Los inversores tienen ya puestas sus miradas, y sus esperanzas de beneficio, en 2023, un año para el que los analistas de Nextep Finance esperan que sean dos las principales fuerzas que muevan los mercados: la inflación y el conocido por sus siglas en inglés como "efecto FOMO", o lo que es lo mismo, el miedo a perderse las oportunidades.
Víctor Alvargonzález, director de estrategia y socio fundador de la firma de asesoramiento, asegura que los elementos que realmente guían la evolución de los mercados son muy pocos cada año, y considera que en su correcta identificación radica hasta un 90% de las probabilidades de éxito bursátil.
"En 2008 fue la crisis financiera, en 2009 la actuación de la Reserva Federal, en 2018 el conflicto comercial entre EEUU y China, en 2020 la pandemia, en 2021 la actuación de la Fed y la llegada de la vacuna y en 2022 la inflación, por poner algunos ejemplos", asegura.
De cara al próximo año, considera que la posible subida de las bolsas encontrará a los inversores totalmente infraponderados en renta variable, con lo cual se intensificará el miedo a perderse las oportunidades por parte de los inversores.
"Pero en esta ocasión no solo pilla a los inversores fuera del mercado: es que además nunca ha habido tantos inversores con posiciones cortas, es decir apostando porque caigan las bolsas", asegura.
Si el mercado sube, agrega, los inversores que están “cortos” tienen que deshacer esas posiciones para cortar sus pérdidas, y para deshacer posiciones cortas -que se han creado con títulos prestados- hay que comprar los títulos para poder deshacerlas.
Esto es lo que se conoce como 'short squeeze', y muchos inversores bajistas se ven obligados a comprar para cortar sus pérdidas y esto se convierte en una bola de nieve que es un "motor adicional para las bolsas".
"Si a esto añadimos que la bajada de la inflación y la consecuente moderación de la Fed bajará también la rentabilidad de los bonos y hará que sean menos competitivos, tenemos el círculo virtuoso necesario para un año bursátil mucho más atractivo que 2022, gracias al descenso de la inflación y el efecto FOMO, generado por la poca presencia de los inversores en el mercado que al cabo de cierto tiempo se dan cuenta de que se están perdiendo la subida", agrega.
LA IMPORTANCIA DE LA INFLACIÓN
Sin embargo, existen riesgos en el horizonte, y es que las previsiones pueden terminar por no cumplirse o verse afectadas por algún nuevo suceso, lo que modificaría notablemente el sentimiento de unos mercados que vienen con la confianza justa en los últimos meses.
Una de las grandes amenazas para el devenir de las bolsas es que que la inflación no baje como espera el consenso. En este sentido, Alvargonzález recuerda que "el consenso de analistas suele equivocarse más que acertar", si bien en este caso le otorga un voto de confianza y espera que la inflación siga la senda marcada.
Otro de los grandes focos de interés para los mercados volverá a estar, un año más en Ucrania, con el gran peligro de que la guerra, lejos de remitir, siga escalando. "Estamos en un enfrentamiento indirecto entre la OTAN (a través del ejército ucraniano) y una potencia nuclear, Rusia, y cuanto más dure la guerra más riesgo de accidentes o escaladas bélicas", considera el socio fundador de Nextep Finance.
Las tensiones geopolíticas tienen ahora mismo su máxima expresión en el este europeo, aunque existen otros frentes que conviene tener vigilados de cara al futuro y que pueden alterar el orden económico mundial.
"Otra fuerza negativa que está ahí, en la sombra, agazapada, es el enfrentamiento soterrado entre China y Estados Unidos por el poder global. Ahora mismo EEUU está ocupado con Rusia, pero tarde o temprano caerá en la cuenta de que su mayor problema es China, que de hecho está aprovechando la situación creada por la invasión de Ucrania. Solo hay que ver la última visita de Xi Jinping a Arabia Saudí y cómo fue recibido", destaca.