La invasión rusa de Ucrania se prolonga durante más de un mes y sigue impactando en los mercados, provocando un aumento de la volatilidad general. En las últimas semanas, los precios de las materias primas, entre las que se incluyen las agrícolas y los metales, han sufrido crecimientos exorbitados. Por su parte, el precio de la energía se ha disparado y, además, las interrupciones en las cadenas de suministro se han vuelto más habituales de lo deseado. Sin embargo, el impacto no es homogéneo ni en todos los países ni en todas las regiones.
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"Es difícil ignorar el fantasma de la recesión, que no deja de crecer", según Federated HermesEn este sentido, la gestora de activos Amundi ha recortado el crecimiento mundial un 0,5% en 2022, hasta un rango de entre el 3,3%-3,7%, y ha señalado que “EEUU no es inmune, pero es más resiliente que la zona euro, que corre más riesgo de sufrir una recesión técnica”.
Según la firma gala, Europa se verá afectada por dos factores fundamentales: su exposición directa al conflicto debido a sus relaciones comerciales con Rusia, ya que es su quinto mayor socio comercial; y a su dependencia energética del país presidido por Vladimir Putin, principal suministrador de gas natural, crudo y otros combustibles fósiles al Viejo Continente.
“Es posible que se produzca una crisis de beneficios en Europa incluso antes de que se produzca una recesión económica. Si observamos la inflación del IPC y del IPP y los cuellos de botella de las cadenas de suministro, nos damos cuenta de que existe una brecha considerable”, explica Monica Defend, directora de Amundi Institute, “Los márgenes de beneficio se verán afectados si los productores no aumentan los precios, ya que se verían obligados a absorber el aumento de los costes (de la energía, por ejemplo). Pero si las empresas suben los precios, hay riesgo de que se reduzca el consumo".
“NO ES MOMENTO DE LANZARSE AL MERCADO”
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La inversión de la curva de tipos anticipa recesión...¿hay que salir del mercado?En el actual contexto, los mercados financieros se están viendo influenciados por tres grandes fuerzas: las expectativas de inflación y crecimiento, las respuestas (fiscales y monetarias) de los responsables políticos a estas expectativas y, claro, el cambiante paisaje geopolítico. Amundi indica que las dos primeras se verán progresivamente más influenciadas por el desarrollo del conflicto en Ucrania, por lo que, en su opinión, "no es momento de volver a entrar en el mercado de forma agresiva” a pesar de los “recientes signos de estabilización”.
La gestora parisina cree que los bancos centrales no tienen una tarea fácil por delante y señalan que la posibilidad de cometer errores de política monetaria es elevada, especialmente en el caso del BCE, debido a “unas perspectivas económicas más inciertas (también a nivel de un solo país)” y a “los crecientes riesgos de fragmentación de la zona euro”.
“Los inversores deberían centrarse en la liquidez, la diversificación para incluir oro y materias primas (entre otros activos) y afinar la exposición con un ojo en las oportunidades de valor relativo. Además, las coberturas y el mercado de divisas deben ser pilares fundamentales de sus carteras, con especial atención a los flujos de ‘huida a la calidad’ y a los riesgos políticos”, apuntan Francesco Sandrini y John O’Toole, directores del departamento de multiactivos de Amundi.
MEJOR RENTA VARIABLE ESTADOUNIDENSE QUE EUROPEA
Amundi dice mostrarse “neutral” respecto a la renta variable, pero asegura ser más “constructivo” con Estados Unidos que con Europa. Así, argumenta que el compromiso de lucha de la Reserva Federal (Fed) contra la inflación a corto plazo está “provocando un aplanamiento de la curva que debería beneficiar al mercado estadounidense, incluidas algunas áreas de crecimiento”. Por el lado contrario, la ya mencionada crisis de beneficios en Europa “exige una postura más prudente”.
En este sentido, la firma gala señala que los ‘bunds’ alemanes podrían beneficiarse de los flujos hacia activos refugio y las preocupaciones sobre el crecimiento económico derivado del conflicto, así como del cambio de rumbo al respecto del aumento de gasto militar: “Todo esto podría aumentar la emisión de bonos, por lo que seguimos de cerca la situación y nos mantenemos flexibles”.
Asimismo, Amundi subraya su “postura optimista” con la deuda italiana (BTP) respecto a la germana: “Aunque reconocemos algunas presiones sobre los BTP por los movimientos de ‘huida a la calidad’, creemos que los bonos italianos, en términos de crecimiento económico gracias a los fondos europeos y estabilidad política, son sólidos”.
“Creemos que los inversores deberían considerar el aumento de las empresas de mayor calidad y mejor capitalizadas dentro de los sectores cíclicos y defensivos”, concluyen estos estrategas, a la vez que aseguran seguir siendo “positivos” con respecto a los productos básicos de consumo y la atención sanitaria. Además, la gestora ha mejorado sus perspectivas para el sector industrial, y mantiene su cautela respecto a la tecnología de la información.