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Almudena Benedit, responsable de gestión de carteras de Julius Baer España

“La perspectiva de un gobierno débil y poco favorable a la libertad de empresa nos ha llevado a reducir nuestro optimismo respecto de la economía española”. Es la valoración de Almudena Benedit, responsable de gestión de carteras de Julius Baer España, sobre su visión de la economía hispana para 2020.

“Recientemente”, añade la gestora del banco suizo, “hemos rebajado la proyección de crecimiento para España en 2020 al 1,7% y pensamos que cerraremos 2019 en el 2,0%, por lo que estaríamos convergiendo con el resto de países de la Eurozona, donde creemos que la tasa de crecimiento se mantendrá constante en el 1,1%”.

Benedit añade que “también rebajamos la expectativa de inflación, aunque seguimos esperando que en 2020 doble la de 2019 y se sitúe en el 1,8%”. Esta experta destaca además que “en fechas recientes hemos visto revisiones a la baja del PIB y el consumo privado no se ha comportado tan bien como se estimaba”.

En este sentido, considera que “la expectativa de una subida de impuestos podría agravar esta tendencia”, aunque sigue “confiando en que el incremento de los salarios, la bajada del ratio de endeudamiento de las familias y la facilidad de acceso al crédito mantengan la demanda interna” e incluso pueda producirse un “rebote”.

En negativo, remarca que “el sentimiento empresarial también se ha deteriorado porque se espera una presión fiscal sobre las compañías y mayores costes regulatorios”.

PREVISIONES GLOBALES PARA 2020

A nivel global, la entidad suiza comenta que los estímulos aplicados por los bancos centrales a nivel global (Fed, Banco de China, Banco de Japón, BCE) aseguran un fortalecimiento cíclico, “lo que prolongará el crecimiento económico mundial a lo largo de 2020”.

Sobre el acuerdo comercial alcanzado por China y EEUU, consideran que reduce los riesgos para el crecimiento mundial, pero que “no es lo suficientemente comprensible para provocar un impulso económico significativo”.

En este sentido, consideran que un mayor protagonismo de las políticas fiscales “es la alternativa más viable” para fomentar el crecimiento a nivel global, ya que los estímulos monetarios de los bancos centrales parecen haber dejado de ser eficaces.

En el caso de China, esperan una estabilización secuencial de los factores económicos que han lastrado al gigante asiático en los últimos meses, que no obstante no podrán prevenir una desaceleración estructural de su crecimiento. “China se adentrará en una era de crecimiento por debajo del 6%”, aseguran.

Sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que se celebrarán en el mes de noviembre, comentan que pueden ser una “potencial fuente de volatilidad” si el candidato demócrata que gane la nominación propone un cambio significativo en las actuales políticas económicas.

En este sentido, los candidatos que más miedo dan a los inversores son Elizabeth Warren y Bernie Sanders, que defienden una gran subida de impuestos a las empresas y las clases más adineradas. Por el contrario, Joe Biden y Michael Bloomberg serían los aspirantes demócratas mejor valorados por el mercado.

Por último, señalan que Reino Unido saldrá de la Unión Europea el próximo 31 de enero, pero que el acuerdo comercial que deberán firmar ambas partes para establecer su futura relación económica seguirá provocando “incertidumbre, lo que afectará al crecimiento durante ese periodo de transición”.

Boris Jonhson quiere lograr un acuerdo con la UE no más tarde de finales del próximo año, por lo que si las negociaciones entre Reino Unido y la UE no avanzan a un ritmo muy rápido, este proceso también puede ser una fuente de volatilidad importante para las bolsas, sobre todo a final de 2020.

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