MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El director de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), Santiago Carbó, ha lamentado que se esperara "una eternidad para afrontar el problema de solvencia bancaria" ante la crisis económica pues, ha dicho, de haber recapitalizado antes las entidades de crédito con problemas, el coste social de la crisis hubiera sido "extraordinariamente menor".
"No fue una cuestión de meses, fue de años", ha dicho durante su intervención ante la comisión que investiga en el Congreso la crisis financiera, el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorro, incidiendo que no sólo Estados Unidos, sino también el resto de países europeos actuaron antes sobre los problemas que presentaban sus entidades de crédito inyectado ayudas públicas.
Así, ha señalado que la cifra empleada por otros países como Alemania (64.700 millones de euros), Irlanda (62.000 millones) o Reino Unido (100.140 millones) son "comparables" a las empleadas en España, pero no en las mismas circunstancias, si bien nuestro país inició este saneamiento "casi cuatro años más tarde, en medio de otra crisis: la de los bonos soberanos".
"Ninguna autoridad europea puso pegas, a pesar de que eran ayudas públicas y podían estar sujetas a pegas, incrementaban la deuda y suponía un coste para los contribuyentes", ha dicho, refiriéndose a la "primera y contundente barrera" aplicada en 2008 por el resto de países. Cuando España se decantó por inyectar ayudas, ha explicado, el incremento de la deuda provocaba daños para la reputación del país y existían problemas de financiación.
Una falta de sincronización, ha dicho, "desafortunada, pero evitable" para Carbó, que ha recordado que, en 2009, cuando se aumentaron las exigencias de provisiones y se constituyó el FROB para emprender la reestructuración de las cajas, "faltaba la recapitalización" y "el reconocimiento de que había un problema de solvencia". "Empezó a formarse la casa por el tejado", ha aseverado.
Asimismo, ha reconocido que el Banco de España pudo haber actuado antes para restringir la expansión crediticia, la exposición de las entidades a un mercado inmobiliario sobrevalorado, y aumentar las exigencias a las entidades.
En todo caso, ha recordado que las entidades españolas contaban durante los años previos de la crisis con un "instrumento novedoso" como eran las provisiones estadísticas, por lo que ha justificado que en 2008 la visión fuera "moderadamente tranquila".
Así, ha señalado que en la esfera internacional preguntaban, interesándose por la situación económica de España esos años, si existía una "falsa necesidad de sobreprotección". "Hoy es difícil saberlo, pero se preguntaba", ha dicho.