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Con permiso de las 'big tech' que presentan sus resultados empresariales, el mercado tiene una cita clave con la Reserva Federal (Fed) este miércoles, 29 de enero. Y aunque los inversores descuentan que el organismo mantendrá los tipos sin cambios, en la horquilla comprendida entre el 4,25%-4,50%, el interés radica en el tono que va a adoptar el banco central tras la investidura de Donald Trump como presidente de EEUU, sobre todo después de que el republicano haya perfilado algunas de las líneas maestras de su segundo mandato.

"La reunión es principalmente un punto de inflexión. Lo más probable es que la Fed mantenga la postura de espera. Después de que la Fed diera un mensaje agresivo en diciembre, una pausa en enero es claramente el escenario base", valoran en Bank of America (BofA).

"A la vista de los últimos datos sobre la inflación y el mercado laboral, es casi seguro que la Fed hará una pausa en enero. Los mercados prevén actualmente un recorte de tipos a mediados de año, lo que parece razonable. Esperamos un recorte adicional en el cuarto trimestre, aunque los inversores siguen divididos sobre la probabilidad de una segunda reducción", señala Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM.

En este sentido, desde la gestora creen que "por ahora, tanto los mercados como los responsables políticos deben lidiar con una economía que sigue mostrando resistencia, pero también con persistentes presiones inflacionistas".

De hecho, el equipo de economistas de Schroders anticipa un crecimiento del PIB estadounidense del 2,5% para 2025, que se acelerará hasta el 2,7% en 2026. De este modo, la inflación se mantendría por encima de lo previsto y la Fed recortaría los tipos una vez en 2025 antes de subirlos en 2026.

Estas previsiones se basan en ciertos supuestos en torno a la agenda política de Trump. "Las escasas mayorías en el Congreso deberían limitar las inclinaciones más extremas de Trump, pero aun así serían suficientes para prorrogar sus recortes fiscales a punto de expirar y apoyar sus esfuerzos desreguladores", explica George Brown, economista jefe de EEUU en la firma.

En su discurso de investidura, Trump dijo que iba a "crear una Hacienda extranjera para cobrar aranceles e impuestos masivos a todo el exterior". Es aquí donde radican los mayores temores del mercado, que los aranceles del nuevo presidente impulsen la inflación en EEUU y mantengan con vida a los halcones de la Fed.

Es más, lo que parece estar claro es que si la inflación aumenta como consecuencia de las medidas de Trump, "la Fed podría ralentizar sus recortes previstos de los tipos de interés", remarca Eoin Walsh, gestor de TwentyFour AM (Boutique de Vontobel).

"Las políticas de impuestos bajos y regulación laxa del presidente Trump deberían ser buenas noticias para el crecimiento, mientras que los controles de inmigración y los aranceles comerciales suponen un riesgo alcista para los precios, lo que sugiere que podríamos tener que esperar mucho tiempo hasta el próximo recorte", indican en ING Economics.

Y es que, en la reunión de diciembre, el banco central estadounidense ya dejó muy claro que ahora volvía a estar más preocupado por la inflación que por el mercado laboral.

Algo que quedó patente en las actas de ese cónclave monetario, donde se puso de manifiesto que "los riesgos al alza para las perspectivas de inflación habían aumentado. Como razones para este juicio, los participantes citaron lecturas recientes más fuertes de lo esperado sobre la inflación y los probables efectos de posibles cambios en las políticas comerciales y de inmigración".

EL RIESGO ES QUE SEA "LIGERAMENTE AGRESIVA"

Con este telón de fondo cargado de incertidumbre política, los movimientos futuros de la Fed se antojan difíciles de predecir, aunque lo que sí se sabe es que el ritmo de los próximos recortes será más lento.

Para Yves Bonzon, CIO (Chief Investment Officer) de Julius Baer, las expectativas de bajadas de tipos, como indican los futuros de los fondos federales, se han reducido significativamente desde que el banco central inició su actual ciclo de flexibilización en septiembre de 2024.

"Para finales de 2025, los precios del mercado indican un tipo de los fondos federales del 4%, frente al 3% de hace sólo cuatro meses. Incluso para finales de 2026, los mercados esperan que el tipo de interés oficial se sitúe ligeramente por debajo del 4%", agrega.

Y destaca que "a menos que se produzca un choque externo importante, que por definición es imposible de predecir, o una recesión en EEUU, que no es nuestro escenario de referencia actual, creemos que la Fed podría dejar de recortar más pronto que tarde, proporcionando apoyo al dólar estadounidense".

En Berenberg, si bien no esperan que la Fed recorte las tasas en 2025, ven "un riesgo de cola de que la Fed deba subirlas si Trump implementa aranceles mucho más altos de lo esperado y promulga deportaciones masivas, lo que aceleraría significativamente la inflación".

La economía ha tenido un buen desempeño y la inflación ha demostrado ser más persistente de lo esperado, "por lo que la opinión general era que no había tanta necesidad de reducir la tasa de política monetaria de manera tan agresiva en 2025 como se había señalado anteriormente", comentan en ING Economics.

De hecho, para estos analistas, el riesgo es que la Fed sea más agresiva de lo que indicaba. "Como el presidente Trump acaba de ganar la reelección y sus planes de política difieren tan marcadamente de los del presidente Joe Biden, el presidente de la Fed, Jay Powell, reconoció que algunos sintieron la necesidad de incorporar los posibles cambios de política en sus proyecciones para diciembre de 2024 con anticipación".

En consecuencia, "es probable que los funcionarios de la Fed necesiten ver una marcada desaceleración en la creación de empleo y presiones inflacionarias más frías para justificar un mayor recorte de las tasas", añaden.

"Es posible que la reelección de Trump acelere las tendencias asociadas al deterioro de la oferta de trabajo y del panorama fiscal. Si bien la Fed podría ralentizar su ciclo de bajadas de tipos antes de lo esperado, pronosticamos cierta volatilidad en el mercado a la hora de descontar el ritmo de esos futuros recortes", aseveran en Wellington Management

Pero, pese a la alta probabilidad de que la Fed siga recortando tipos, "Estados Unidos quizá ya haya hecho gran parte del trabajo para luchar contra la inflación, de modo que existe el riesgo real de que las políticas reflacionarias lleven al banco central a bajar el ritmo de los recortes y, en consecuencia, los tipos se mantendrían más altos durante más tiempo", exponen desde la firma.

VISIÓN MÁS OPTIMISTA

Con todo, hay quien mantiene una visión más optimista sobre la 'hoja de ruta' del banco central estadounidense. Tal es el caso de Christian Scherrmann, economista jefe para EEUU de DWS, quien proyecta que los tipos se mantengan estables en enero, pero argumenta que "los recientes datos de inflación dejan la puerta abierta a nuevos recortes de tipos, aunque limitados, y los mercados laborales -a pesar de la robusta contratación- no son actualmente una fuente de presiones inflacionistas".

"Lo que queda, sin embargo, es la incertidumbre política. Aunque los banqueros centrales cuentan ahora con algunas aportaciones de la nueva Administración, sigue sin estar claro cómo se utilizarán los aranceles, por no hablar de cómo se configurará la política fiscal".

En definitiva, "dada la información aún incompleta de la Administración, mantenemos nuestra expectativa de una Fed que probablemente bajará los tipos un poco más en marzo y quizá en junio, antes de esperar a ver qué pasa, en vista de que la inflación sigue resistiendo. Ni que decir tiene que, por el momento, los riesgos se inclinan al alza", asegura Scherrmann.

Por si acaso, Trump ya ha advertido: "Exigiré que los tipos de interés bajen de inmediato. Y de la misma manera, deberían estar cayendo en todo el mundo".

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