La reforma fiscal impulsada por Donald Trump, que contempla una sustancial rebaja del impuesto de sociedades desde el 35% al 21%, así como el cobro de una tasa a los fondos repatriados por las compañías estadounidenses, ha tenido un significativo impacto en las cuentas del último trimestre de 2017 de los grandes bancos de EEUU, que han asumido una factura conjunta de 30.300 millones de dólares (24.775 millones de euros).
A pesar de la multimillonaria factura asumida por los bancos a raíz del impacto de la bajada del impuesto de sociedades sobre los créditos fiscales de los que disfrutaban, así como el coste extraordinario de repatriar fondos depositados hasta ahora fuera de EEUU, las entidades señalan que la reforma resultará positiva de aquí en adelante para sus respectivos negocios como para la economía estadounidense, que ganará en competitividad.
Entre los grandes bancos estadounidenses, el mayor impacto negativo ha correspondido a Citigroup, que en el cuarto trimestre asumió un cargo extraordinario de 22.000 millones de dólares (18.020 millones de euros) por la reforma tributaria, lo que ha llevado a la entidad a anotarse sus primeras pérdidas desde 2009, con unos 'números rojos' de 18.299 millones de dólares (14.934 millones de euros) en el cuarto trimestre, hasta un resultado de 6.204 millones de dólares (5.082 millones de euros) en el conjunto del ejercicio fiscal.
Por su parte, Goldman Sachs, que publicará sus cuentas del cuarto trimestre este miércoles, ya adelantó el pasado 29 de diciembre que asumirá un impacto negativo de unos 5.000 millones de dólares (4.090 millones de euros), principalmente por el efecto de la tasa a la repatriación de fondos desde fuera de EEUU, que estimó en dos terceras partes de esta cifra.
Bank of America, que también publicará sus cuentas anuales mañana, estimaba tras la promulgación de la reforma fiscal el pasado 22 de diciembre que esta tendrá un impacto negativo en sus resultados del cuarto trimestre de "unos 3.000 millones de dólares (2.453 millones de euros), mientras Morgan Stanley, que dará a conocer sus resultados el jueves, espera anotarse un impacto negativo de 1.250 millones de dólares (1.022 millones de euros) en el último trimestre de 2017.
Por su parte, JPMorgan Chase informaba el pasado viernes de que su resultado del cuarto trimestre reflejaba un impacto negativo de 2.400 millones de dólares (1.963 millones de euros) por la reforma tributaria, lo que recortó un 37% sus ganancias entre octubre y diciembre, hasta 4.232 millones de dólares (3.489 millones de euros), mientras que en el conjunto del ejercicio su beneficio neto sumó 24.441 millones de dólares (20.153 millones de euros), un 1,2% menos.
Entre los principales bancos estadounidenses, Wells Fargo ha sido hasta ahora la única entidad sobre la que la reforma tributaria ha repercutido de manera positiva en el corto plazo, ya que el pasado viernes el banco anunciaba unas ganancias netas de 6.151 millones de dólares (5.070 millones de euros) en el cuarto trimestre de 2017, un 16,6% más, tras contabilizar un beneficio extraordinario de 3.350 millones de dólares (2.761 millones de euros) tras ajustar el cálculo de sus créditos fiscales al nuevo tipo del impuesto de sociedades.
"La promulgación de la reforma fiscal en el cuarto trimestre es algo significativamente positivo para el país", afirmaba la semana pasada el presidente y consejero delegado de JPMorgan, Jamie Dimon, uno de los banqueros más influyentes de Wall Street, coincidiendo con la presentación de las cuentas de su entidad, añadiendo que la rebaja tributaria "hará más competitivas a las empresas estadounidenses a nivel global, lo que, en definitiva, beneficia todos los ciudadanos de EEUU", señalando que el efecto del capital retenido y reinvertido en el país contribuirá a impulsar el crecimiento de la economía, permitiendo la creación de puestos de trabajo y aumentos salariales.