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Calcula que el impuesto temporal ha detraído una parte "limitada" de la rentabilidad del sector

MADRID, 5 (EUROPA PRESS)

El Banco de España ha señalado que las preocupaciones en torno al nuevo impuesto a la banca "pueden ser mayores", frente a la situación del actual gravamen que se aplica de manera transitoria y en un contexto de elevados beneficios.

Preguntado en la presentación del Informe de Estabilidad Financiera de otoño de 2024 sobre el posible nuevo diseño del gravamen, el director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del Banco de España, Ángel Estrada, ha recordado el dictamen que el Banco Central Europeo (BCE) emitió sobre el impuesto temporal en el otoño de 2022 y en el que se advertía de los riesgos de que el gravamen no se adecuara al ciclo y tuviera un comportamiento "más bien contracíclico" que podría afectar a actividades de mayor riesgo, que llevan aparejados mayores márgenes de intereses y que se compensan con mayores provisiones.

Al convertir este impuesto en permanente, Estrada señala que las preocupaciones señaladas por el BCE "pueden ser mayores" frente a la situación actual, donde se estimaba un impacto transitorio de la medida y en un entorno de beneficios elevados. Sin embargo, ha señalado que el nuevo diseño planteado mitigaría el impacto sobre la parte cíclica, pero que aumenta la complejidad "significativamente".

A través de una enmienda al proyecto de ley para crear un impuesto global del 15% a grandes multinacionales, el PSOE ha propuesto cambiar la figura del gravamen a la banca, pasándolo de una prestación patrimonial de carácter no tributario a un impuesto propiamente dicho, pero manteniendo que se grave el margen de interés y las comisiones netas.

La idea es tener esta figura durante los próximos tres años, hasta 2028, y que el tipo pase de un 4,8% a uno progresivo que iría del 1% al 6% en función de la base liquidable. Además, permitirá la deducción del 25% de la cuota del Impuesto de Sociedades y se establece una deducción extraordinaria en el caso de que las entidades sufran un descenso sostenido de su rentabilidad, algo que en el actual gravamen no se contempla.

Se mantendría, asimismo, el límite mínimo de 800 millones de euros en ingresos para las filiales en España de la banca, ya sea doméstica o extranjera. Asimismo, el PSOE ha pactado con el PNV que sean las haciendas forales las que gestionen el tributo sobre la banca.

Por otro lado, el Banco de España señala que el impuesto temporal a la banca "siguió detrayendo una parte limitada de la rentabilidad" del sector, situándose la rentabilidad sobre activos (ROA) en el 0,71%, en lugar del 0,95%, y la rentabilidad sobre patrimonio (ROE) en el 13,9% en lugar del 14,5% a cierre del primer semestre del año.

Se trata de cifras que se incluyen en el Informe de Estabilidad Financiera, en su edición de otoño de 2024. Además, señala que los beneficios del primer semestre habrían aumentado un 22,6%, y no un 22% como finalmente lo hicieron, en caso de no haberse aplicado el impuesto a la banca. En términos de los activos ponderados por riesgo (APR) a junio de 2024 el gravamen representaba el 0,11%.

El informe señala que el incremento de tipos que el Banco Central Europeo aplicó desde julio de 2022 y septiembre de 2023 y mantuvo hasta junio de 2024 ha propiciado un "aumento generalizado" de la rentabilidad de los bancos europeos, destacando especialmente la banca española, que se situó en el segundo lugar por mayor rentabilidad entre los principales países europeos, solo superado por Italia.

De hecho, mientras la rentabilidad de la banca española e italiana se mantuvo al alza en el primer semestre, en la banca europea ha caído con respecto al mismo periodo del año anterior, lo que reflejaría, según el Banco de España, "la distinta sensibilidad de los modelos de negocio" de las entidades de cada país a la evolución de los tipos de interés de referencia.

Sin embargo, señala dos aspectos: por un lado, el coste del riesgo de las entidades españolas en los últimos años ha sido el más alto entre los principales países europeos. Además, el aumento de la rentabilidad de los bancos españoles no se ha traducido en una mejora de su posición relativa en términos de ratio de solvencia CET1. De esta forma, la ratio de CET1 del sistema bancario español se mantiene en un nivel inferior al del resto de las economías europeas de mayor tamaño.

Al cierre de junio de 2024, la ratio de CET1 para España permaneció por debajo de la de países como Alemania, Francia, Italia y Países Bajos. Este menor nivel para España se ve influido por factores distintivos tales como el menor uso de modelos internos, que se traduce en una mayor densidad de activos.

No obstante, el Banco de España cree que las previsiones "favorables" de rentabilidad facilitarían un "potencial refuerzo" de la solvencia bancaria y el cumplimiento de requerimientos adicionales de capital, donde se incluye la activación del colchón de capital anticíclico (CCA) sobre exposiciones en España prevista prevista para los próximos semestres.

Por otro lado, el informe señala que el coste de capital de los bancos españoles siguió una senda descendente durante la segunda mitad de 2023 y la primera de 2024, pero experimentó un repunte moderado en el tercer trimestre de este año, hasta situarse en un rango entre el 8% y el 11%, un valor moderado en términos históricos e inferior al observado en junio de 2023.

BAJADA DE TIPOS

En cuanto a la evolución de la rentabilidad, el supervisor señala que el impacto de la bajada de tipos de interés sobre la rentabilidad bancaria sería "acotado y gradual", ya que los posibles efectos negativos sobre los márgenes unitarios se compensarían, al menos en parte, por una evolución más favorable de la actividad y de las dotaciones por deterioros.

Además, el Banco de España explica que las entidades cuentan con distintos instrumentos de gestión del riesgo de interés. "Los resultados de las pruebas de resistencia del Banco de España muestran, de hecho, que el sector bancario español retendría capacidad de generación orgánica de capital bajo este tipo de escenarios", agrega.

Por el contrario, la materialización de riesgos macrofinancieros "mermaría significativamente" la rentabilidad del sector y, bajo un escenario más adverso, las pruebas de resistencia indican que llegaría a producirse cierto nivel de consumo de capital.

El supervisor defiende la "notable capacidad de resistencia" a escala agregada del sector bancario español. Sin embargo, afirma que la reducción de su solvencia en un escenario más adverso limitaría su capacidad de intermediación y haría esperable un cierto grado de desapalancamiento, un efecto que estaría también presente, aunque con menor intensidad, en escenarios de materialización más parcial de riesgos sistémicos.

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