Fitch Ratings calcula que la ratio de morosidad bancaria en España subirá este año y alcanzará su pico en 2022, colocándose en un rango que podría variar desde un mínimo del 6,5% y hasta un máximo del 8%, que dependerá en gran medida del ritmo de recuperación económica tras la crisis generada por la pandemia del coronavirus.
En un informe hecho público este martes, la firma crediticia asegura que el deterioro en la calidad de los activos será menos agudo que el sufrido durante la última gran recesión, que llevó a que la mora se disparara hasta el 13% en el año 2013.
Según sus previsiones, la recuperación económica será más rápida esta vez y, además, los fundamentos crediticios de los clientes se entiende que son más sólidos, unido al gran apoyo público concedido mediante moratorias y avales. Igualmente, el sector bancario está mejor posicionado, con una exposición menor a activos 'tóxicos' y con mayores niveles de capital.
Asimismo, Fitch explica que el aumento de la mora previsiblemente no será igual en todos los segmentos de negocio, esperando un peor comportamiento de los préstamos de pymes y del ámbito del crédito al consumo. Al contrario, prevé que los préstamos hipotecarios resistan más gracias a los bajos tipos de interés, al valor de los activos residenciales y a los adecuados estándares de concesión.
Así, y ante el menor porcentaje de crédito al consumo en balance, Fitch prevé que el problema fundamental llegará de los préstamos a pymes. "La mayoría de las empresas en España son pymes o microempresas, que generalmente tienen unos perfiles crediticios más débiles que las grandes compañías", recoge el documento.
AYUDAS DIRECTAS PARA MITIGAR EL IMPACTO EN PYMES
El análisis de Fitch apunta a un aumento de la morosidad en empresas hasta situarse entre el 8% y el 10%, si bien considera que las pérdidas futuras podrían mitigarse o, al menos, limitarse, si el Gobierno pone en marcha medidas de apoyo directo al tejido productivo.
En esta línea, recuerda que las entidades financieras elevaron en un 30% de forma agregada los préstamos en 'stage 2', que se corresponden con los créditos normales en vigilancia especial, durante los últimos tres meses de 2020. Según señala, esta postura supone la adopción por parte del sector de un enfoque prudente en la clasificación de préstamos de clientes vulnerables.
En cualquier caso, la firma calificadora admite que el sector privado también está mejor posicionado para resistir la contracción a corto plazo de la economía. La deuda no consolidada del colectivo representaba el 166% del Producto Interior Bruto (PIB) a finales de junio de 2020, frente al 226% que llegó a alcanzar a cierre de 2010.
LOS FONDOS EUROPEOS Y LAS VACUNAS SON CLAVES
Por otro lado, Fitch da por hecho que las nuevas restricciones a la movilidad pesarán sobre el crecimiento económico del país a principios de 2021, aunque confía en que disminuirán a medida que el plan de vacunación vaya avanzando.
Igualmente, el crecimiento a medio plazo se beneficiará de los 140.000 millones de euros asignados a España en el marco del fondo de recuperación postpandemia 'Next Generation' de hasta 750.000 millones de euros.
En suma, los riesgos se centran en la posibilidad de que se desaten nuevas oleadas de contagios por Covid-19, de un lento programa de vacunación y de la capacidad de la economía para absorber los fondos de la UE traduciéndolos en apoyo en inversiones productivas.