Goldman Sachs ha cambiado de opinión y ahora es más positivo sobre la evolución de Wall Street. Tras anticipar a mediados de marzo que no descartaba caídas adicionales del S&P 500 hasta 2.000 puntos, ahora su escenario central es que los mínimos de marzo (2.191 puntos) sean el suelo del actual mercado bajista.
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Y todo ello debido al "apoyo incondicional" de los dirigentes políticos, tanto del Congreso americano como de la Administración Trump y también del banco central de la Reserva Federal (Fed).
El equipo de estrategas liderado por David Kostin valora que una combinación de apoyo político sin precedentes y una curva viral aplanada del Covid-19 han reducido "dramáticamente" los riesgos tanto para los mercados como para la economía estadounidense.
Por ello, añaden que si EEUU no tiene un segundo repunte en las infecciones después de que la economía se reabra, es poco probable que los mercados de valores marquen nuevos mínimos. "La Fed y el Congreso han excluido la posibilidad de un colapso económico completo", han señalado estos expertos. "Sus medidas significan que nuestra previsión anterior a corto plazo de 2.000 puntos ya no es probable" para el S&P 500, han añadido.
En su opinión, el mercado ya ha descontado que la temporada de resultados empresariales del primer trimestre será un desastre. "A pesar del flujo constante de informes de ganancias débiles, la temporada de resultados del 1T no representará un catalizador negativo importante para el mercado de acciones. Nuestro objetivo de fin de año para el S&P 500 sigue siendo 3.000 puntos", han concluido.
Por último, no hay que olvidar que el S&P 500 ha rebotado un 28% desde los mínimos de marzo hasta su máximo del pasado viernes en 2.815 enteros, tras protagonizar un desplome del 30% en apenas tres semanas desde su máximo histórico de febrero en 3.393 puntos. Los movimientos del mercado son tan rápidos que obligan a firmas tan prestigiosas como Goldman a cambiar sus previsiones.
