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Las tecnológicas se han convertido en las claras protagonistas del año. Tras conquistar los años marcados por la pandemia del Covid-19, la escalada de la inflación borró casi por completo las ganancias de estos valores en 2022. No obstante, estas compañías han recuperado parte del impulso perdido en bolsa gracias, en buena medida, al impulso de la inteligencia artificial (IA), uno de los temas de moda en el mercado… aunque eso no significa que sea algo positivo.

“El alto nivel de concentración es solo un aspecto que refleja la fragilidad actual del mercado bursátil”, explica Jan Bopp, estratega de inversión sénior en J. Safra Sarasin Sustainable AM (JSS SAM).

En este sentido apunta también el informe trimestral de WisdomTree sobre inversión temática del primer trimestre, el cual muestra que las inversiones en IA, semiconductores y otras ramas relacionadas se han disparado entre enero y marzo de 2023. La gestora destaca que, pese al repunte del rendimiento en la mayoría de las temáticas, los flujos agregados en los cuatro primeros meses de 2023 (menos de 900 millones de dólares) están siendo “muy moderados”, lo que muestra “un enorme contraste con los tres últimos años”.

“Los flujos en 'Cambios tecnológicos' y 'Presiones medioambientales' muestran una reversión de tendencia desde 2022. El primer grupo tiene el mejor rendimiento en lo que va de año de las temáticas que lo componen, ha recaudado unos 800 millones de dólares en los cuatro primeros meses, frente a las salidas de -4.300 millones del año pasado. Asimismo, las temáticas 'Presiones medioambientales' recaudaron algo más de 100 millones de dólares, frente a los 14.700 millones de 2022”, explican.

Según Bopp, estos y otros datos muestran que la incertidumbre de los inversores es “francamente palpable” si se observan los movimientos “a veces nerviosos” de los precios en los mercados de renta variable, ya que la evolución “fuertemente positiva” de las cotizaciones de algunas empresas o sectores “enmascara esta percepción a nivel de los índices”.

“A pesar de todas estas incertidumbres económicas y monetarias, los mercados de renta variable se muestran sorprendentemente sólidos. En Estados Unidos, el S&P 500 incluso ha alcanzado recientemente un nuevo máximo anual. Esto es extremadamente inusual. De hecho, es tan inusual que, si se analiza más detenidamente, ni siquiera es cierto para el mercado en general”, apunta Bopp.

Esto se debe, según este analista, a que solo “unos pocos” valores han mantenido el mercado “en terreno positivo” a nivel de índice desde principios de año. “Ocho de los once sectores están rindiendo por debajo del mercado general. O por decirlo más claramente: si se eliminan las siete mayores empresas del S&P 500, el índice no varía desde principios de año. La reciente fortaleza del mercado bursátil es la más concentrada de los últimos 25 años”, sentencia.

Además, destaca este experto, el panorama macroeconómico manda “señales preocupantes”, a pesar de que, en general, se ha mantenido “mejor de lo esperado” en los últimos meses. Una de las razones de este contexto, apunta, fue el nivel “aún elevado” del exceso de ahorro de los hogares tras los confinamientos a raíz de la pandemia y el consumo reprimido.

“El ciclo global no solo está fuertemente desincronizado a nivel regional, sino también a nivel sectorial en particular. Esto se refleja en los índices preliminares de directores de compras, cuyo componente de servicios se mantiene fuerte, mientras que el manufacturero está en niveles de recesión. En Europa, por ejemplo, esta diferencia incluso ha alcanzado recientemente un máximo histórico”, señala.

En este sentido, Bopp también señala que Alemania no ha sido capaz de escapar de la “temida” recesión en el primer trimestre del año y que los últimos datos macroeconómicos de Estados Unidos, como las ventas minoristas o la confianza de los consumidores, se han adentrado en terreno recesivo. No obstante, otros indicadores, como las peticiones iniciales de desempleo o la inflación subyacente muestran que los datos siguen siendo “muy volátiles” y el panorama “muy difícil de interpretar”.

Por otro lado, en China, tras un “prometedor” comienzo de año, los últimos datos macroeconómicos han vuelto a decepcionar, incluyendo una fuerte desaceleración de las importaciones y el primer descenso de los nuevos pedidos en el sector servicios desde diciembre de 2022. “Con las restricciones Covid ya totalmente levantadas y la normalización de la movilidad general, esto sugiere que la recuperación de China está perdiendo fuerza gradualmente”, subraya.

Esto ha provocado que los rendimientos en los mercados de renta fija hayan aumentado significativamente en los mercados desarrollados. En cambio, en los mercados emergentes presenta un escenario muy distinto, ya que, en muchas regiones, a mediados de 2022 ya se estableció una tendencia desinflacionista. No obstante, apunta, los bancos centrales han mantenido sus tipos de interés oficiales en niveles elevados. Sin embargo, algunas regiones, en particular Latinoamérica, están recuperando “gradualmente” un mayor margen para recortar los tipos de interés debido a la favorable evolución de la inflación, brindando “una perspectiva positiva para la región y especialmente para los bonos en divisa local”.

Con todo esto en mente, explica, la gestora suiza sigue infraponderando la renta variable en sus carteras multiactivos, ya que el perfil de riesgo-rentabilidad “no es atractivo”. “Dentro de la asignación a renta variable, los mercados emergentes están bajo revisión, ya que no se espera que China mejore a finales de año”, explica Bopp.

El estratega de JSS SAM señala que el perfil de riesgo-rentabilidad de los bonos sigue siendo “atractivo” debido al nivel “relativamente alto” de los rendimientos, especialmente en “el segmento de alta calidad con vencimientos cortos”.

“Como es probable que el problema del aumento de la inflación siga con nosotros, seguimos sobreponderados en bonos ligados a la inflación. Seguimos infraponderados en bonos ‘high yield’ y de mercados emergentes, centrándonos en los mercados emergentes denominados en divisas locales. Esta clase de activos ha empezado el año muy bien y debería mantener este impulso positivo. El entorno es favorable, pero la selección es clave para el éxito de la inversión”, apunta.

Por último, Bopp destaca que la firma helvética continúa sobreponderada en efectivo e inversiones alternativas. “La primera, para poder aprovechar oportunidades tácticas a corto plazo. La segunda se debe al efecto positivo de diversificación a nivel de cartera. En este sentido, nos siguen gustando especialmente los bonos catástrofe”, concluye.

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