La Bolsa de China, que sesión tras sesión sigue desplomándose y está registrando una volatilidad extrema en las últimas semanas pese a los intentos de los reguladores y del banco central por controlar sus movimientos, ha revivido viejos "fantasmas del pasado". Según los analistas del banco privado Julius Baer, "los fantasmas inquietantes de la deflación están de vuelta".
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El Banco Popular de China "tiene que darse cuenta de su error de política: su reciente estímulo monetario ha llegado demasiado tarde"
Tal y como explica Janwillem Acket, economista jefe de Julius Baer, los últimos datos económicos de China, que han sido "decepcionantes", y la caída del mercado de valores demuestran que el país "está luchando por sostener su ritmo de crecimiento". No obstante, la menor demanda de China en cuanto a materias primas "está aumentando la presión deflacionaria y los fantasmas inquietantes de la deflación han hecho saltar las alarmas en muchos bancos centrales".
China, explica el experto, está transformando su economía desde la industria pesada y las manufacturas basadas en las exportaciones agresivas a un modelo de alta tecnología y más basado en el consumidor. Una transición que dejaba claro que se produciría una tendencia a la baja en el ritmo de crecimiento durante unos años, aunque las débiles lecturas reportadas últimamente han dejado claro que China, "la principal locomotora del crecimiento mundial de los últimos años y el mayor importador de productos básicos", no está en su mejor momento.
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"¿Cómo podemos asombrarnos de la caída de la Bolsa de China, que este lunes registró la mayor pérdida de un día en ocho años? ¿Cómo podemos explicar la erosión de los precios de las materias primas en todo el mundo, que está golpeando a tantos proveedores y empujando hacia abajo los niveles de inflación hasta el punto de que los fantasmas inquietantes de la deflación están de vuelta en muchos lugares?", se pregunta Acket, que responde inmediatamente.
Según dice, "como consecuencia de ello los bancos centrales de los países proveedores de materias primas como Noruega, Nueva Zelanda o Canadá, han estado recortando las tasas para fomentar el crecimiento, mientras que otros como Suecia siguen recortando las tasas para contener los riesgos de deflación".
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) se mantiene obstinadamente en su política de compras de activos de lujo, "con la esperanza de la recuperación nacional salvará la situación". No obstante, cree que los responsables de los bancos centrales "no podrán disfrutar este verano" y dice que el Banco Popular de China "tiene que darse cuenta de su error de política, es decir, que su reciente estímulo monetario ha llegado demasiado tarde y que hasta ahora hasta ahora era demasiado cauteloso".
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EL CRECIMIENTO ECONÓMICO DE CHINA SE DESACELERARÁ MÁS
Por su parte, Susan Joho, economista del banco privado, ha asegurado que el crecimiento económico de China "se desacelerará más en 2015 y 2016". "Las reformas y el desapalancamiento del sector financiero de China han llevado a una desaceleración del crecimiento económico en el último año", ha recordado la experta, que ha señalado que "las políticas fiscales y monetarias se suavizaron un poco para estabilizar las condiciones económicas, pero es más que probable que siga con el fin de mantener estable el crecimiento económico por debajo del 7%".
A China le llevará años que las reformas implementadas empiecen producir efectos positivos
Por lo tanto, ha indicado, "el crecimiento económico de China se desacelerará aún más en 2015 y 2016, ya que llevará años hasta que las reformas implementadas empiecen producir efectos positivos".
Además, ha dicho que las reformas estructurales "seguirán siendo elevadas en las áreas de liberalización financiera, de regulación financiera, de consolidación de las empresas de propiedad estatal y la dirigida a mantener la deuda del gobierno bajo control".
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