MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha afirmado este miércoles que "es probable" que las entidades financieras tengan que seguir realizando provisiones "durante los próximos años" debido a un aumento de créditos en situación de vigilancia especial y a las señales de deterioro en las carteras de préstamos avalados y en moratoria.
En su comparecencia en la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital del Congreso para presentar el Informe Anual 2020 del Banco de España, Hernández de Cos ha sostenido que las entidades "deben mantener una política de anticipación del reconocimiento de deterioros, garantizando que este sea adecuado y oportuno".
En este sentido, ha explicado que la ratio de dudosos en los sectores de hostelería, restauración y ocio se ha incrementado en 1,1 puntos porcentales en el primer trimestre de 2021, mientras que el volumen de créditos en situación de vigilancia especial ha seguido aumentando a un ritmo del 8,1% intertrimestral.
Además, "las señales de deterioro en las carteras de préstamos avalados y en moratoria son superiores a las del resto", ha afirmado el gobernador del Banco de España.
De esta forma, ha asegurado que "es probable que haya que mantener el esfuerzo de provisionamiento durante los próximos años". Esto implicaría que las entidades financieras sacrifiquen parte de sus ganancias con el objetivo de blindar su balance ante el aumento del riesgo derivado de la crisis económica a consecuencia de la pandemia de la Covid-19.
Sin embargo, reconoce que las perspectivas de recuperación económica se han traducido en una mejora de las expectativas del sector. De hecho, en el primer trimestre de 2021, la rentabilidad sobre fondos propios (excluidos impactos extraordinarios) de las entidades bancarias españolas se situó en el 8%, si bien todavía está por debajo de las estimaciones sobre el coste del capital (de 8,9%).
LOS QUE NO DIERON DIVIDENDO FUERON "MÁS ACTIVOS" EN CRÉDITOS
Hérnadez de Cos también ha realizado un repaso por la situación del sector bancario en 2020, destacando que la ratio de solvencia (CET1) aumentó, a pesar del deterioro económico, en 71 puntos básicos, hasta situarse en el 13,3% a finales de 2020.
En paralelo, el crédito bancario al sector privado en España aumentó en 2020 un 3,5%, mientras que el crédito dispuesto en operaciones vinculadas con las líneas de avales del ICO representó el 18% del total del crédito nuevo y el 34% del crédito a sociedades no financieras y empresarios individuales.
Asimismo, ha señalado que los bancos han utilizado la financiación recibida del Eurosistema para otorgar préstamos a la economía real y que las entidades que no repartieron dividendos "fueron más activas en la concesión de préstamos".
En cuanto a los créditos dudosos, ha indicado que continuaron descendiendo, aunque a menor ritmo que en los años precedentes. No obstante, en el último trimestre de 2020, el Banco de España ha observado algunas señales de deterioro de la calidad crediticia, como el aumento de préstamos dudosos en algunos segmentos --como el crédito al consumo--, una ralentización del descenso de crédito refinanciado o un fuerte incremento del crédito en vigilancia especial.
Por su parte, el resultado neto consolidado del sistema bancario fue negativo en 2020, lo que se tradujo en que la rentabilidad sobre activos (ROA) fuera del -0,21%, lo que supuso una caída de 72 puntos porcentuales respecto a 2019.
Hernández de Cos ha señalado que una parte significativa de este retroceso lo explican factores extraordinarios negativos en tres de las principales entidades. Si se excluyeran los principales elementos extraordinarios, el ROA se habría situado en el 0,3%.
"En cualquier caso, la presión a la baja sobre la rentabilidad fue generalizada por entidades y se debió, en particular, al incremento de las provisiones por deterioro, de más del 50%", ha afirmado el gobernador del Banco de España.
REGULAR LAS 'BIGTECH' PARA ASEGURAR LA COMPETENCIA
En cuanto a otros riesgos para los próximos meses y años para el sector bancario, Hernández de Cos ha destacado la posibilidad de que la competencia de las compañías tecnológicas (conocidas como 'bigtech') "pueda convertirse en una vía disruptiva".
En este sentido, ha considerado necesario que las autoridades adopten una "postura proactiva para cuestionarse el perímetro regulatorio" con el objetivo de garantizar la competencia entre actores.
También ha avisado de que la competencia tecnológica podría ejercer una presión adicional sobre la rentabilidad del sector bancario, "por lo que resulta fundamental que las entidades sigan profundizando en las ganancias de eficiencia, reduciendo costes y utilizando más intensivamente las nuevas tecnologías".
Además, ha alertado de otros retos, como la implementación de las últimas reformas globales de Basilea III, la modificación que está realizando el Banco de España de la Circular 2/2016 para hacer operativos nuevos instrumentos macroprudenciales que incluyen requisitos a los criterios de concesión de crédito o la mejora de la capacidad para actuar ante posibles episodios de crecimiento excesivo o inadecuado del crédito.
Por otro lado, Hernández de Cos ha exhortado a reflexionar sobre la arquitectura financiera institucional en España y su posible evolución hacia modelos más integrados y con un mayor papel de los bancos centrales, y ha alertado de nuevos riesgos que están emergiendo, como la necesidad de que el sector financiero incorpore los asociados al cambio climático.