La inflación ha sido posiblemente el gran tema económico de 2022, y aunque ha protagonizado una importante moderación en la mayoría de países en lo que va de año, sigue siendo un quebradero de cabeza para los consumidores, que buscan estrategias para mantener su poder adquisitivo, una posibilidad que se puede alcanzar a través de la inversión, como explican los analistas de Allianz.
"La Reserva Federal (Fed) se ha tomado una pausa de momento en la subida de los tipos de interés, pero el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE) no dejan lugar a dudas: para ellos, aún no ha terminado la lucha contra la inflación", destaca Hans-Jörg Naumer, director de Mercados e Investigación Temática de la firma.
De esta manera, "la batalla contra la pérdida de valor adquisitivo continúa", y aunque "los rendimientos positivos son tranquilizadores, no hay motivo para relajarse, al contrario: los tipos de interés reales, es decir, los tipos de interés nominales ajustados a la inflación, han caído todavía más".
"Se prevé que los rendimientos nominales vayan aumentando progresivamente, mientras que la inflación parece haber tocado techo. Por tanto, todo depende de la evolución de la inflación. Sin embargo, parece poco probable que, en el corto o medio plazo, vuelva a situarse en el objetivo del 2%", asegura.
Además, Naumer ve "probable que varios factores de gran calado contribuyan a que persistan las presiones inflacionistas aún latentes", entre los que destaca la digitalización, que "debería mejorar la eficiencia de la economía y fomentar que los puestos de trabajo —cada vez más escasos— puedan ser sustituidos, al menos en parte, por la tecnología".
"Por otra parte, la demografía, la descarbonización (es decir, la transición de la economía mundial hacia la neutralidad climática) y la desglobalización deberían más bien hacer subir los precios", considera.
¿QUÉ PUEDEN HACER LOS INVERSORES?
En este contexto, los inversores pueden optar por "una mayor exposición a activos que se comporten de forma positiva en entornos inflacionistas", y el analista de Allianz destaca que "la descarbonización y la sostenibilidad se han consolidado como una tendencia de inversión".
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"Desde un punto de vista estratégico, parece oportuno adoptar un enfoque más moderado. Los movimientos de los mercados de renta variable no son generalizados. Los avances de las últimas semanas han estado impulsados por unas pocas acciones, en su mayoría pertenecientes al sector tecnológico", explica.
Además, agrega, "el mercado parece estar cauteloso", ya que el sentimiento de los inversores, medido según el índice Sentix, "sigue siendo moderado para la renta variable, mientras que los mercados de renta fija están descontando una recesión, como muestran las curvas de tipos de Estados Unidos, de Alemania o de la zona euro".
"No puede descartarse una recesión en EEUU hacia finales de año. Esto sería una señal importante para que la Fed redujera las expectativas de inflación", destaca, y agrega que "si bien las perspectivas de crecimiento podrían lastrar las acciones, quizá sirvan de apoyo para la deuda pública".
TEMAS DE INVERSIÓN
A la hora de elegir los sectores en los que depositar sus ahorros, los inversores deben tener en cuenta los temas que más están marcando la actualidad, y en este sentido Naumer destaca que "los motores tecnológicos, políticos y económicos se entrelazan para generar lo que conocemos como 'disrupción'".
Entre las dimensiones de esta disrupción, destaca el peso de la demografía, puesto que "si bien la población mundial sigue aumentando, está envejeciendo y las tasas de crecimiento disminuyen".
"En los países desarrollados, desde 2013 se jubilan más personas de las que se incorporan al mercado laboral. Y, a escala global, la tasa de población de 15 a 64 años se está reduciendo. De hecho, la mano de obra cada vez es más escasa y, previsiblemente, más cara", asegura.
También subraya la importancia de la digitalización, que "llega justo a tiempo para sustituir por lo menos una parte de la mano de obra que es necesaria".
"A ello se añade la lucha contra el cambio climático. La economía mundial debe alcanzar la neutralidad de gases de efecto invernadero. La descarbonización es el gran objetivo. Para lograr esta transición, será necesario un gran volumen de inversión", manifiesta.
Otro de los aspectos que destaca es la desglobalización, un proceso por el que "las compañías están sustituyendo las cadenas de suministros por redes para prevenir los riesgos".
"Desde el punto de vista de los inversores, todo ello significa que, con la excepción de la digitalización, estos factores fomentarán una inflación elevada durante más tiempo. Por tanto, tratar de mantener el poder adquisitivo será clave a la hora de invertir. Así pues, ¿por qué no invertir en aquellos segmentos del mercado que se benefician o impulsan dicha disrupción?", concluye.
