La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha afirmado que se volverán a subir los tipos de interés si es necesario, aunque también ha reconocido que los efectos del actual ciclo de endurecimiento monetario son "fuertes", pero acusan un cierto "retraso", pues aún tienen que transmitirse plenamente a la economía.
"Ya he dicho que nuestro objetivo, nuestra misión, es devolver la inflación al 2% a medio plazo, y lo haremos, y está ocurriendo mientras hablamos. Insistiremos en esto el tiempo que sea preciso y estamos dispuestos a hacer más si es necesario", ha asegurado la francesa.
Según ha explicado este viernes en una mesa redonda sobre la economía global celebrada en Marrakech (Marruecos), se está produciendo "un endurecimiento de las condiciones financieras como nunca antes se había observado".
En este sentido, Lagarde ha subrayado la importancia de la comunicación por parte de los institutos emisores ya que los retrasos a la hora de transmitirse la política monetaria requieren de "paciencia" por parte de los agentes económicos responsables de 'anclar' las expectativas de inflación.
La presidenta del BCE también ha advertido de que aún no está claro cuán grande será el "impacto desinflacionista" que podría tener esta política monetaria restrictiva en la eurozona después de los 'shocks' económicos sufridos en forma de disrupciones en las cadenas de suministros o de "inmensa volatilidad" de los precios energéticos.
Por otra parte, Lagarde también se ha referido al proceso de 'near-shoring' por el cual las industrias se deslocalizan a países con costes más reducidos, pero que están cerca de los mercados avanzados en los que se pretende comercializar la producción.
A este respecto, la jefa del BCE ha calificado este fenómeno de "coherente con una buena estrategia de lucha contra el cambio climático" y ha añadido que facilitará un mayor control sobre el transporte, la logística y las cadenas de suministros, en general.
LA EUROZONA REPUNTARÁ EN DOS AÑOS
Lagarde, también ha afirmado este viernes que la zona euro está registrando una ralentización del crecimiento, pero que la recuperación llegará a lo largo de los próximos dos años.
"El crecimiento es más lento, pero la recuperación llegará en los próximos dos años. Así que estamos atravesando un ciclo", ha explicado.
Después, la exministra francesa de Economía ha asegurado que el BCE debe enfocarse en su misión de control de la inflación, ya que, de esta forma, puede construirse "un lugar mejor". En este sentido, Lagarde ha hecho énfasis en la importancia de "equipar" y aumentar la resiliencia de la economía europea para ser "fuertes", pero "estando abiertos a los demás".
"Creo que esto aborda la cuestión de las reformas estructurales que deben ponerse en marcha, pues la resiliencia pasa necesariamente por una mejor distribución y por luchar contra el cambio climático", ha elaborado.
Por otro lado, Lagarde también ha subrayado que la cooperación internacional, el "diálogo" y la "tolerancia a las diferentes opiniones" son clave en este momento en el que buscan transformarse los bancos de desarrollo y las instituciones financieras internacionales.
Según la presidenta del BCE, estas reformas "pueden ayudar verdaderamente a los más vulnerables, así como a combatir el cambio climático".