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En este primer semestre de 2023, los mercados han estado caracterizados por la volatilidad. La alta inflación, el endurecimiento monetario y la crisis bancaria han dado lugar a un escenario incierto que plantea dudas entre los inversores a la hora de posicionar sus carteras. ¿Cómo actuar ante esta situación?

"Dado que los inversores se enfrentan a un entorno mucho más polarizado de lo que hemos visto en algunos años, es posible que los inversores deseen considerar el valor de una estrategia de alternativas líquidas flexibles que pueda mejorar potencialmente el perfil de correlación de una cartera más amplia", explica David Elms, jefe de alternativos diversificados de Janus Henderson.

En este sentido, desde la gestora destacan que su enfoque está en las alternativas líquidas, es decir, activos que un cliente puede vender cuando lo desee de manera confiable en un corto periodo de tiempo.

"Significa que las inversiones subyacentes suelen ser valores estándar en lugar de sociedades, estrategias menos líquidas, etc.", puntualizan en la firma.

Precisamente, una de las consecuencias del regreso de la inflación ha sido la necesidad de reevaluar la asignación tradicional de activos en una cartera.

La estrategia 60/40 ha sido fundamental en las últimas décadas; sin embargo, en la actualidad, y ante un entorno económico desafiante, los inversores no quieren apostar por los activos de riesgo y están empezando a considerar otras opciones.

"Con la volatilidad, en nuestra opinión, que probablemente persistirá en 2023, la pregunta para los inversores es cuánto de esa porción de acciones del 60/40 podría diversificarse con alternativas para traer diferentes impulsores de rendimiento y mejorar potencialmente el perfil de correlación de un más amplio portafolio", afirma Elms.

REDUCCIÓN DEL RIESGO

Los inversores se están enfrentado a un entorno inestable que plantea, parafraseando a Donald Rumsfeld, ex secretario de Defensa de EEUU, 'incógnitas desconocidas'.

En este contexto, el experto de Janus Henderson cree que "si tuviera acceso a una bola de cristal que podría darle una previsión de lo que vendrá, la forma en que reaccionará el mercado podría ser totalmente contraria a la intuición".

Con todo, cree firmemente "en el valor de una estrategia que ofrece varias palancas para generar rendimiento y que es capaz de producir rendimientos consistentes a largo plazo que no están correlacionados con los activos tradicionales como las acciones y la renta fija".

En periodos de mayor volatilidad, los inversores pueden querer considerar estrategias no direccionales que potencialmente pueden funcionar muy bien si el mercado se mueve rápidamente en cualquier dirección.

"Eso incluiría estrategias que tienen más opcionalidad y que usan mercados derivados para obtener esos pagos positivamente convexos", añade el experto.

Por ello, las alternativas líquidas son una opción a tener en cuenta, ya que ofrecen diversificación, pero, además, en estos momentos pueden actuar como un "amortiguador" no correlacionado, lo que unido a su potencial de generar alfa parecen una buena solución para ayudar a mantener el equilibrio entre ataque y defensa en las carteras de los inversores

"Nuestra opinión sigue siendo que los gestores de alternativas deberán centrarse en mejorar el rango y la adaptabilidad de sus ofertas si pretenden proporcionar a los inversores una plataforma fiable capaz de funcionar durante todo el ciclo del mercado", concluye Elms.

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