos, “con la actividad afectada por el endurecimiento de las medidas”, lo tienen más complicado para resurgir de la pandemia.
La inflación es el segundo punto a analizar. La presión de los precios, que inquieta incluso a la Reserva Federal (Fed), que ha llegado a admitir que será mayor que la prevista, se está extendiendo a más sectores, indica Kobar. “Parte de la evolución se debe a los efectos de base y se espera que disminuya en los próximos trimestres”.
Aún así, la cuestión es la “persistencia”, es decir, la posibilidad de que “la inflación se estabilice muy por encima del 3%”, un estadio por el que dos tercios del FOMC (comité de la Fed que decide la política monetaria), “están inclinados”.
Por último, el factor que afecta a la evolución de los otros dos, la expansión del coronavirus y, en concreto, la variante Delta. El analista de Ostrum AM admite que actualmente se está en un escenario de “bajo riesgo”, dado que los servicios de salud no están tan congestionados y parece que no hay necesidad de nuevos confinamientos. Pese a ello, “la evolución sigue siendo altamente imprevisible”.
Las altas tasas de vacunación ayudan a ese escenario optimista, pero no ocurre igual en los países emergentes, donde “menos de un 10% de la población está inmunizada”. Así, las restricciones aplicadas en estas zonas pesan sobre su actividad, lo que puede aumentar las tensiones de las cadenas de suministro y pesar sobre el comercio y los mercados mundiales.