MADRID, 6 (EUROPA PRESS)

Los esfuerzos de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, por hacer ver al mercado que no hay un senda predeterminada para los tipos de interés en los próximos meses no ha enfriado las expectativas del consenso de analistas consultado por Europa Press, que mantienen la previsión de otros dos recortes de tasas en lo que resta de 2024, con la mirada puesta en las reuniones de septiembre y diciembre.

"No nos estamos comprometiendo de antemano con una trayectoria de tipos particular", ha repetido en varias ocasiones durante su rueda de prensa de este jueves la presidenta del BCE, añadiendo que el camino que tiene aún por delante el BCE "estará lleno de baches", por lo que los próximos meses "seguirán siendo difíciles".

De hecho, las últimas proyecciones de los expertos del Eurosistema para la inflación general y básica se han revisado al alza para 2024 y 2025 en comparación con las proyecciones de marzo.

En concreto, se anticipa que la inflación general de la zona euro se sitúe de media en el 2,5% en 2024, el 2,2% en 2025 y el 1,9% en 2026. En comparación con las estimaciones de hace tres meses, esto supone dos décimas más para este año y el siguiente. De excluirse el impacto de la energía y los alimentos, la variable subyacente se quedará en el 2,8% en 2024, el 2,2% en 2025 y el 2% en 2026.

Tras la decisión del Consejo de Gobierno del BCE y la rueda de prensa de Lagarde, Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, ha reconocido los esfuerzos de la institución por "bajar un poco su altitud de crucero", apuntando a que será el flujo de datos entrante el que decidirá la velocidad a la que el BCE eliminará las restricciones adicionales.

"Dada la función de reacción del BCE, prevemos que la entidad siga recortando los tipos en las reuniones en las que evalúan las proyecciones (...) Esperamos recortes adicionales en septiembre y diciembre", sostiene el experto, si bien reconoce que los riesgos se inclinan a favor de menos recortes, sobre todo por la rigidez de la inflación de los servicios y la resistencia del mercado laboral.

En una línea similar, Francisco Quintana, director de Estrategia de Inversión de ING, mantiene el escenario central de tres recortes de tipos en total en el conjunto de 2024, destacando que Lagarde ha sido lo suficientemente ambigua como para no disparar el temor de que este sea el único recorte este año.

No obstante, advierte de que los riesgos para este escenario vendrían de una economía estadounidense más fuerte de lo esperado, con un único recorte de tipos o incluso ninguno por parte de la Reserva Federal (Fed) en vez de los dos ajustes descontados actualmente, y/o un shock geopolítico o climatológico que disparase los precios de energía o alimentos.

"La decisión de hoy del BCE es lo suficientemente equilibrada como para no modificar las expectativas sobre próximos recortes de tipos de interés", sostiene Mauro Valle, responsable de renta fija en Generali AM, para quien el BCE tiene margen para volver a recortar en la segunda mitad del año. "Nuestro análisis indica tres recortes", señala el experto, lo que implicaría otras dos bajadas más aparte de la anunciada este jueves.

En este sentido, Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS, ha destacado que, con su decisión de hoy, el BCE se ha adelantado a la Fed en bajar tipos y, a pesar de que no se comprometió de antemano con una senda concreta para nuevos recortes, la experta confía en que probablemente vuelva a recortar los tipos "en septiembre y diciembre".

Algo menos claro se muestra Felix Feather, economista de Abrdn, señalando la insistencia del BCE en la dependencia de los datos y en la flexibilidad, lo que sugiere un enfoque prudente y parece anticipar que los tipos se mantendrán estables en la reunión de julio.

De su lado, Javier Cabrera, analista de XTB, advierte de que el aumento de la inflación esperada tanto para este año como para el que viene complican una rápida bajada de tipos, lo que puede rebajar las expectativas de bajadas de tipos para este año, que "posiblemente se queden en dos contando la que acabamos de presenciar".

Por su parte, en un mercado laboral donde la tasa de desempleo es tan baja complica también que el crecimiento de los salarios se ralentice de manera radical, lo que sigue añadiendo presión inflacionista.

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