• El Brexit y la victoria de Trump han sido los dos grandes hitos en los mercados en 2016
  • El Ibex (sin dividendos) finaliza el año con un descenso ligeramente superior al 2%
2017 portada

2016 ya es historia en los mercados financieros. Y lo es literalmente, porque el ejercicio que acaba este sábado ha estado marcado por la inestabilidad y la incertidumbre y por auténticos fogonazos que han agitado el pulso de los inversores, como el Brexit o el triunfo de Trump. Estas son las 12 campanadas de un año para el recuerdo.

I. ¡Bienvenidos a la montaña rusa de la bolsa!

El año que acaba no ha sido fácil para invertir en bolsa. Los vaivenes han sido continuos. Y muy pronunciados. Lo refleja claramente el comportamiento mensual del Ibex 35. En 9 de los 12 últimos meses las subidas y bajadas mensuales han superado el 3%. Es más, en 7 de los 12 meses los saldos mensuales -al alza o a la baja- han superado el 4%; ¡y en tres meses las variaciones han rebasado el 7%! Otra curiosidad: el índice español ha cerrado en positivo 8 de los 12 meses... pero eso no le ha impedido cerrar el año en negativo, una muestra inequívoca de la fuerza de las rachas bajistas que ha tenido que soportar el mercado. En enero se dejó un 7,6%; en febrero, un 4%; en junio, un 9,6%; y en noviembre, un 5%. Estos cuatro meses han pesado como una losa sobre el saldo final del índice, que se ha dejado un 2% en 2016

II. 200 puntos porcentuales de diferencia entre Arcelor y Popular

2016 también ha sido un año de extremos en los mercados. Con valores que han subido de manera excepcional... y con valores que se han hundido clamorosamente. El Ibex encarna este escenario a la perfección, puesto que entre su mejor valor del año, ArcelorMittal, y el peor, Banco Popular, se ha producido una brecha de 200 puntos porcentuales: el primero ha acumulado una revalorización del 135% en el año, en tanto que el segundo ha sufrido un descenso del 65%.

III. El histórico trastazo del 'Brexit'

Junio ha sido el peor mes del año para el Ibex, aunque todo se redujo prácticamente a una fecha. Reino Unido decidía su permanencia o su salida de la Unión Europea (UE) en un referéndum convocado para el 23 de junio. El riesgo de que triunfara la segunda opción, la que conducía al denominado 'Brexit', era real. Cerradas las urnas, los primeros datos hacían creer que Reino Unido no abandonaría la UE. Simple espejismo. Durante la madrugada del 23 al 24 de junio el escrutinio reflejó un vuelco espectacular. Ganó el 'Brexit', y los mercados bursátil sufrieron un auténtico viernes negro el 24 de junio. En el caso del Ibex 35, se saldó con la peor jornada de su historia: ese día se hundió un 12,3%.

IV. Wall Street es otra historia... y también Europa

En Wall Street, eso sí, el año ha sido bien diferente. Y así queda recogido en los marcadores finales, con subidas anuales del 13,4% en el Dow Jones, del 10% en el S&P 500 y del 7% en el Nasdaq 100. La prolongación del ciclo económico expansivo en EEUU iniciado en julio de 2009, la todavía acomodaticia política monetaria de la Reserva Federal (Fed) y, por último, el 'chute' proporcionado por la victoria de Trump han impulsado las compras en los mercados estadounidenses. Sin alcanzar estos registros, varios de los principales índices europeos también despiden 2016 con 'números verdes': el FTSE 100 británico suma un 14% pese al 'Brexit'; el Dax alemán, un 6%; y el Cac 40 francés, un 4,5%. En cambio, el FTSEMib italiano se deja un 10% en el año.

V. Con todos ustedes, 'el rally de Trump'

Las previsiones contemplaban un terremeto, similar incluso al del 'Brexit', en caso de que Donald Trump ganara las elecciones de noviembre. Cuando el escrutinio comenzó a dejar claro que ganaría, los cimientos de los mercados temblaron. Pero apenas duró unas horas. Los inversores anularon esos vaticinios, 'compraron' la idea de que los estímulos de Trump generarán más crecimiento y más inflación y, como resultado, en los dos últimos meses Wall Street, y por contagio varios de los principales mercados bursátiles del mundo, ha experimentado un auténtico rally, que en el caso estadounidense ha llegado al 10%. Consciente de esta realidad, Trump incluso a presumido de haber alentado este rally en los mercados. Adicionalmente, el dólar se ha fortalecido y se ha desatado una venta de bonos que ha alimentado la sensación de que, esta vez sí, la Gran Rotación ha llegado a los mercados. Sin duda, la continuidad o no de esta secuencia será una de las claves de 2017, una vez que Trump se convierta ya en presidente de EEUU.

El triunfo de Trump ha irrumpido en los mercados financieros para restar protagonismo a las grandes estrellas de los últimos años: los banqueros centrales

VI. La segunda de Yellen

Pese a toda la expectación que ha acaparado durante el año, lo cierto es que la Fed ha protagonizado un 2016 que ha sido prácticamente un calco que 2015. Porque, como en 2015, la entidad presidida por Janet Yellen se ha pasado todo el año meditando si subía los tipos de interés o no. Pero de nuevo, y también como en 2015, lo ha dejado todo para el final. Ha esperado hasta diciembre para elevar los intereses. Los ha aumentando del 0,25-0,50% al 0,50-0,75%. Aunque, más allá de esta medida, lo relevante vuelve a ser la expectativa. Y de nuevo 2017 se presenta como los dos años anteriores: con la expectativa de que la Fed incrementará los tipos varias veces. En concreto, se esperan hasta tres subidas en un año que, sin duda, estará marcado, para Yellen y para todo el mundo, por la llegada de Trump a la Casa Blanca.

VII. El 'manQErazo' de Draghi

Draghi no ha perdido ni un ápice de protagonismo en 2016. Todo lo contrario, pues ha seguido estrujando la expansiva política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) con la intención de desterrar las presiones deflacionistas y reactivar el crédito para animar una recuperación que, en la Eurozona, todavía dista de ser vigorosa. Su principal maniobra ocurrió el 10 de marzo. Ese día, el Consejo de Gobierno de la entidad instauró el dinero gratis, puesto que rebajó el tipo de interés oficial del 0,05% al 0%, y situó más en negativo el interés de la facilidad de depósito, que pasó del -0,30% al -0,40%. Además, reforzó el programa de compra de activos, más conocido por las siglas QE ('quantitative easing'), de 60.000 a 80.000 millones de euros al mes, además de que amplió el abanico de títulos que podía comprar con la incorporación de deuda corporativa. Y anunció un nuevo programa de financiación bancaria a muy largo mediante el que acabará pagando intereses a los bancos que más crédito concedan hasta comienzos de 2018.

Nueve meses después, en diciembre, ha ajustado el QE. Por un lado, para rebajarlo de nuevo a 60.000 millones mensuales desde abril. Y por otro, para prolongar su vigencia en nueve meses, hasta diciembre de 2017. Semejante descarga monetaria está arrojando unos datos no menos sobresalientes. Así, el balance del BCE, que empezó la crisis en los 1,19 billones de euros, alcanza ya los 3,6 billones, una volumen sin precedentes. Y el exceso de liquidez en la Eurozona supera con claridad cada día el billón de euros.

VIII. ¿Rumbo a la paridad?

La victoria de Trump también ha desatado al dólar. El 'billete verde' se ha fortalecido contra la mayoría de las restantes divisas desde el triunfo del republicano. Pero es sobre todo su empuje contra el euro el que acapara la principal atención. Más que nada, porque ha resucitado la posibilidad de que vuelve la paridad entre ambas divisas, algo que no ocurre desde 2002. Por ahora, lo cierto es que el euro, que en diciembre ha visitado sus mínimos de 2003 por debajo de los 1,04 dólares, despide el año por encima de los 1,05 dólares, desde los 1,086 dólares a los que finalizó 2015.

Los bonos soberanos han transmitido los primeros síntomas de lo que se viene esperando desde hace tiempo: el fin de su 'superciclo' alcista. Y eso genera incertidumbre en un mundo inundado de deuda

IX. La deuda sigue avisando

Los recelos sobre la deuda pública han ido creciendo por momentos conforme ha evolucionado el año, sobre todo tras la victoria de Trump. La sensación es que se está agotando el 'superciclo' vivido en los últimos años, 'patrocinado' por las extraordinarias políticas expansivas de los bancos centrales, con el riesgo asociado de que un cambio de escenario desencadene un serio accidente financiero en un mundo repleto de deuda. De algún modo, el año ha quedado dividido en dos mitades, con compras hasta el verano -con el consiguiente descenso de los rendimientos, que se mueven de forma inversa al precio- y ventas desde el otoño -con el consiguiente repunte de esos rendimientos-. En el caso español, la rentabilidad del bono español a 10 años acaba el año en el 1,35%, por debajo del 1,78% al que terminó 2015, pero por encima del 0,92% al que descendió en agosto. Y lo mismo ocurre con el 'bund' germano, que finaliza 2016 en el 0,2%, por debajo del 0,63% del cierre de 2015 y por encima del -0,18% al que reculó en julio. En el caso estadounidense, termina 2016 en el 2,5%, por encima del 2,27% de finales de 2015 y más de un punto porcentual por encima del 1,4% de julio.

X. El petróleo regresa sobre sus pasos

El crudo despide el año con un signo muy distinto a como lo comenzó. En enero, el barril Brent, de referencia en Europa, visitó los precios más bajos desde 2003 al situarse por debajo de los 30 dólares. Prolongaba así la secuencia bajista iniciada a mediados de 2014, cuando cotizaba incluso por encima de los 115 dólares. En los once últimos meses, el Brent ha recuperado los 30, los 40 y los 50 dólares y ronda ya los 60, puesto que cotiza en torno a los 57 dólares, con una revalorización anual del 54%. Su último acelerón viene alimentado por la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de otros países petroleros de recortar la producción en cerca de 1,7 millones de barriles diarios desde enero, un ajuste con el que pretenden contener el exceso de oferta actual y presionar al alza sobre los precios del crudo.

XI. El oro brilla de nuevo (aunque sin pasarse)

El oro bajó en 2013. Y en 2014. Y en 2015. Y después de tres años de caídas, en 2016 ha vuelto a subir. Eso sí, termina el año con menos fuerza de lo previsto, porque se las prometía muy felices. En julio, con el 'Brexit' bien caliente, llegó a superar los 1.350 dólares por onza al contado. Parecía lanzado hacia los 1.400 dólares, una cota que dejó atrás en 2014. Pero no. No fue más allá, y bastante tiene con cerrar 2016 en torno a los 1.150 dólares, por encima de los 1.061 a los que despidió 2015. El 'huracán Trump' también le ha afectado en los dos últimos meses, puesto que justo antes de las elecciones se movía en torno a los 1.300 dólares, pero el empuje del dólar desencadenado tras el triunfo del republicano ha desinflado su cotización.

XII. ...Y el euríbor entró en negativo

Era imposible. Hasta que dejó de serlo. Y ocurrió en febrero. Con los tipos de interés de la facilidad de depósito, establecidos por el Banco Central Europeo (BCE), en negativo desde mediados de 2014, el euríbor a 12 meses, la referencia para el 90% de las hipotecas a tipo variable en España, acumulaba muchos meses a la baja. Primero dejó atrás el 1%. Y luego se acercó al 0%. Pero sería capaz de traspasar esa barrera, se decía. Error. Ante unas expectativas -posteriormente confirmadas por los hechos- que anticipaban un incremento de las medidas expansivas por parte del BCE, el euríbor protagonizó el hito de situarse por debajo del 0% en febrero. Y ahí sigue. Desde entonces, 11 meses consecutivos en los que su media, que es la que se tiene en cuenta en las revisiones hipotecarias, ha sido inferior al 0%. En diciembre, de hecho, ha vuelto a marcar otro mínimo histórico, con un promedio del -0,08%. Y a corto plazo nada indica que se apartará de los registros actuales.

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