- Lo relevante es entender lo que ocurre en su economía y su efecto mundial
- El hecho de que se produzcan altibajos en el mismo no debe interpretarse como una debacle
“En estos momentos, los principales nubarrones en el horizonte son la crisis en Grecia, la posible subida de tipos en Estados Unidos, la fuerte caída de los precios de las materias primas y la situación de China”.
Es la visión de mercado de Joaquín Casasús, director general de Abante Asesores Gestión. Sin embargo, para este experto, el principal problema para los mercados en estos momentos es China. "El principal culpable de lo que está pasando es China y el principal problema es que no sabemos muy bien lo que allí ocurre, por lo que, ante la duda, nos ponemos la venda antes de la herida”, afirma.
LA CAÍDA DE LA BOLSA NO ES UN BUEN INDICADOR
El hecho de que se produzcan altibajos en el mismo no debe interpretarse como una debacle
Según Casasús, “por un lado, hemos asistido a una caída de la bolsa china desde máximos de un 35%. Sin embargo, esta cifra hay que ponerla en el contexto de la subida injustificada que la había precedido. De hecho, el Shanghai Composite después del recorte está plano en el año y acumula una ganancia superior al 45% en los últimos doce meses.
Por tanto, no es descartable que la bolsa siga cayendo hasta encontrar su precio razonable, sin que esto quiera decir nada, ya que ni la bolsa es un buen indicador de lo que ocurre en la economía, ni los inversores extranjeros tenemos una exposición significativa a este mercado dadas las restricciones que existen.
Por tanto, más allá de lo que ocurra en la bolsa china, lo relevante es entender lo que ocurre en su economía y el efecto que puede tener en el resto del mundo y en las empresas que venden allí sus productos. A este respecto, es evidente que, conforme la economía china se hace más grande, su crecimiento se va a ir ralentizando al tiempo que cambia el modelo hacia una economía más de consumo. Este proceso, lógicamente, no es lineal y el hecho de que se produzcan altibajos en el mismo no debe interpretarse como una debacle y el descarrilamiento de la economía mundial”.
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