El socio responsable global de banca de KPMG, Francisco Uría, ha afirmado este lunes que el impuesto temporal a la banca propuesto por el Gobierno plantea "muchas dudas" desde el punto de vista jurídico y no contribuye a la estabilidad financiera ni a la fortaleza de los bancos, según ha trasladado durante su intervención en el XIII Encuentro Financiero organizado por el diario 'Expansión' y por KPMG.
En concreto, Uría ha considerado que es "un acierto" todo aquello que contribuye a favorecer la estabilidad financiera, la fortaleza de los bancos y su capacidad de prestar, y ha señalado que el impuesto sobre los supuestos beneficios extraordinarios de los bancos, aparte de las "muchas dudas" que plantea desde un punto de vista técnico, incluyendo su propia naturaleza jurídica, "no va a ayudar al cumplimiento de esos fines", algo que ya se ha recogido en el informe que el Banco Central Europeo (BCE) ha emitido a principios de noviembre.
El socio de KPMG prevé que el escenario de elevada inflación y altos tipos de interés afecte a familias, empresas y administraciones públicas, de modo que el crecimiento económico en España será el año que viene menor que el esperado, al tiempo que las condiciones de financiación se endurecerán de forma relevante.
"Inevitablemente, la morosidad, que ha permanecido sorprendentemente baja desde los peores momentos de la pandemia, habrá de incrementarse", ha agregado.
Además, espera que la menor capacidad de compra de las familias, unida al incremento de los costes, afecte tanto al crédito hipotecario como al crédito al consumo y, en general, a los ingresos de todos los agentes y, entre ellos, a los de los bancos.
Así, aunque las entidades han registrado unos resultados "muy positivos" en los últimos meses, Uría ha indicado que se trata de un fenómeno "en parte transitorio", resultado de un momento excepcional en el que los efectos más positivos se estaban dejando sentir mientras que, por el contrario, los más negativos, no se han producido todavía.
Sin embargo, para Uría, los bancos afrontan la situación en una posición de "gran fortaleza" en términos de capital, liquidez y calidad del balance, lo que constituye una muy buena noticia, fruto del trabajo conjunto de reguladores, supervisores y las propias entidades.
Además, para afrontar la situación venidera, el socio de KPMG ha recordado el mensaje de los supervisores, al pedir "prudencia" a las entidades y que, por ello, realicen provisiones, fortalezcan su capacidad de gestión de créditos y recuperación y mantengan la calidad de sus balances.
También ha pedido a las entidades que sigan invirtiendo en innovación y transformación digital, anticipándose a la competencia de nuevos actores no o diferentemente regulados. Al respecto, ha llamado a los bancos a aprovechar la situación de peor acceso a liquidez que pudieran tener ahora las fintech.
Por último, ha pedido invertir en talento y dedicar recursos cada vez mayores al cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad.
AYUDAS HIPOTECARIAS
Por su parte, el presidente de KPMG España, Juan José Cano, ha valorado de forma positiva el acuerdo entre la banca y el Gobierno para impulsar medidas que mitiguen el impacto de la subida de tipos en familias con dificultades para afrontar el pago de sus hipotecas. "El Código de Buenas Prácticas hipotecarias es positivo y a él se están adhiriendo las entidades. Esto pone de manifiesto el compromiso del sector con el bienestar de la sociedad, un valor que articula su actividad", ha afirmado.
También ha considerado que es "precipitado" establecer una correlación entre subidas de tipos de interés e ingresos extraordinarios en el sector bancario. Y por esa razón, ha sostenido que es "fundamental" que las decisiones regulatorias y fiscales que se adopten en este contexto, "incierto y volátil", no comprometan los resultados de las entidades. "Son claves en su solvencia y, por tanto, en la estabilidad del sistema financiero y de nuestra economía", ha agregado.