MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
Las pérdidas relacionadas con los riesgos vinculados a la transición climática es poco probable que "por sí solas" amenacen la estabilidad financiera, según los resultados de los test de estrés climáticos "Objetivo 55" ("Fit-For-55") realizados por las Autoridades Europeas de Supervisión (EBA, EIOPA y ESMA), junto con el Banco Central Europeo (BCE).
Sin embargo, cuando los riesgos de transición se combinan con perturbaciones macroeconómicas "pueden aumentar las pérdidas de las instituciones financieras y provocar perturbaciones", lo que demanda un enfoque político coordinado para financiar la transición verde y la necesidad de que las entidades financieras integren los riesgos climáticos en su gestión de riesgos de manera integral y oportuna.
La Comisión Europea invitó a las autoridades de supervisión (ESA) y al BCE a evaluar el impacto en el sector bancario, fondos de inversión, fondos de pensiones y de seguros de la UE de tres escenarios de transición verde que incorporasen la aplicación del paquete 'Objetivo 55', así como el potencial de contagio y efectos de amplificación en todo el sistema financiero.
Este paquete tiene como objetivo estimular la inversión y la innovación en la transición hacia una economía verde y desempeña un papel crucial en el objetivo de la UE de lograr una reducción de emisiones del 55% para 2030 y la neutralidad climática para 2050.
En el escenario base, el paquete 'Objetivo 55' se implementa en un entorno económico que refleja las previsiones del sistema europeo de bancos centrales de junio de 2023, pero aún enfrenta costes adicionales relacionados con la transición verde.
En el primero de los escenarios adversos, los riesgos de transición se materializan en forma de shocks "Run-on-Brown", cuando los inversores se desprenden de activos de las empresas intensivas en carbono, lo que obstaculiza la transición verde, ya que las empresas "marrones" no logran la financiación que necesitan para hacer más ecológicas sus actividades, mientras que en el segundo escenario adverso estas perturbaciones "Run-on-Brown" se amplifican con otros factores de estrés macrofinanciero estándar.
En las pruebas, para medir el impacto de los escenarios en los respectivos sectores financieros (efectos de primera ronda) y evaluar el potencial de contagio y efectos de amplificación en todo el sistema financiero (efectos de segunda ronda), las ESA y el BCE utilizaron modelos descendentes con estimaciones realizadas a partir de datos granulares y un horizonte temporal de ocho años, entre 2022 y 2030.
Los modelos de las ESA y el BCE cubren préstamos a sociedades no financieras (SNF), acciones, títulos de deuda (incluidos bonos gubernamentales) y posiciones en fondos mantenidos por una muestra de entidades financieras compuesta por 110 bancos, 2.331 aseguradoras, 629 instituciones de previsión para la jubilación ocupacional (IORP) y alrededor de 22.000 fondos domiciliados en la UE.
RESULTADOS.
Los resultados del ejercicio muestran que las pérdidas estimadas derivadas de un escenario de "Run-on-Brown" tienen un "impacto limitado" en el sistema financiero de la UE, puesto que, en el horizonte de ocho años planteado, las pérdidas totales de primera ronda se sitúan en el 5,2% para las aseguradores; el 6,1% para fondos de inversión; el 6,4% para el sector IORP y el 6,7% para la banca en relación con las exposiciones iniciales.
De su lado, las pérdidas de segunda ronda "son principalmente relevantes para los fondos de inversión", donde ascienden al 11,2% de las exposiciones iniciales, mientras que para el sector bancario alcanzarían el 6,8% y para las aseguradoras el 6,9%.
No obstante, las autoridades señalan que la interacción de acontecimientos macrofinancieros adversos con factores de riesgo de transición "podría perturbar la evolución de la transición y aumentar sustancialmente las pérdidas de las instituciones financieras", perjudicando así su capacidad de financiación.
De tal modo, en el segundo escenario adverso, en el que los shocks de "Run-on-Brown" se combinan con condiciones macroeconómicas adversas, las pérdidas de primera ronda registradas por los bancos se estiman en el 10,9%; en el 15,8% para fondos de inversión; el 18,8% para las aseguradoras; y el 21,5% para el sector IORP.
En el caso de las pérdidas de segunda ronda bajo el segundo escenario adverso, las autoridades calculan que oscilarían entre el 11% de la banca; el 23,3% de las aseguradoras y el 25,5% de los fondos de inversión.
Si bien es considerable, se espera que el impacto de estas pérdidas en el capital de las entidades financieras se mitigue por factores como los ingresos de los bancos, los pasivos de las aseguradoras y los fondos de pensiones ocupacionales, y las tenencias de efectivo de los fondos de inversión que no se incluyeron en la evaluación, explican los responsables del estudio, subrayando que, dada la novedad de los enfoques metodológicos y los desafíos relacionados con los datos, los resultados están sujetos a un amplio margen de incertidumbre.