El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha afirmado este lunes que la inflación en la eurozona está "bien encaminada" para cumplir con el objetivo de estabilidad de precios del 2%, incluso a pesar del repunte esperado para finales de año.
"Las expectativas de inflación de las empresas y los consumidores de la zona euro han disminuido en todos los horizontes temporales. La mayoría de los indicadores de previsiones de inflación a largo plazo se sitúan en torno al 2%. [...] La información entrante muestra que el proceso de desinflación está ahora bien encaminado", ha asegurado en un acto celebrado en Madrid.
No obstante, Guindos ha matizado que se producirá un aumento de los precios durante el cuarto trimestre de 2024 a medida que las "drásticas bajadas" en la factura energética del año pasado dejen de computar en la tasa interanual.
El exministro español de Economía ha reconocido que la actividad económica está siendo más débil de lo esperado y que sobre el panorama macro pesan "riesgos importantes" de tipo geopolítico que podrían condicionar al alza la evolución de la inflación.
Aun así, contempla que el crecimiento se fortalecerá gracias al aumento de los ingresos disponibles de las familias y por la desaparición de los efectos restrictivos de la política monetaria ya acometida, lo que apuntalará tanto consumo como inversión. Las exportaciones tendrán un impacto positivo con la reactivación de la demanda externa.
El 'guardián del euro' ha recordado que el desempleo en la zona euro cerró agosto en el 6,4%, en mínimos desde la adopción de la moneda común. Sin embargo, ha indicado que las últimas lecturas apuntan a una moderación en la creación de empleo y de la demanda de trabajadores.
Guindos ha destacado también que los mercados financieros se han mostrado "resilientes" a pesar de los recientes episodios de volatilidad, aunque siguen siendo "vulnerables" a una posible dinámica de revaloración de activos.
Asimismo, ha alertado de que el sector financiero no bancario podría amplificar una corrección súbita de los mercados dada su interconexión con la banca tradicional y por estar menos regulada, ser menos transparente y por estar más concentrada y expuesta al apalancamiento.
En cuanto a la política monetaria, Guindos ha insistido en que se mantendrá un tono lo suficientemente restrictivo "por cuanto tiempo sea necesario", al tiempo que ha reiterado que el BCE no se compromete de antemano con ninguna senda de tipos dado que se apegarán a los datos y las decisiones se tomarán reunión a reunión.