- No obstante, apunta que la crisis institucional en Cataluña ha tenido, por el momento, un impacto limitado
- Así, añade que a medio plazo, la prolongación de esta crisis puede tener consecuencias notables en los mercados y actividad económica
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha publicado este lunes una nueva nota de estabilidad. En el informe señala que el estrés del mercado financiero se ha situado en 0,15 puntos en octubre, un nivel bajo. Un repunte, en comparación a los meses de verano, provocado por la crisis en Cataluña.
Ante esto, el supervisor apunta que la crisis institucional en Cataluña ha tenido, por el momento, un impacto limitado en los mercados financieros. Sin embargo, alerta de que a medio plazo, la prolongación de esta crisis puede tener consecuencias notables en los mercados y actividad económica.
"En los mercados se puede producir un endurecimiento de las condiciones de financiación de los agentes y una pérdida de confianza que den lugar a descensos de las cotizaciones y a rebrotes puntuales de la volatilidad", explica en la nota la CNMV. No obstante, matiza que el impacto sobre la actividad económica es difícil de cuantificar en este momento, pero existen algunos indicadores que muestran ya revisiones a la baja en los beneficios esperados por acción de varias sociedades cotizadas durante los próximos doce meses. "En este escenario es posible que algunos proyectos de inversión puedan verse retrasados o, incluso, suspendidos", explica el supervisor.
Según la nota de la CNMV, "en octubre, el indicador registró un leve repunte, probablemente relacionado con la crisis política en Cataluña, pero que no fue de gran magnitud pues los descensos de las cotizaciones y el incremento de la volatilidad no fueron tan severos como en periodos de crisis anteriores". Asimismo, añade que por ahora, el nivel de estrés más elevado se mantiene en el segmento de renta fija debido al incremento de la volatilidad y al empeoramiento de la liquidez y se observa un ligero aumento del mismo en el segmento de renta variable.
El nivel de estrés más elevado se mantiene en el segmento de renta fija debido al incremento de la volatilidad y al empeoramiento de la liquidez
El estrés de los mercados financieros españoles permaneció en niveles mínimos durante los meses de verano pues los mercados mostraron una elevada estabilidad y no se vieron alterados por factores como el todavía reciente proceso de resolución de Banco Popular o los atentados terroristas de Barcelona.
Aunque el nivel de estrés del sistema financiero no ha experimentado un incremento significativo en las últimas semanas, sí se observa un comportamiento divergente entre la evolución de los mercados financieros nacionales y la de otros mercados europeos, que evidencia el aumento de la incertidumbre relacionada con factores domésticos. Esta incertidumbre también ha propiciado un aumento de la correlación entre los precios de los activos españoles de diferente naturaleza.
Tal y como explica la CNMV, los principales riesgos que afronta el sistema financiero están relacionados con la posible pérdida de liquidez de algunos activos, sobre todo en los mercados de deuda, y con el elevado precio de una buena parte de ellos. El encarecimiento de los activos financieros se ha justificado, en parte, por la bonanza del crecimiento económico, por el deseo de los inversores de adquirir productos más rentables y por los programas de compras del BCE. Sin embargo, el aumento de las incertidumbres domésticas y el mantenimiento de las exteriores pueden acabar ejerciendo una presión bajista sobre estos precios a medio plazo. Otros riesgos de carácter más estructural están relacionados con la progresiva deslocalización de la emisión y la negociación de valores españoles en el exterior.
En el ámbito macroeconómico, la economía española ha continuado a la cabeza de la Eurozona en relación con el crecimiento del PIB (3,1% en el segundo trimestre frente al 2,3% en la zona del euro) y con la creación de empleo. Este dinamismo de la actividad está permitiendo reducir la magnitud del déficit público hasta niveles que a finales de año podrían ser inferiores al 3% del PIB. Sin embargo, diversas instituciones de prestigio indican que la crisis institucional en Cataluña ha aumentado los riesgos a la baja sobre estos pronósticos.