El CEO de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha sostenido este jueves que hay margen para cambiar cosas en el proceso de reestructuración de la entidad bancaria tras la fusión con Bankia, para el que ha planteado un ERE de 7.791 personas, 8.291 inicialmente: "Vamos a dejarnos la piel para llegar a un acuerdo".
Noticia relacionada
CaixaBank dispara su beneficio hasta los 4.786 millones por la fusión con BankiaLo ha dicho este jueves en la rueda de prensa de presentación de resultados del primer trimestre, en el que la entidad bancaria obtuvo un beneficio atribuido, sin incorporar extraordinarios asociados a la fusión con Bankia, de 514 millones de euros, frente a los 90 millones del año anterior y afectados por las provisiones constituidas para anticiparse a impactos futuros asociados al Covid-19.
"Nuestro compromiso es hacer las cosas de la mejor manera posible para que las menores personas salgan perjudicadas. No podemos ir a la inacción porque pondremos en peligro los 43.000 empleos que quedan en CaixaBank, que lógicamente queremos preservar y desarrollar su futuro profesional", ha advertido, y ha defendido el proceso como lo socialmente responsable.
Ha sostenido que no contemplan otra cosa que un acuerdo con los sindicatos y que esperan alcanzar uno que permita a la entidad hacer frente a los retos de futuro.
"Si llegamos a un acuerdo tendremos el respeto del resto de la sociedad e incluso el de las personas que están en el Congreso y el Gobierno. Cuando tengamos un acuerdo creo que tendremos el apoyo para ir adelante en este proceso", ha añadido.
Preguntado por los costes del ERE, Gortázar ha señalado que aún es prematuro para dar cifras y que esperan poder llegar a un acuerdo con los representantes de los trabajadores en junio, momento en el que prevén hacer públicas estas cifras.
TRANSFORMACIÓN
El dirigente ha justificado el plan con los solapamientos derivados de la fusión y con los factores estructurales "muy fuertes de cambio de la economía", que según él hace que las entidades financieras deban tomar decisiones para ser más eficientes.
En ese sentido, ha explicado que hay dos grandes desafíos: el impacto de la digitalización en el sector financiero y la consecuente presión por la entrada de nuevos competidores, y los tipos de interés negativos.
Según Gortázar estos últimos generan "una presión evidente" en los márgenes y hacen que el rendimiento del crédito baje, ante lo que considera que deben reaccionar y tomar medidas para seguir siendo competitivos porque van a continuar así los próximos años.
"SE HA DESVIRTUADO LA RENTABILIDAD"
El directivo ha insistido en que ante todos los retos que afronta el sector, están obligados a tomar decisiones duras porque quieren acertar, sabiendo las consecuencias, y ha advertido de que "la inacción no es una opción".
"Hemos tomado la decisión de operación corporativa, hay unos factores estructurales muy fuertes de cambio de la economía que están cambiando el negocio y que hacen que las entidades deban ser más eficientes", ha insistido.
Además, ha advertido de que la situación de interés negativo ha desvirtuado la rentabilidad del negocio bancario tradicional, ya que en estos momentos la recogida de depósitos genera pérdidas a las entidad financieras.
"Esto es un cambio de paradigma completo y llevamos así cinco años, y desafortunadamente vamos a seguir así más tiempo", ha añadido, y ha recordado que es ante este escenario que CaixaBank y Bankia deciden integrarse, con todos los parabienes de que la consolidación en Europa es absolutamente necesaria, en sus palabras.